La histeria interminable en torno al billete verde
Mientras el gobierno busca por todos los medios reprimir la demanda del dólar, el valor del billete se empina en el mercado paralelo por la preferencia de los ahorristas.Aunque la crisis cambiaria actual tiene su propia lógica de época, la obsesión por el dólar en Argentina es añeja. Hace más de medio siglo, por ejemplo, el General Domingo Perón, en la Plaza de Mayo, lanzó la célebre pregunta: "¿Alguno de ustedes vio alguna vez un dólar?"Se trató de una reacción frente a las primeras secuelas de la crisis externa luego del auge de la posguerra. Hay antecedentes más recientes que tejieron innumerables anécdotas."El que apuesta al dólar pierde", dijo Lorenzo Sigaut, ministro de Economía en 1981, durante la etapa de la dictadura. Por cierto que quien apostó al billete verde, en lugar de perder, ganó muchísimo dinero.Dos décadas después alguien dijo que "el que puso dólares, tendrá dólares". Fue Eduardo Duhalde, en 2002, cuando siendo presidente prometió devolver los depósitos pesificados que nunca volvieron a ser dolarizados.Las famosas "corridas cambiarias", que han sacudido a la economía argentina, son un clásico de la historia nacional. Durante esos eventos, que generan pánico en los ahorristas, la fuga hacia el dólar ha sido masiva.Esa huida estuvo siempre asociada a estrangulamientos externos, es decir a escasez de divisas. Sin embargo, la llamada "fuga de capitales" ha coexistido con una economía en apariencia sólida.En la última década, por caso, la economía ha estado blindada por los "soja-dólares", surgidos de grandes cosechas, pero no obstante los ahorristas se han venido pasando el billete verde.Hay cálculos que indican que desde el 2007 se fugaron 70.000 millones de dólares, pese a que la economía cabalgó sin preocupación sobre un valor extraordinario del poroto en el mercado internacional.¿Adónde va la masa de dinero verde? Una parte se acumula en los bancos del exterior. Otra parte de los fondos se guarda en el colchón o en la caja fuerte. Hay ahorristas, en tanto, que tienen depósitos en dólares en el propio sistema financiero local.Según la consultora Bein & Asociados, las mediciones internacionales revelan que Argentina "es el país con mayor tenencia de dólares físicos en el mundo". Ahora bien, desde noviembre de 2011 el mercado de cambio en Argentina opera con férreos controles oficiales. La limitación de las compras por parte del público y de los grandes compradores, generó un efecto previsible: incrementó la brecha existente entre el mercado oficial y el mercado paralelo.La cuestión ha tomado ribetes dramáticos en los últimos días. Mientras los controles del gobierno se intensifican, entre los bancos sonó la luz de alarma: contabilizan una creciente caída de depósitos, que llegó esta semana a los 150 millones de dólares.El jefe de Gabinete, Juan Abal Medina, en su exposición ante el Parlamento, dijo hace pocas horas: "Hay que avanzar en la desdolarización y pensar en pesos". Según trascendió, el gobierno estudia iniciativas destinadas a prohibir el uso de dólares en los contratos de alquiler y en la compra de inmuebles y pasajes de avión.La duda que existe es si un método compulsivo, en esta contexto de histeria por el dólar, puede cambiar un comportamiento arraigado entre los ahorristas argentinos, que ven en la moneda estadounidense una unidad de cuenta y una reserva de valor.De hecho el senador oficialista y ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, declaró públicamente tener 24.000 dólares de ahorro.
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