Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad
Seguimos compartiendo en comunión con los lectores, algunas reflexiones sobre el documento "Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad (2010-2016).Monseñor Jorge Eduardo Lozano* Opinión Cada uno de nosotros somos el resultado de un camino hecho a lo largo de la vida. Los que más conocen a nuestra familia reconocen esos lazos que nos han ido labrando con sus gestos y palabras.Se dan cuenta al vernos o escucharnos que algo de ellos vive en nosotros: "eso es de tu abuelo", "sos igualita a tu mamá", "eso lo aprendiste de tu tío". También vemos cómo incide si nacimos en tal Provincia o aquel barrio. Y nos acompañan tonadas en la voz y modos de decir que son típicos de esa tierra que nos reconoce como hijos.Lo mismo podemos decir de nuestra Patria. Reconocemos en el pueblo argentino valores vinculados a sus diversas raíces.Por mencionar sólo algunas: los pueblos originarios, la importancia de las congregaciones religiosas y misioneras, los gauchos, las diversas corrientes migratorias.Así, en mezcla casi imperceptible, se fue formando nuestra cultura por medio de un complejo intercambio, no siempre realizado de modo armónico y sereno. Somos hijos de la tierra y de los barcos. De tiempos de desencuentros y de anhelada paz.Como ríos que desembocan en el mismo mar, nos identifican en nuestra cultura valores muy apreciados por los argentinos:"En nuestra cultura prevalecen valores fundamentales como la fe, la amistad, el amor por la vida, la búsqueda del respeto a la dignidad del varón y la mujer, el espíritu de libertad, la solidaridad, el interés por los pertinentes reclamos ante la justicia, la educación de los hijos, el aprecio por la familia, el amor a la tierra, la sensibilidad hacia el medio ambiente, y ese ingenio popular que no baja los brazos para resolver solidariamente las situaciones duras de la vida cotidiana. Estos valores tienen su origen en Dios y son fundamentos sólidos y verdaderos sobre los cuales podemos avanzar hacia un nuevo proyecto de Nación, que haga posible un justo y solidario desarrollo de la Argentina". (N° 10)Muchos de estos valores surgen a partir de nuestra fe en Dios y en su Evangelio. Los reconocemos como su bendición de Padre. Nos regala a todos por igual lo mejor que tiene porque somos sus hijos. Por eso decimos que nos sabemos hermanos.Escritores y poetas se nutren también de esos valores cuando buscan —y encuentran— inspiración para sus obras. Con esta manera de mirarnos a nosotros mismos, una canción dice "No quiero vivir sin ti, mi tierra / me interesa hasta tu desencuentro / si algún rumbo he de seguir / si una historia quiero hacer / si un camino he de trazar / que sea en mi tierra...".Y siempre hablando de la patria-tierra, otra canción nos recuerda que "la tierra donde naciste / no la puedes olvidar / porque tiene tus raíces y lo que dejas atrás / la tierra te duele, la tierra te da...".Un gran autor mexicano nos hace viajar desde un cuento hacia su tierra: "Después de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los perros. (...) Hay un pueblo. (...) Se saborea ese olor de la gente como si fuera una esperanza. (...)".La manera en que miramos la tierra y cuidamos la creación de Dios, el aprecio por la familia, el acudir a los santuarios a rezar. Pueblo y raíces. Valores y esperanza. Son todos elementos presentes en nuestra cultura enriquecida por la fe cristiana. * Obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social
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