Gualeguaychú, para disfrutar y descansar
Aunque su fama está atada al Carnaval, y por tanto al verano, Gualeguaychú tiene otras caras deliciosas para disfrutar en invierno. La bohonomía de su gente, su tradición, las termas, y su hermoso paisaje ribereño.Estos atributos la convierten no sólo en un destino turístico interesante. Los mismos gualeguaychuenses acaso no hayan descubierto la belleza de su propia ciudad.Estamos, es cierto, condicionados por la cercanía. Eso nos hace perder de vista aquello valioso que tenemos. Solemos así sobrestimar lo ajeno a costa de despreciar lo propio.Pero algún encanto debe tener Gualeguaychú para que atraiga tantos visitantes, sobre todo en esta época del año. ¿Sabemos, nosotros que vivimos acá, cuál es ese imán?Porque podría ocurrir -y creemos que pasa algo de eso- que los vecinos son inconscientes de las virtudes de su propia ciudad. Habría una barrera, así, que les impediría mirarla con otros ojos, se diría que más sensuales.Es decir no ya como una fuente de estrés -algo lógico para quienes viven en ella- sino como un lugar acogedor para el disfrute y el descanso ¿Cuántos hacen turismo en su propia ciudad turística?Más allá de estas disquisiciones domésticas, se entiende por qué razón Gualeguaychú atrae al porteño, nuestro visitante tradicional, sobre todo en esta época invernal.Habitante de la gran urbe, un ambiente dominado por el frenesí y el cemento, el descanso para él equivale a recalar en un sitio con características antagónicas.En Gualeguaychú se mezclan el encanto de la vida provinciana, donde la paz no es una impostación, con los servicios de una ciudad moderna. Es decir, es ideal para los que disparan del ruido, pero no quieren perder la comodidad.La infraestructura de servicios -alojamiento y gastronomía- no tiene nada que envidiarle a otras plazas turísticas de renombre.Todo esto enmarcado en una naturaleza -dominada por ríos y arroyos- que invitan a los paseos al aire libre. Pocas zonas son doblemente ribereñas -río Gualeguaychú y Uruguay- y poseen tanta variedad de fauna y flora.El paseo de la Costanera sintetiza bastante la geografía de esta zona. Lo mismo el Parque Unzué, para algunos provincianos un espacio verde único en Entre Ríos, con perfil propio, análogo al Parque Urquiza de Paraná (con sus características barrancas).Ahí hay toda una geografía para descubrir y contemplar. Se lo puede hacer a través de caminatas o de la actividad náutica. Para quienes aman la pesca, por otro lado, se está en un escenario ideal.Los dos complejos termales existentes hacen de Gualeguaychú, en tanto, el destino más cercano para el turismo de salud, toda vez que está a tiro del mayor conglomerado urbano del país.Completan la identidad local su tradición cultural, que se percibe en su gente, sus edificios y sus paseos públicos. Todavía persiste en ella un rostro antiguo que se remonta a la villa hispana fundada por Tomás de Rocamora, a fines del siglo XVIII.Recorrer los museos de la ciudad es una experiencia enriquecedora que permite descubrir el alma de una comunidad orgullosa de su pasado, celosa de sus tradiciones y orígenes.Gualeguaychú también es movimiento cultural. Este sábado, por ejemplo, hay exposición plástica (Casa de Andrade), espectáculo callejero (Plaza Italia), fiesta de rock (galpón del Corsódromo), teatro (Casa Cordón Cuneta), y espectáculo de murgas (Asociación Musical).Y mañana domingo tendrá lugar una nueva edición del "Matencuentro Gualeguaychú", un tradicional concurso de tomadores y cebadores de mate, que convoca todos los años a vecinos y turistas.Gualeguaychú, sin duda, invita al descanso y al disfrute.
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