Hay que volver a los valores familiares
“Ante esta ola de delincuencia y de una violencia lacerante, que aparece como un fenómeno emergente en poblaciones cada vez más jóvenes en nuestra sociedad, nos preguntamos si no las estaremos descuidando, al haber dejado de señalarles un camino con valores que valga la pena ser vivido”.o
AICA - Así lo expresa un comunicado del Movimiento Familiar Cristiano (MFC) en el que proponen como solución una mayor presencia familiar y una mayor educación en valores.
“¿No será necesario volver a los valores familiares?”. Con esta pregunta, a modo de título, comienza este mensaje que lleva la firma de Pablo y Marcela Cavallero, en nombre de la Comisión Sede del Movimiento.
Reconocen que “la vida moderna nos ha traído muchos avances, hechos que a los que tenemos más años no nos dejan de sorprender, como por ejemplo una comunicación eficiente e instantánea y un acceso rápido a amplios conocimientos de la humanidad”, pero advierten un “retroceso” en “otros aspectos que contribuyen a la constitución de una personalidad equilibrada y a la adquisición de un sentido para nuestras vidas que nos permita ser más felices”. Por ese motivo, destacan la necesidad de “plantearnos radicales modificaciones”.
Al subrayar la falta de la “figura del padre” en los hogares, “un padre que represente la autoridad y que brinde la seguridad y los sanos límites tan necesarios para nuestro desarrollo”, recuerdan que “aquellos que tuvimos la suerte de tenerlo en nuestras vidas sabemos que su ejemplo nos acompaña en todo momento” pero aclaran que se refieren a “un padre valorizado y no en oposición a un feminismo mal entendido”.
“Tal vez también nos estén faltando mujeres que sigan pensando que la maternidad es lo mejor que les puede pasar y que el educar a personas felices es la tarea más trascendente que puede haber (aunque no queramos decir que las mujeres no puedan estudiar, trabajar y ocupar lugares que legítimamente les corresponden)”, prosigue el texto.
En ese sentido agrega. “Tal vez quieran que olvidemos que un niño con un papá y una mamá que se amen está en mejores condiciones para crecer sano y feliz y que la familia sigue siendo la comunidad por excelencia donde podemos desarrollar nuestras potencialidades y aprender más fácilmente a relacionarnos de modo responsable con los demás”.
“Por último, creemos que somos muchos los que pensamos de esta manera, pero durante muchos años nos han hecho creer que estos valores son de otras épocas y, en pos de un falso progresismo, callamos lo que el corazón nos dicta y la experiencia nos señala. Estamos a tiempo. Proponemos más presencia familiar, más educación en valores. Estamos convencidos de que la violencia y la delincuencia se desvanecerán casi sin darnos cuenta…”, concluye.
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