La deuda que no se va y siempre aflora
De ella no se hablaba, los funcionarios miraban para otro lado y la sociedad creía que vivíamos en el mejor de los mundos tras el canje de 2005 y el pago poco después al Fondo Monetario Internacional (FMI)."Ahí está la renegociación de la deuda externa y la quita del 70% de su deuda, ahí está el chau al Fondo Monetario Internacional, ahí está esa nueva Argentina que quiera amanecer y va a amanecer".La expresión de Néstor Kirchner, en 2006, instalaba en la opinión pública la idea de que la deuda era un tema del pasado. Después que el gobierno K pagó en efectivo los 9.600 millones de dólares al FMI, el diario Clarín, amigo entonces de Kirchner, tituló: "El gobierno pagó la deuda", como si hubiera sido la totalidad.Sin embargo, la creación ahora del "Fondo del Bicentenario" para pagar vencimientos, que armó una crisis institucional de proporciones, y la reapertura de un nuevo canje de deuda, esta vez para los que no habían entrado en el primero, echó por tierra con esa ilusión.De golpe, nos estamos enterando de que la deuda sigue siendo un problema grave, y estamos cayendo en la cuenta que en los últimos años el país estuvo negando esta realidad, en función de una visión oficial interesada.Muchas cosas no se entienden. La renegociación de los pagos que entablaron Kirchner y Lavagna en 2005, estipuló una ley cerrojo para que los que quedaban afuera de ese acuerdo, no cobraran más.Está todo resuelto, se dijo. Que los fondos buitres, que no entraron en ese canje pataleen, porque el gobierno argentino hizo una única y última oferta. A 5 años de esa proclama oficial, ahora todo cambió.Cuando se creía que la deuda era algo manejable en el tiempo, el gobierno K lanzó una cruzada por el "desendeudamiento", hizo caer la ley cerrojo, y sacó reservas del Banco Central (Fondo del Bicentenario) para pagarle a los que había jurado jamás hacerlo.El diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Pino Solanas, en su discurso sobre el asunto, en el Congreso, dijo que todo es una maniobra oficial para seguir endeudándose."Pretenden sacar los 6.500 millones (Fondo del Bicentenario) para tomar otros 15 mil millones, porque este año los servicios de la deuda insumirán 22 mil millones de dólares", señaló.Esos 6.500 millones "equivalen a apenas menos que todo el presupuesto nacional de Educación, más todo el presupuesto nacional de Salud del año 2010", criticó.Como muchos economistas, Solanas dice que este gobierno pagó más deuda que ningún otro, pero resulta que el stock de deuda pública no hace más que crecer.En diciembre de 2001 el stock de deuda pública, al momento de anunciarse el default, sumaba 144.222 millones de dólares (fuente ASAP). Pero resulta que hoy superaría los 170.000 millones de dólares.La política de "desendeudamiento", caballito de batalla K, lo único que habría conseguido, a juzgar por esos números, es incrementar la deuda. "Para reconstruir Chile hacen falta 30.000 millones. Y nosotros, en estos pocos años, pagamos 40.000 millones de dólares", despotricó Solanas en el Congreso.Evidentemente, la deuda envuelve una paradoja: parece que cuanto más se paga, más se debe. ¿Cuál es el misterio? Muchos expertos responden que la clave reside en el círculo vicioso de la usura.Eso se expresa en el hecho de que los intereses en base a los cuales se reprograman los pagos para adelante (Plan Brady, blindaje, mecacanje y demás), son en general más altos que lo que crece la economía del país.Conclusión: la deuda es eterna, se reproduce en el tiempo, nunca se salda, crece por la lógica inmanente de los intereses usurarios. Y se instala como una hipoteca permanente que grava la economía nacional.En este contexto, la refinanciación que se encara por estos días en torno a los pasivos del país sólo patea la pelota para adelante.
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