La Cruz, la Esperanza y la Alegría
Jesús es el modelo a seguir, es nuestro Buen Pastor. Él se acerca a todo dolor, lo toca con ternura, levanta de la postración. Evangelizar es hacerse cercano a los pobres, a quienes sufren la cruz y hacernos solidarios en el dolor. Monseñor Jorge Eduardo Lozano* El 5 de febrero de 1998 moría en Roma nuestro amigo, el cardenal Eduardo Francisco Pironio. Él abrazó la cruz en su propia enfermedad y acogió en su corazón de padre y pastor a otros que cargaban con el propio sufrimiento. La cruz, la esperanza, la pascua, la contemplación, fueron palabras que calaron profundo en su espíritu y, meditadas, nos fueron regaladas en sus escritos y predicaciones.Él fue un hombre de fe, un Pastor bueno, preocupado por servir a su Pueblo. Le tocó estar en muchos lugares. Siempre predicó sobre la esperanza, aun en tiempos difíciles; sobre la alegría y la vida que brotan de la cruz pascual del Señor Jesús. Le tocó sufrir y mucho. Experimentó la incomprensión de algunos, inclusive en el seno de la Iglesia, que le calumniaron y siempre buscaron poner obstáculos en su camino.También vivió una dolorosa y larga enfermedad que asumió como participación en la cruz del Señor, ofreciendo sus sufrimientos por amor a la Iglesia. Se dejó amar a fondo por Jesús. Vivió en espíritu de oración y experiencia de encuentro con Dios. Valoró en mucho la amistad. Tuvo un gran amor a la Virgen, en quien siempre confió como madre fiel.Al enseñarnos sobre la evangelización decía: "La evangelización no es una actividad provisoria, circunstancial o parcial de nuestra vida. Todo en nosotros —nuestra adoración y nuestro servicio, nuestra ocupación cotidiana y nuestro trabajo apostólico, nuestra alegría y nuestro sufrimiento— es esencialmente evangelizador. Somos o no somos evangelizadores; como somos o no somos cristianos".La Evangelización es anuncio de la esperanza que sostiene. El cardenal Pironio también nos enseñó que "la esperanza es caminar juntos. Qué bueno si hoy sentimos que alguien a nuestro lado nos dice: 'no tengas miedo, no estás solo... ¡caminamos juntos!'. Qué bueno si nos acercáramos a alguien que vacila en su fe, a alguien a quien el dolor oscurece el camino y le decimos: 'No tengas miedo yo también voy caminando a tu lado' ".Se destacó por su gran amor a la Iglesia como misterio de comunión misionera. Nos proponía una Iglesia muy cercana a las angustias de la gente, pero con la alegría que nos da Cristo. "Una Iglesia de la cruz y la esperanza, de la pobreza y la contemplación, de la profecía y el servicio": la "Iglesia de la Pascua". En esta Iglesia nos amaba a todos: los jóvenes, los laicos, la Acción Católica, los religiosos y religiosas, los sacerdotes, los seminaristas...Es hermoso palpar su amor a la vida: "Te doy gracias, Padre, por el don de la vida. ¡Qué lindo es vivir! Tú nos hiciste, Señor, para la vida. La amo, la ofrezco, la espero. Tú eres la Vida, como fuiste siempre mi Verdad y mi Camino".Hoy a las 11 de la mañana se celebra en la Basílica de Luján una misa recordando su vida y su servicio. Nos unimos en oración pidiendo a Dios por su pronta beatificación. Confiamos esta intención en el corazón de la Virgen de Luján en cuya casa quiso el cardenal Pironio ser sepultado.En las misas de este domingo leemos como primera lectura un pasaje del Libro de Job que nos presentó una situación de sufrimiento y dolor. El hombre vencido, sin esperanza ni sentido, que anhela justamente una presencia salvadora. Job se queja de los "meses vacíos" y "la noche de dolor" (Job 7, 3). "Mi vida es un soplo y mis ojos no verán más la felicidad" (Job 7, 7). Queja que un tango expresa diciendo "la vida es una herida absurda".Buena parte de la humanidad recorre hoy noches de dolor. Pueblos enteros de África y América Latina. Pensaba en nuestros hermanos de Haití que hace cinco años sufrieron el terremoto en el cual murieron 300.000 personas, y 2 millones se quedaron sin vivienda. Hoy todavía hay más de 3,5 millones de personas en la miseria, y 90.000 familias viviendo en carpas.También miremos a las comunidades expulsadas de sus tierras. Cristianos perseguidos y asesinados a causa de la fe. Detengámonos también ante quienes son víctimas del secuestro y la tortura para la explotación sexual. Los que están esclavizados por la droga, el alcohol, la violencia. Las mamás de niños desnutridos. Niños sin infancia. Jóvenes sin sueños. Los que están abandonados o dejados de lado. O quienes, aun con su situación económica acomodada, experimentan soledad y angustia.Cuántos son los que hoy sienten como propias estas palabras expresadas por Job de "noches de dolor" y meses o años vacíos, y sin esperanza de que sus ojos lleguen a ver días de felicidad. Estemos cerca de quienes sufren. Con respeto y ternura contemplemos en esas heridas la presencia viva de Jesús, y seamos un poco de luz en medio de las tinieblas.El Papa anunció esta semana la Beatificación de monseñor Oscar Romero, obispo de El Salvador, asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba la misa en la capilla de un hospital. Francisco lo reconoció como mártir por haber sido matado por odio a la fe. Su cercanía a los pobres y su prédica a favor de la paz y la justicia le valieron ser llamado "la voz de los sin voz". El día anterior a su ejecución había predicado pidiendo a los militares: "En nombre de Dios y de este sufrido pueblo les ruego, les suplico, les ordeno, en nombre de Dios, el cese de la represión". Una buena noticia para América Latina.El martes que viene, 10 de febrero, cumplo 60 años de edad. Le doy gracias a Dios por el don de la vida, de la familia, los amigos, la vocación y este tiempo concreto de tanta densidad que nos toca transitar. Con quienes puedan acercarse celebraré la misa a las 20.30 hs. en la Catedral San José de Gualeguaychú. Y, como dice alguien conocido y querido por nosotros: recen por mí. * Obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios