Gualeguaychú y el flujo inmigratorio
El día del Inmigrante, que se celebra cada 4 de septiembre en el país, nos recuerda que los extranjeros contribuyeron también a la historia de Gualeguaychú, cuya liberalidad con los de afuera ha sido un rasgo distintivo.La conformación sociológica de la ciudad muestra hoy, con familias de ancestros provenientes de latitudes diversas, un aspecto de unidad en la diversidad. En efecto, aquí conviven pacíficamente descendientes de nacionalidades distintas, formando un rico mosaico multicultural.La base poblacional primitiva de la villa hispánica, a fines del siglo XVIII, estaba compuesta por familias indígenas (muchas de ellas venidas de las misiones), mestizos, criollos y españoles.Tras la revolución de Mayo, el gobierno patrio instaló la idea de fomentar la inmigración. De aquí surge la primera disposición en este sentido, firmada por el Primer Triunvirato, el 4 de septiembre de 1812.En ese documento oficial se ofrece la "inmediata protección a los individuos de todas las naciones y a sus familias que deseen fijar su domicilio en el territorio". Pero los años de guerras vividos en la región durante este proceso político impidieron el arribo masivo de extranjeros.No obstante a partir de la década de 1830 se inicia un proceso de migración europea hacia el Río de la Plata. El fenómeno estuvo motivado por las alteraciones económicas producidas por la revolución industrial en el Viejo Continente.Según la profesora Elisa Fernández, "las cartas familiares" despertaron interés por esta región. Así, empezaron a venir artesanos y agricultores italianos desde Liguria y la llanura del Po, desde el norte de España asturianos y gallegos, vascos de la región de los Pirineos, y algunos ingleses e irlandeses.En la década de 1840 arribó un contingente importante de inmigrantes procedentes de la República Oriental del Uruguay, muchos de los cuales eran perseguidos políticos y de distinta nacionalidad. Los documentos históricos revelan que los vecinos de Gualeguaychú socorrieron en muchos casos a estos refugiados, con alimentos, ropas, dinero y utensilios.La política de inmigración iniciada por Justo José de Urquiza dio un vuelco decisivo para la llegada de grupos europeos, que trajeron su cultura y sus artes. La ciudad, importante centro mercantil, presentaba en 1853 un porcentaje elevado de extranjeros.Ése es el año, por lo demás, en que se sanciona la Constitución Nacional, prohijada por Urquiza, cuyo preámbulo habla de "todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino".Iniciado el período de la Organización Nacional, en el que gobernar era sinónimo de poblar, Gualeguaychú devino cosmopolita. El puerto local se convirtió en la llave de ingreso de extranjeros, deseosos de mejorar su situación.Pronto esos grupos humanos se fueron organizando alrededor de entidades como la Sociedad Española de Socorros Mutuos, la Sociedad Unione e Benevolenza, la Societè Unión Française y la Sociedad Entre Argentinos y Orientales.Más cerca en el tiempo aparecen el Centro Social y Cultural Sirio Libanés y la Asociación Alemanes del Volga. Otros grupos étnicos fueron incorporándose a la sociedad nativa, enriqueciendo su economía y su cultura.Entre ellos cabe mencionar a los colonos judíos (que habían llegado a Entre Ríos a través de la Jewish Colonisation Association), los belgas, los holandeses, los croatas, los eslovenos, los armenios, los polacos, los suecos, los portugueses y algunos japoneses, entre otros.
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