La Paz romana (en latín, pax romana), llamada también Pax augusta, constituye un largo periodo de paz impuesto por el Imperio romano a los pueblos por él sometidos.Jorge Barroetaveña La expresión proviene del hecho de que la administración y el sistema legal romanos pacificaron las regiones que anteriormente habían sufrido disputas entre jefes, tribus, reyes o ciudades rivales (por ejemplo, los interminables conflictos entre las ciudades-Estado griegas o tribus galas. Comenzó en el año 29 a.C. (Fuente Wikipedia)La reunión de la Presidenta de la Nación con Daniel Scioli tuvo un claro objetivo: aflojar la tensión que, en las últimas semanas, se había vuelto asfixiante. Es que la tirante relación entre la Nación y la Provincia de Buenos Aires amagaba con llevarse puesta a las dos. El kirchnerismo, que siempre ha sido fiel a su esencia redoblando la apuesta cada vez que se encontraba con una dificultad, resolvió ahora sacar el pie del acelerador, calmar las aguas y esperar hasta que aclare. Es evidente que, para enfrentar a Scioli y su proyecto para el 2015, no es el mejor momento.El jueves, Hernán Lorenzino, Ministro de Economía, se presentó ante las cámaras de televisión y explicó la nueva estrategia oficial, nacida de una orden de la Presidenta: ayudar en la medida de lo posible a todas las provincias, siempre y cuando la Nación tenga esos recursos. Quizás sin querer, o por falta de experiencia, Lorenzino deslizó una frase inquietante que modifica radicalmente el escenario de los últimos días: "le encontramos la vuelta, porque los recursos no son de chicle", evaluó. Luego Randazzo lo refrendó al sostener que "en el caso de Buenos Aires había una dificultad adicional porque la provincia necesitaba una suma de dinero mucho más importante de la que disponía el gobierno nacional". La crisis pues, no es sólo patrimonio de los gobernadores y su mala gestión de recursos, sino que también golpea las arcas del estado nacional. Enterado de la ayuda a Scioli el desorientado Peralta de Santa Cruz también negociaba en las últimas horas un auxilio financiero en medio de una huelga policial que puso en jaque a su provincia."¡Calma chicos...parece que estuviéramos firmando la paz en Siria...!", bromeó la Presidenta Cristina con los fotógrafos y camarógrafos, en la previa de la reunión con Scioli. La charla en realidad fue casi un pretexto, porque se hablaron generalidades en medio de un clima dominado por la frialdad. El mensaje estaba en la foto y en la plata, los 600 millones que a Buenos Aires le permitirán cancelar el medio aguinaldo antes de la fecha prevista y ponerle freno, al menos parcial, a la ola de huelgas que se le habían venido encima. Hay que decir también que Scioli hizo los deberes. Se bancó todo en las últimas semanas, pese a que sus detractores lo siguen zamarreando y no tuvo una sola declaración pública reprochable. Al cabo, parece haber tenido razón porque desarmó la andanada kirchnerista y los condicionó a la hora de negociar. Para sus críticos claro, apenas consiguió una tregua en medio de la guerra y un poco de oxígeno para patear la pelota para más adelante. La situación económico-financiera de su distrito es delicada y pende de un hilo. Y eso no cambia con 600 millones de pesos. Lo que pasó el miércoles le conviene a ambos: Scioli paró la sangría política y la Presidenta le bajó los decibeles a los embates.
***Es probable que haya tenido los números a esa altura y hasta haya influído en sus decisiones de los últimos días. Por primera vez, oficialmente, el gobierno admitió que la actividad económica se paró, con un dato sugestivo: en mayo retrocedió. El viernes el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) dio a conocer las cifras de mayo que registraron una caída interanual de 0,5 por ciento. Es la primera baja desde julio de 2009, año en el que, según las consultoras privadas, la Argentina registró una caída en su PBI que nunca fue reconocida por el gobierno. La noticia se conoció adobada de otro dato preocupante y es el déficit de las cuentas públicas que sigue aumentado. El Ministerio de Economía informó que el déficit se agudizó el mes pasado, cuando llegó a $ 726 millones, cifra que marca un claro contraste frente al superávit primario de $ 933 millones registrado un año atrás.Estos números no son parte del relato, sino de la realidad. Y el gobierno sabe que su fuerte siempre ha sido la economía. Por eso llama la atención que aún convivan apuestas contradictorias para hacerle frente a la crisis. ¿Cómo es eso? Los controles que se aplican en el mercado cambiario y a las importaciones han provocado más daño que soluciones. ¿Quién los comanda? Guillermo Moreno. Y forman parte de la vieja apuesta que nunca dio resultados, más en la historia argentina. Axel Kicillof, viceministro de Economía, piloteó el viernes una visión diferente, en el sorteo del plan de viviendas. ¿El objetivo? Echarle leña al consumo para evitar que se caiga la demanda y el impacto de la crisis no se lleve puesto el modelo. Algo de eso dejó percibir la Presidenta con su orden de ayudar, mientras se pueda, a las provincias. ¿A quién le conviene que alguna se incendie? A nadie y al gobierno nacional menos.Con estas decisiones, la economía amaga con recuperar el centro de la escena. La situación de la Argentina no es la del 2001, estamos lejos de eso, pero por primera vez la política había comenzado a influir negativamente en la economía. Y Cristina se dio cuenta. Sacó el pie del acelerador no sin antes demostrarle a Scioli quién es el que manda. Ahora hay otras cuestiones más urgentes que atender. Ya llegará el turno del ex motonauta.