La compasión en tiempos indolentes
¿Vivimos en una época indolente donde se ha perdido el sentido de la ternura hacia el prójimo y hacia los otros seres? ¿Acaso la compasión ha sido desplazada por una ideología egoísta y materialista?En las relaciones humanas abundan los muros que se alzan entre el yo y el tú. Uno de ellos lo construye la envidia, que hace que uno llegue a alegrarse ante la desgracia de la otra persona (y viceversa, a entristece cuando le va bien).Hay un sentimiento, sin embargo, que tiene la capacidad de perforar los muros que establecen diferencias entre los hombres, que tiene la virtud de hacer delgado y transparente el mundo, y se llama compasión.Es que el sentimiento de conmiseración despierta ternura o empatía por quien la está pasando mal. Es un ejercicio por el cual las personas, como se dice habitualmente, se ponen en los zapatos del otro.En la medida en que la compasión no nos haga mirar a los demás desde la superioridad, alimentando una suerte de altanería encubierta, posibilita un encuentro humano verdadero.Compadecer es "padecer con", lo que supone sufrir con los otros. De suerte que, lejos del egoísmo y la indiferencia, las barreras entre las personas desaparecen.Es significativo, al respecto, que el nuevo Papa tenga en su escudo la leyenda "Miserando atque eligendo". Ese lema fue adoptado por Jorge Bergoglio al ser designado Obispo de Buenos Aires.Según cuenta el sacerdote jesuita Miguel Manzanera, ese texto latino, cuya traducción literal es "Lo miró con misericordia y lo eligió", forma parte de una homilía que hizo el monje británico San Beda el Venerable (672-735).Es un comentario a aquel pasaje del Evangelio en que Jesús llama entre sus seguidores a Mateo, un recaudador de impuestos, un oficio que era despreciado por gran parte de la población, que veía a los publicanos como colaboradores del poder romano y explotadores del pueblo judío.San Beda añade como explicación: "Vio Jesús al publicano y, porque lo miró, compadeciéndose y eligiendo le dijo: 'Sígueme'".El significado profundo es que Jesús, al elegir a Mateo, no se fijó en el estereotipo condenatorio, fue más allá de la figura del publicano. Se compadeció de él y le invitó a seguirle, aún sabiendo que los que se creían justos le iban a criticar y acusar de rodearse de pecadores.El actual Papa Francisco cuenta cómo fue que abrazó la misión religiosa. Según su testimonio, a los 17 años, precisamente en la fiesta de San Mateo, experimentó de un modo particular la misericordia de Dios en su vida.Desde entonces, dejando otros proyectos, ingresó a la Compañía de Jesús. Al ser elegido Papa, Bergoglio pudo haber adoptado otro escudo, sin embargo mantuvo con algunas variaciones el que ya poseía.De esta manera adoptó el lema de la compasión, frente a los pecadores y frente a los acusados injustamente, como un rasgo distintivo del nuevo pontificado, según la lectura del presbítero Manzanera.Más allá del contenido teológico cristiano en juego en este caso, la compasión es una actitud valorada por otras religiones y filosofías. Puede verse como una forma de solidaridad, que vincula con las demás personas.También como una forma de generosidad, pues se trata de poner la inteligencia, la imaginación y la sensibilidad al servicio de aquellos que lo necesitan. La compasión es un valor que nos hace sensibles a los males de las otras personas e impulsa a aliviar su sufrimiento.Puede convertirse, así, en un antídoto contra la indiferencia y la indolencia.
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