
Un aspecto preocupante del Presupuesto aprobado es que se registró un nuevo incremento de los contratados y los cargos políticos, que ascendieron a 109 y 82, respectivamente
Días atrás el Honorable Concejo Deliberante de la ciudad aprobó el Presupuesto para el período 2013. Más allá de los condimentos bochornosos que tuvo la sesión por el apuro de los ediles oficialistas para aprobar el proyecto a libro cerrado, me interesa detenerme en la dramática problemática de fondo, que es la estructura del gasto público.Patricio Giusto*El Presupuesto 2013 refleja la profundización de una lógica de gasto que convierte a Gualeguaychú en un municipio cada vez más inviable en términos de autosuficiencia económica. Esto a su vez se traduce en una pérdida progresiva de autonomía respecto a la Provincia y la Nación. En otras palabras: vamos hacia intendentes cada vez menos independientes y más delegados sumisos de los gobernadores y presidentes de turno. O más sintético aún: Más unitarismo y menos federalismo.Casi el 75% del gasto fue asignado a personal, distribuido en unos 1.135 agentes; de los cuales más del 80% son planta permanente. En 2011, el porcentaje de gasto total asignado al personal ya era del 57%. Si tomamos como referencia los datos de población de la ciudad relevados en el Censo 2010, Gualeguaychú hoy tiene aproximadamente un empleado público cada 72 habitantes.No existe una regla uniforme para determinar cuál es el número adecuado de empleados públicos por habitantes, ya que hay diversos factores económicos y administrativos a considerar para establecerlo en cada caso. Por otro lado, el nivel de empleo público siempre suele verse impactado por el contexto social, principalmente como variable de ajuste del desempleo.De lo que no caben dudas es que Gualeguaychú tiene cada vez más empleados públicos, aumento difícilmente justificable y que conlleva un alarmante impacto presupuestario. De hecho, una de las variables a considerar para establecer un ratio razonable de agentes por habitante es el porcentaje de gasto que insume emplearlos. De más está decir que 75% es una enormidad.La situación es aún más grave si se considera que gran parte de ese gasto en personal se financia con coparticipación provincial y nacional. Esto quiere decir que los recursos que aportan los contribuyentes locales ni siquiera alcanzan para pagar el sueldo a los empleados públicos. Y la variable de ajuste en ese sentido tiende a ser siempre la más fácil: aumentar las tasas municipales.Otro aspecto preocupante del Presupuesto aprobado es que se registró un nuevo incremento de los contratados y los cargos políticos, que ascendieron a 109 y 82, respectivamente, con funciones y tareas poco claras.Al mismo tiempo, fue nuevamente revalidada la existencia de unos 300 subsidiados, solventados desde una verdadera 'caja negra' que se reparte con total arbitrariedad y falta de transparencia, infringiendo a su vez la normativa laboral vigente. De nuevo, para expresarlo en términos más sencillos: esto significa que los concejales revalidaron al Estado como empleador en negro.Oportunidad desperdiciada y futuro comprometidoSeguir profundizando esta nefasta matriz de gasto público es gravísimo en función de la autonomía y sostenibilidad del municipio. Es un problema que todavía no estalló porque acabamos de atravesar la mejor década en términos económicos de la historia del país. Eso ha permitido afrontar periódicamente la enorme masa de salarios públicos y acumular la basura debajo de la alfombra.La chatura de nuestros gobernantes nos llevó a dilapidar incomprensiblemente la posibilidad de aprovechar este ciclo económico híper-favorable para generar un salto de calidad en materia de ingresos y gastos que contribuyan a un desarrollo genuino de la ciudad.Ese impulso podría haberse reflejado en una expansión de las pymes como principal alternativa al empleo público, mayores obras de infraestructura y una mejor prestación de los servicios públicos, entre otros aspectos.Por el contrario, la penosa cosecha del ciclo político que acompañó este ciclo económico sin precedentes es un municipio que hoy debería endeudarse para comprar una retroexcavadora. La reciente aprobación del Presupuesto indica que no hay autocrítica ni voluntad de cambio, lo cual compromete seriamente las perspectivas a futuro de nuestra ciudad.
*Licenciado en Ciencias Políticas