La economía es el gran dolor de cabeza
La combinación de factores externos e internos se ha conjugado para que la economía argentina haya sido golpeada duramente este año, disparando un cuadro recesivo y de volatilidad financiera de difícil pronóstico.En lo que va del año la caída del peso supera el 40%, aunque ha sido más progresiva en los últimos meses, fenómeno monetario (acompañado del aumento de la tasa de interés) que ha provocado un frenazo en la actividad económica.Se trata, visto en perspectiva, de un proceso que está acompañando a un período de turbulencia que se ha desatado en los mercados emergentes del mundo a raíz de la revaluación del dólar y la guerra comercial en curso impulsada por Estados Unidos.Turquía, Sudáfrica, Brasil, Rusia e India han venido sufriendo, al igual que Argentina, una caída de sus divisas, por huída de los inversores. En el caso argentino, el cuadro se complica internamente por un elevado déficit fiscal y de cuenta corriente, que ha venido necesitando de un importante endeudamiento externo.A eso se le sumó la sequía más importante de las últimas décadas, lo que hundió al sector agropecuario, gran motor de la economía nacional, y proveedor principal de divisas para el país.No bien percibió la hostilidad de los inversores para seguir financiando el déficit fiscal y de cuenta corriente, el gobierno de Mauricio Macri acudió en junio a la asistencia financiera al Fondo Monetario Internacional (FMI), devenido en prestamista de última instancia, quien terminó acordando un crédito por 50.000 millones de dólares.Sin embargo, contra todas las previsiones, la ayuda del FMI no ha logrado hasta aquí detener la curva descendente ni calmar los nervios de los inversores. En las últimas horas, el dólar trepó a los 40 pesos, en una escalada motorizada, según los analistas, por el fantasma de un posible "default".Para salirle al cruce a las versiones de una eventual cesación de pagos, el presidente Macri anunció que el FMI adelantará fondos ya acordados por ese organismo para garantizar el pago de los vencimientos de deuda hasta 2019."Esta decisión apunta a eliminar cualquier incertidumbre que se hubiera generado alrededor ante el empeoramiento del contexto internacional. Garantizar el financiamiento para 2019 nos va a permitir fortalecer la confianza y retomar el sendero de crecimiento lo antes posible", dijo Macri en un mensaje televisivo.A cambio, Argentina se compromete a cumplir con las metas de reducción del déficit acordadas con el FMI, que prevén el equilibrio en 2020 y superávit en 2021. "De nuestra parte, acompañaremos este apoyo con los esfuerzos fiscales necesarios, trabajo en el que venimos avanzando muy bien", sostuvo el mandatario.Por otro lado, el gobierno ha puesto todas las fichas en el sector agropecuario para reactivar la economía y cubrir las necesidades de divisas. La Bolsa de Comercio de Rosario estimó que el área total sembrada en Argentina en la campaña 2018/19 alcanzaría un récord de 37,2 millones de hectáreas y se producirían 120 millones de toneladas de granos.El dato clave es que se estima que el agro generaría divisas al país por US$26.400 millones en 2019, un flujo de dinero que ayudará a sostener el mercado cambiario argentino, que ahora mismo padece la falta de agro-dólares a causa de la sequía.Por lo demás, se observa con expectación cuál será la actitud de ahora en más de los inversores que atesoran papeles o activos en pesos. ¿Seguirán yendo al dólar, agudizando así la devaluación del peso?
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