La importancia de la educación técnica
La educación técnica, cuyo día se celebra hoy en todo el país, surgió atada al paradigma de la producción industrial elaborado en estas pampas. Las escuelas técnicas apuntaron históricamente a formar a sus alumnos en un oficio con vistas al mercado laboral. En el imaginario colectivo han estado asociadas a la necesidad de adiestrar obreros industriales, en un país en el cual el ascenso social está más ligado a las profesiones liberales.Los historiadores coinciden en situar el origen de la educación técnica en 1897, con la creación de la "sección industrial" de la Escuela Nacional de Comercio.La "escuela industrial" fue dirigida por el ingeniero Otto Krause. Basada en el modelo alemán, contaba con un equipamiento tecnológico adecuado y un currículo extraído de los procesos industriales de la época (electricidad, química, construcciones y mecánica).En 1909 y 1910 se crearon las escuelas de Artes y Oficios, en las que se enseñaba carpintería, mecánica y herrería, las cuales en 1946 pasan a la órbita de la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional (CNAOP). En este último año se crea la Universidad Obrera, que daría luego origen a la actual Universidad Tecnológica Nacional (UTN).Se llega así al 15 de noviembre de 1959, cuando con el objeto de unificar las escuelas técnicas se crea el Consejo Nacional de Educación Técnica (CONET), dando origen a las Escuelas Nacionales de Educación Técnica (ENET).Es en conmemoración de esta fecha que se fijó el Día de la Educación Técnica en Argentina.Cabe resaltar que este tipo de enseñanza existe en consonancia con la aspiración de aportar mano de obra calificada (técnicos, ingenieros, etc.) a un aparato económico que incorpora valor agregado a la producción.En la última década se jerarquizó institucionalmente esta modalidad en Argentina, pero a las escuelas técnicas sólo concurre el 12% de los estudiantes secundarios. A pesar de que hay una retórica a favor de las carreras pro-industriales, se prefieren las tradicionales de abogacía, medicina y ciencias económicas.Aunque hay una promoción importante de esta enseñanza, por parte de estudiantes y profesores, su incidencia sin embargo en el conjunto del sistema escolar está por debajo de lo esperado, y de hecho explica por qué las carreras técnicas universitarias están poco pobladas.¿Acaso en la sociedad argentina persiste un prejuicio cultural hacia el trabajo manual, y esto hace que los sectores medios, más interesados en que sus hijos vayan a la universidad, las miren con desdén?Eso piensa Gustavo Iaies, director del Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP), para quien "Argentina tiene una tradición academicista en su sistema educativo, y hay una idea muy de clase media de que los hijos vayan a la universidad y sean abogados, médicos o contadores. Las escuelas técnicas no están tan valorizadas por la aspiración general a ser universitario y seguir estudiando".Al margen de estos prejuicios culturales, otros creen que la enseñanza técnica es poco atractiva porque demanda más esfuerzo y tiempo de permanencia en los establecimientos (los alumnos asisten en doble turno y deben cursar estudios durante 7 años para obtener el título).Aunque las escuelas técnicas implican una diferencia a favor para aquellos alumnos que quieran seguir en la universidad carreras de ciencia o técnica, el punto es que hay un desinterés de la juventud argentina por este tipo de formación.Es pequeña la proporción de graduados argentinos en disciplinas científicas y tecnológicas frente a la de otros países de la región.
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