La estupidez, ¿la mayor desgracia del hombre?
Se tiende a pensar que la desdicha humana o el sin fin de desventuras históricas obedece a la acción de los malvados. Pero hay quienes la atribuyen a los "estúpidos", un grupo afectado por una suerte de perversión alimentada de buenas intenciones. Quien parece que suscribía esta opinión es el gran científico Albert Einstein, quien dijo: "Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro".Nuestro Jorge Luis Borges llegó a decir que "las tiranías fomentan la estupidez", en tanto que el escritor francés Albert Camus arribó a la conclusión de que "la estupidez siempre insiste", mientras el poeta alemán Johann Wolfgang Goethe opinó que "contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano".Quien desarrolló una teoría de la estupidez es el historiador italiano Carlo María Cipolla (1922-2000), a través del libro titulado "Allegro ma non troppo", donde sostiene que los males que nos aquejan tienen por causa la actividad incesante de los máximos conspiradores contra la felicidad humana: a saber, los estúpidos."Tengo la firme convicción, avalada por años de observación y experimentación, de que los hombres no son iguales, de que algunos son estúpidos y otros no lo son", dispara el autor.Según Cipolla hay cuatro tipos humanos: los sabios, cuyas acciones logran ventajas para sí mismos y también para los demás; los incautos, que pretenden beneficiarse pero acaban por proporcionárselos a otros; los malos, que obtienen beneficios a costa de otros; y por último están los estúpidos, que son los más peligrosos.¿Cuándo se es estúpido? Cuando pretendiendo ser bueno o malo, lo único que consigue a fin de cuentas es perjuicios tanto para sí como para los demás, según la definición del historiador italiano.La opinión de Cipolla es que hay muchos más estúpidos que buenos, malos o incautos. Las sociedades -y ahí reside su peligrosidad- suelen tener que soportar el activismo de este grupo humano que no está organizado, pero "sin embargo actúa en perfecta sintonía, como guiado por una mano invisible".El historiador formuló cinco leyes de la estupidez humana. La primera dice: "Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo".Segunda ley: "La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona".Tercera: "Una persona estúpida es una persona que causa daño a otra o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio".Cuarta: "Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error".La quinta ley reza así: "La persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que existe. El estúpido es más peligroso que el malvado".El filósofo español Fernando Savater ha expresado su admiración por el libro del italiano Cipolla, y ha ampliado el concepto reflexionando sobre los estragos que causa la estupidez entre los intelectuales.Señala que es como una especie de "enfermedad profesional" de los hombres de letras cuyas tonteras, al decir de Voltaire, suelen ir muy lejos, "sobre todo cuando el fanatismo se une a la inepcia y la inepcia al espíritu de venganza".
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