La apuesta por el arte ante la crisis económica global
Ante situaciones críticas en que todo parece que se derrumba, los inversionistas resguardan su dinero en metales preciosos, inmuebles u obras de arte.La actual coyuntura mundial, dominada por el temor a una nueva recesión y en la cual la incertidumbre por el futuro da la impresión que no tiene fin, son malos tiempos para la inversión tradicional.Las acciones de las empresas se derrumban y por tanto la Bolsa es un recinto bastante riesgoso para conseguir beneficios. Paralelamente se ha instalado la desconfianza en todo el sistema financiero.Se diría que desde la inusitada quiebra de Lehman Brothers, en noviembre de 2008, los bancos son mirados con recelo por todo el mundo. Colocar el dinero en ellos resulta una operación riesgosa.La volatilidad hace incluso desaconsejable el mercado de divisas o los fondos de inversión. Ni hablar de los bonos estatales, papeles emitidos por Estados con severos problemas presupuestarios.A la hora de buscar refugio, los inversionistas internacionales han salido a comprar oro y metales preciosos. Paralelamente el mercado que está floreciendo es el del arte.De hecho no paran de aparecer noticias en televisión o Internet que informan acerca de cantidades astronómicas de dinero que se han pagado por el cuadro de tal o cual artista.La novedad es que ya no son los coleccionistas los que intervienen en las subastas -gente que paga mucho dinero para darse gustos estéticos- sino inversionistas que buscan diversificar su cartera.Es decir, las piezas no son codiciadas por su valor artístico intrínseco sino como refugio de valor por parte de un público que busca formas alternativas de colocar su dinero de manera redituable.Individuos de gran riqueza, muchos de ellos procedentes de Asia (China, Rusia y Medio Oriente) se han volcado a este mercado del arte, haciendo que pinturas y esculturas, sobre todo, se conviertan en un commoditie interesante en medio de la conmoción económica."La gente se ha dado cuenta que el arte es un refugio seguro para sus activos cuando otros mercados tienen un desempeño pobre", sostiene Clare McAndrew, economista especializada en arte, consultada por The New York Times."En general, las obras de arte mantienen su valor a través del tiempo, y en algunos casos ese valor aumenta", señaló. Otro especialista, Michael Findaly, director de una prestigiosa galería internacional, confirmó la tendencia: "El negocio del arte ahora atrae a gente que está estacionando dinero, que está especulando y que quiere status social".Según la información, en Ginebra, Suiza, se están expandiendo los 'freeports' (puertos libres, algo así como free shops de las artes), especies de enclaves que garantizan el almacenamiento de piezas artísticas de valor fuera del alcance de los recaudadores.Los freeports son lo más cercano a las Islas Caimán (paraíso fiscal) en el mundo del arte. Para meterse en este sofisticado mercado no se necesita ser un amante del arte, aunque se cree que una inversión millonaria requiere del consejo de los expertos.Uno de ellos por ejemplo, recomienda en Internet no comprar cualquier objeto de arte. Afirma que las obras cuyo valor es más estable son las de los antiguos maestros de la pintura, como los impresionistas.Cuanto más contemporánea es una obra, más arriesgado es invertir en ella. Aunque también es cierto que las obras de arte moderno se cotizan en el tiempo.Puede ocurrir que el trabajo de un autor no muy reconocido reciba de repente un éxito crítico con una exposición, y en poco tiempo el precio de la pieza se vea multiplicado por diez.
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