Jóvenes en un desconcierto
Asisten a una sociedad que pareciera no darles muchas opciones a futuro. Por Elsi Rodrí[email protected] Los jóvenes no encuentran cabida para un verdadero progreso en la construcción de su persona en este mundo extremadamente consumista y en donde además, el tener es una condición muy fuerte en la vida actual. El rol del adulto pareciera perdido o desdibujado y en lugar de asistir al maravilloso concierto de acompañarlos en la creación de un futuro promisorio, se muestran acciones que los conducen a la irreflexión y a un mundo donde todo esté permitido. Junto a la Licenciada en Psicología Cecilia Lijó, buscamos encontrar un camino que nos lleve a un análisis profundo de esta realidad. El espacio en el que se desenvuelve el adolescente merece un análisis.Por supuesto, y es el adulto el que lo debe hacer, es el rol que le compete en la sociedad, para poder entender si realmente en dónde están ubicados los jóvenes están en condiciones de elegir.Históricamente se piensa a la adolescencia como una etapa, como un problema que no sabemos qué hacer y no como una persona en proceso de cambio. Pareciera que el lugar que la sociedad le termina asignando es el del consumo. ¿Verlos como clientes y encerrarlos en ámbitos confusos como los boliches los debilita?Aprovechando la fragilidad del momento que vive el joven en esa constitución subjetiva de no saber qué quiere y hacia dónde ir, el adulto en lugar de potenciarlos hacia un lugar que permita construir escenarios futuros o disfrutar los actuales, los ubica como objetos de consumo. Donde pareciera que el lugar que el adolescente tiene hoy como espacio de ocio es la noche y casi ninguna otra opción más. ¿Es sólo de la juventud el problema o todos somos parte de él?Cuando hablamos de la problemática de la juventud, o que rodea al joven, tenemos una tendencia a tercerizar tanto el origen del mismo como la búsqueda de la solución; es un error, a nosotros nos cabe la responsabilidad del mundo en el que viven y por ende somos parte del problema y debemos involucrarnos. ¿Cómo repercute la publicidad en los adolescentes?Los adolescentes y jóvenes reciben un bombardeo publicitario que tiene como objetivo transformarlos en consumistas, si es posible compulsivos. Están en una etapa de vulnerabilidad, y es atacado por esta presión hacia el consumo y lo material, y nos estamos olvidando que ellos tienen el derecho a no recibir esa presión permanente. ¿Realmente cree que es posible dominarlos en su accionar?La fiesta del "mea culpa" que se realiza en los boliches, es un ejemplo de hasta dónde llegan a dominarlos, haciendo que para obtener la gratuidad del consumo de bebida alcohólica, sean capaces de frenar una necesidad fisiológica como es orinar. Recordemos que esta metodología se basa en que las chicas pueden beber gratis hasta que una de ellas no aguante más y vaya al baño a orinar. Si bien es ocurrente la idea, es una locura llegar a esa situación de dominio mental sobre la masa juvenil. ¿Cuándo nosotros fuimos adolescentes, no éramos también vulnerables?Siempre esta etapa fue y es de vulnerabilidad, no es un fenómeno de ahora sino una realidad natural inherente a la edad, donde cambian sus objetos de amor, sufren cambios corporales, salen al mundo a enfrentarlo ya sin la compañía del adulto. El tema es cómo en la actualidad ese estado lógico de la edad es utilizado por otros adultos con el mero hecho de logros materiales, los inducen al consumo sino quedan fuera de la moda y a nadie le gusta no ser un joven de su época. ¿Imitan las conductas de sus pares?En esa búsqueda de individuarse, necesita esa reacción de rebeldía, insisto que es algo natural, y nace la idea de grupo, de pares, donde adoptan formas y hábitos. Esa es una etapa de construcción, eso hace que uno tienda a ir hacia donde va y hace el grupo, y si no hago lo que la moda manda, traiciono al resto. Si todos toman, yo también, y en la fiesta del mea culpa, si orino perjudico a los demás. ¿Los adultos no actuamos en forma parecida a lo que le criticamos a ellos?Considero que esto no escapa a las características del resto de la sociedad, yo siento que esto es una "biopsia" de la trama patológica de la realidad actual, donde los adultos no somos tampoco ejemplos paradigmáticos a seguir. Los chicos escuchan que el mundo es corrupto, que no hay grandes espacios para los proyectos de vida, y esos nocivos ejemplos que les damos los empuja más hacia esos espacios cerrados donde se evaden de ese mundo adulto poco luminoso sin darse cuenta que eso los pude perjudicar.No hay que perder de vista el hecho que los adultos también son consumistas, que los adultos también hacen del alcohol un dios, la diferencia está en que ellos están en una etapa de construcción y ese tránsito se los estamos llenando de espinas cuando deberíamos ser más ejemplos. ¿Qué podemos hacer para cambiar esta triste historia?Nosotros como adultos tenemos que bregar por darles el espacio de reflexión que ellos necesitan para medir sus actos, para transitar esta etapa tan permeable, si no los estamos dejando a la deriva en estas aguas sociales nada claras. No involucrarnos en este problema y no esforzarnos por ayudar a nuestros hijos es una falta de responsabilidad imperdonable, porque esa es nuestra tarea, sumada al apoyo también del Estado. Finalmente, la Licenciada Lijó a modo de reflexión nos dijo: "Creo que tenemos que lograr que ellos por sí mismos aumenten la percepción del riesgo, que identifiquen las presiones de consumo y que las puedan neutralizar. Familia, Estado, escuela, todos debemos darles las armas para defenderse y no caer en la trama de los discursos que los empujan a ese consumismo irreflexivo".
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