La informalidad en el mercado de trabajo
Hoy el cuadro del empleo en Argentina luce fragmentado, donde junto con un núcleo formal de empleo estable, convive una periferia informal, signada por la precariedad (trabajo en negro), donde pega más fuerte la inflación.Este último sector incluye gente que no tiene recibo de sueldo, lo que equivale a decir que tampoco cuenta con obra social, ni vacaciones pagas ni sindicato que los defienda, sobre todo en un contexto de alza de precios.Difícil determinar a ciencia cierta la dimensión de esta población, toda vez que no hay uniformidad estadística en Argentina. Indicadores sociales como la pobreza, por ejemplo, suscitan lecturas contrastantes.El llamado "trabajo no registrado", que involucra a aquella fuerza laboral que no hace aportes a la seguridad social, rondaría entre el 40 y el 45% de quienes están ocupados en Argentina, según estudios privados.La estructura del mercado laboral en Entre Ríos -seguramente similar a otras de la geografía nacional- revela que el Estado es el principal generador de empleo asalariado formal.En el sector público nacional, provincial y municipal hay unos 110.000 trabajadores. De ese total, 92.000 están registrados, y el 13% (14.000) no lo están, en tanto que unos 4.000 reciben algún "plan de empleo".El dato es que los empleados públicos registrados (92.000) son más que los asalariados en blanco (89.000) del sector privado. Pero además, entre los ocupados en empresas privadas (163.268 trabajadores), 74.000 están "en negro", es decir un 45%.Estas cifras son aportadas por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Consejo Empresario de Entre Ríos (CEER), en base a datos del INDEC de 2011. El hecho de que la informalidad sea mucho más alta en el sector privado plantea un interrogante: ¿acaso los empresarios tienen más tendencia a la explotación del trabajador?Los empleadores privados en Entre Ríos, que tienen casi la mitad de sus trabajadores en negro, ¿practican una acción cuasi-delictiva, al eludir intencionalmente las cargas sociales, para abonar salarios inferiores a los mínimos legales?Quienes tienen una visión negativa del mundo empresario seguramente pensarán que esto es así, que pagar "en negro" forma parte de la cultura de un sector al que no le importa la cobertura social de sus empleados.Los empresarios, sin embargo, tienen otra visión. "El trabajo en negro es más una realidad impuesta a los pequeños empleadores que conforman el amplio tejido social y productivo de Entre Ríos, que una acción artera de explotación de los trabajadores", explica el CEER.Según esa cámara, hay que tener en cuenta que el 88% de los asalariados no registrados en el sector privado están en microempresa con menos de 25 trabajadores, y donde la gran mayoría revista en empresas con menos de 5 trabajadores.El problema central de la informalidad laboral, según el CEER, es al alto costo que significa tener un trabajador "en blanco" para un pequeño empleador. En términos generales se argumenta que, de cada 100 pesos de salario de bolsillo que un trabajador se lleva a su casa, el empleador debe desembolsar 150 pesos (salario+cargas sociales y sindicales).Tener un trabajador "en blanco", por tanto, significa pagar un impuesto equivalente al 50% del salario de bolsillo del trabajador. El hecho de que sea tan alto el trabajo en negro en el sector privado -porque es caro formalizar según los empresarios- hace que tanta gente busque un empleo público.
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