
Algunos políticos o funcionarios que tienen, o merodean, las actividades de gobierno, pierden con facilidad su equilibrio en estos tiempos preelectorales.Gustavo CarboneLo pierden particularmente contra periodistas o medios de comunicación que no cantan loas a sus oídos. O son vehículo de noticias que ellos mismos potencian con sus actitudes, en una mirada aún más negativa por parte de la sociedad.Pero los enoja cualquier cuestión, episodio o alternativa en la realidad cotidiana que sea proyectada hacia los receptores. El oyente de una radio, el lector de un diario o cualquier televidente, constituye para alguno de esos desequilibrados, un estúpido incapaz de sacar sus propias y libres conclusiones.Esta categoría de alcahuetes, adulones o busca jinetas permanente en círculos de poder, no sólo puede llegar a dañar a personas probas o actores de buena fe.Pueden llegar a cometer y provocar una seria lesión a la credibilidad o prestigio de sus jerarcas mismo, que se embarcan en alguna retorcida aventura, muchas veces sin estar bien informados.La gimnasia que en todos los niveles se ha convertido en deporte nacional, la de combatir al súper poderoso e histórico monstruo grupo monopólico Clarín, motiva a cualquier extraviado en regiones más pequeñas como nuestras provincias o municipios, a agitar fantasmas de supuesta interesada oposición comunicacional.Esos personajes, desde las sombras muchas veces con el padrinazgo involuntario de sus jefes, se mueven entre los pasillos de la burocracia buscando la ratificación de intenciones.No les cuesta ni medio intentar tirar al suelo la libertad de expresión que todos y cada uno de quiénes ejercemos esta profesión, naturalmente tenemos como derecho inalienable, a ejercer y defender.Al existir hoy una casta de "periodismo militante", adulón y perfectamente aleccionado, los que pierden el equilibrio entienden o se convencen a sí mismos, que todas las voces deben ir en única dirección.En estos círculos comunitarios, pequeños por naturaleza, donde somos pocos y nos conocemos mucho, bien sabemos cual es la marca genética del respeto y la tolerancia por el pensamiento diferente del otro y que tiene cada uno.De todas maneras no llegan a comprender el desarrollo que han tenido las nuevas tecnologías. La información y los canales de opinión que se han democratizado en grandísima escala.Prácticamente no existe barrera alguna capaz de cerrar camino a la libertad de pensar. Y a poder decir o escribir el pensamiento. Y divulgarlo haciéndolo conocer rápidamente.Así es que se vuelven desmesurados en sus conductas persecutorias. Y desesperados por usufructuar una circunstancial alternativa de poder. Y entonces es que tratan de hacerla efectiva.Mientras tanto y de todas maneras, con el uso de herramientas sutiles y no tanto, tratan de condicionar también la delicada misión que tiene un medio y que tenemos los periodistas en el trabajo diario.La figura central del ataque hoy, como ya dijimos es Clarín. Ellos deberán responder al juicio de sus seguidores. Aclarar sus historias, si les interesa, y responder por sus conductas monopólicas y de ejercicios de presión sobre los medios más chicos.Pero todo se termina. Aunque para muchos de nosotros en estos medios, hoy aparezca en el horizonte el peligro de los que vienen sedientos por acallar a quienes nos sentimos y obramos con independencia y pluralismo en el ejercicio diario.Aunque lo intenten en las sombras, siempre el escenario se ilumina y quedarán al descubierto. Así como tenemos que respetar a todo el mundo, ser responsables y fundamentados en dichos y escritos, también se nos debe respetar a nosotros.Como decimos, nos preocupan ciertas acciones dentro del poder, realizadas como para lastimar nuestra tarea. Estamos muy alertas. Sentimos el respaldo de quienes nos interesa: los fieles seguidores en el camino de muchas décadas que llevamos transitando en el mundo de la comunicación social.La verdad, la responsabilidad y la eficiencia son los tres pilares para asentar el valor inconmensurable e innegociable de la libertad de conciencia, y para el ejercicio de la noble profesión del Periodismo.