Inmigrantes que envían dinero a sus familias
Se denomina "remesa" a los giros de dinero que hacen los inmigrantes a sus familias en sus países de origen. Se trata de flujos financieros privados que ayudan a muchas naciones pobres. Históricamente Argentina ha sido principal fuente de envío de remesas a países como Bolivia y Paraguay. Las mayores oportunidades de trabajo y los sueldos relativamente más altos han atraído a estas pampas a pobladores de esas naciones.Bolivianos y paraguayos, contratados en Argentina, suelen enviar a sus familias un ingreso extra. Aunque este circuito ha fluctuado en función del tipo de cambio entre los países involucrados, y de la situación económica coyuntural.Hoy, por ejemplo, con la restricción que pesa sobre el dólar (cepo cambiario) y la depreciación del peso argentino, el giro de dinero de la migración laboral limítrofe se ha complicado extremadamente o ya no es rentable.En todos los lugares del planeta existe este flujo financiero entre privados, que responde al derecho de todo ser humano de asistir de modo individual al sustento y bienestar de otras personas.Se constata así que los inmigrantes que viven en los países más ricos se acuerdan de sus familias e intentan ayudarlas a su manutención con lo que pueden. Los envíos se originan, por tanto, como consecuencia de los lazos familiares, de obligación y afecto.Las remesas se diferencian de la ayuda oficial o de la llamada "inversión extranjera" justamente por este carácter familiar y privado. Este dinero es un factor de desarrollo para las economías de los países de origen de la inmigración.La importancia de las remesas estriba en que se dirige a las capas sociales menos favorecidas de los países pobres. De ahí que la Organización Internacional para los Migrantes (OIM) sugiera que este flujo se aplique en actividades productivas o educativas que favorezcan a las familias de origen de los migrantes.Las remesas, con frecuencia, benefician a regiones y comunidades adonde no llegan las inversiones extranjeras o la ayuda oficial para el desarrollo. El caudal de estos ingresos monetarios supone un impacto notable en los países que los reciben.Estados Unidos, donde residen 53 millones de latinos, es la principal fuente de envíos hacia Latinoamérica. Los hispanos incorporados al mercado de trabajo estadounidense remiten por este concepto unos 67.000 millones de dólares al año.Para México se trata de la principal fuente de divisas. En el primer semestre de 2014, recibió 11.000 millones de dólares. Las remesas equivalen para el país azteca al 2% de su PBI.Para el Salvador, ese dinero representa al 16% del PBI, para Honduras el 15%; en tanto que para Guatemala equivale al 10%. Según Inter-América Dialogue, el envío de remesas es el responsable de la estabilidad económica en Centroamérica, donde ese dinero se gasta en alimentos, medicinas y alquiler de viviendas.Se menciona que el nivel del salario (ajustado al poder adquisitivo) en los países de renta alta son alrededor de cinco veces los de los países de renta baja, para puestos de trabajo similares.De hecho, los inmigrantes pueden ganar salarios que reflejen los precios de un país industrial y gastar el dinero en países pobres, donde los precios de los bienes son mucho más bajos.Se cree que las estadísticas que cuantifican el caudal de las remesas se quedan cortas. Y esto porque no recogen lo que se conoce como "envíos informales", es decir todos aquellos que no se tramitan ni por los bancos ni por las empresas que brindan el servicio de envío de dinero.
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