Independencia y formación estatal
La independencia argentina, un fenómeno político ocurrido en el siglo XIX, fue el primer capítulo de un largo proceso de construcción del Estado, institucionalidad típica de la modernidad.Se trató de un movimiento de emancipación más vasto en toda la América española, de suerte que no es casual que la mayoría de las repúblicas del continente estén cumpliendo 200 años.Se conoce de hecho como "La independencia de América Latina" al período histórico transcurrido entre finales del siglo XVIII (en torno a 1780) y mediados del siglo XIX (alrededor de 1850) en América Latina y el Caribe.No hay que perder de vista que aquí España, a partir del siglo XVI, constituyó uno de los más grandes imperios que ha conocido la humanidad. Un reino europeo, de perfiles netamente medievales, controló así durante tres siglos una vasta geografía que le reportó ingentes riquezas minerales (oro y plata).Pero el orden feudal europeo, la llamada Cristiandad, fue un sistema que se encaminaba al derrumbe, producto de tres factores: la urbanización, el desarrollo de la economía y la Reforma Protestante (movimiento cismático que erosionó el poder del papado).Luego de un largo conflicto entre las coronas, los dominios señoriales y la Iglesia, Europa se fragmentó en unidades políticas particulares, de suerte que en el siglo XIX se consolidaron los Estados nacionales.Una España atrasada en relación con la modernidad, empezó a competir en desventaja con países pro industriales como Francia e Inglaterra, que a su vez codiciaban las colonias españolas.Se inicia entonces, allá por el siglo XIX, un vasto movimiento de emancipación en todo el continente americano, acicateado sobre todo por Inglaterra, cuyos agentes trabajaron tras bambalinas a favor de las guerras de independencia.Una corriente historiográfica sugiere que una "mano invisible" aceitaba los engranajes para que un conjunto de fuerzas, hombres y tal vez capitales, se concentraran en Buenos Aires, Caracas, Montevideo, Santiago y otras ciudades.Es la tesis del chileno Benjamín Vicuña Mackenna, para quien si no hubiera sido por las sociedades secretas (San Martín perteneció a la Logia Lautaro) y la ayuda británica, la independencia hispanoamericana no se habría producido.De esta manera Hispanoamérica, una formación histórico-cultural única, con eje en la península ibérica, se atomizó en nuevos Estados nacionales, tras las guerras de la Independencia.Por esta razón en este primer cuarto del siglo XXI, se están cumpliendo 200 años de independencia de la mayor parte de las repúblicas del territorio latinoamericano. En el caso argentino, cabe señalar que entre 1810 y 1880 se desarrolló un período de construcción del Estado-nación.El Estado es un invento moderno de origen europeo y burgués. Es una creación mitificada montada sobre la ruina del orden feudal. Un instituto político que se asienta sobre la concentración del poder político y el dominio de un territorio.Ese Estado soberano, para consolidarse, necesitó de una ideología: la nacionalidad. Fue el francés Ernest Renán quien elaboró el primer concepto de nación, concebido como identidad colectiva imaginaria, un nuevo "nosotros" (que vino a reemplazar las creencias medievales).Renán apuntó que la nación supone un proceso de mitificación del pasado, asentado sobre un olvido colectivo. Dijo que se trata del cultivo de una historia selectiva en la que se suspende el juicio crítico para sacralizar algunos hechos e ignorar deliberadamente otros.
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