LA ECONOMÍA EN CRISIS
La Ministra Batakis busca el milagro de evitar que todo se vaya al carajo

El árbol se sigue sacudiendo y cómo. Los datos fríos del INDEC, que el gobierno los conocía desde hace varios días, son dagas que se clavan en la base del nebuloso proyecto peronista. De eso, queda poco, si es que alguna vez existió. Con el 80% de inflación anual, no hay nada que resista.
Por Jorge Barroetaveña
Hay que retroceder a la ‘nefasta’ década menemista para ubicar estos niveles de inflación. Fue en la previa del Plan de Convertibilidad cuando el riojano no daba pie con bola. Hasta que lo encontró al impensable Erman González que hizo el ajuste y le dio el pie a la convertibilidad de Cavallo. Después vino de todo. Desde la crisis del 2001 que hizo volar todo por los aires, los 12 años de Néstor y Cristina hasta llegar al desbarranque final de Cambiemos en 2018-2019 que le costó la elección.
La Ministra Batakis llegó a Economía casi por descarte. Esto no es una crítica a sus virtudes profesionales que sin dudas las tiene, pero llegó sin soporte político. En la lista antes que ella estuvieron Lavagna, Redrado, Alvarez Agis. Si hasta a Massa el Presidente le insinuó que podría hacerse cargo. Como en el fútbol cuando los técnicos piden refuerzos. Le pasan a los dirigentes el listado con un plan A, B, C y hasta D. La pobre Batakis apareció ante la desesperación de los rechazos y la necesidad imperiosa de llenar el casillero. Aquel lunes aciago la Argentina no podía amanecer sin Ministro de Economía. Es lo que había y ahora se nota, hace lo que puede.
Los antecedentes marcan su pensamiento. Si bien esbozó un discurso agradable a los oídos de los mercados, a las pocas horas tuvo que aumentar el recargo sobre el uso de las tarjetas de crédito en el exterior. Es que Batakis tiene que caminar por la cornisa de las restricciones de dólares, el acuerdo con el Fondo Monetario y los oídos de Cristina que hasta ahora no ha dicho esta boca es mía. Es probable que el principal aporte que haga la vice sea su silencio, pese que desde el albertismo le reclaman un apoyo explícito a los pocos anuncios. El entuerto es que el camino que marcó Batakis no difiere mucho del trazo de Guzmán. Sería medio raro que Cristina apoye ahora lo que criticó hasta hace 10 días. ¿Será por eso su silencio?
De todas maneras, en la tarea de equilibrar las demandas internas, la flamante Ministra le tuvo que dar un retoque al uso de los dólares tarjeta en el exterior que pasaron del 35 al 45%. La medida provocó un efecto búmerang y otra corrida sobre el dólar blue que pasó los 290 pesos.
Hoy la economía argentina no tiene precios. Nadie sabe bien cuánto salen las cosas. Los comerciantes tienen temor a vender porque no saben a qué precio tendrán que reponer. Eso espiraliza los aumentos que, en las dos primeras semanas de julio podrían llevar el índice más allá del 7%. Hay economistas que hablan de una inflación anual del 80% en los próximos meses.
El gobierno parece haber entendido que hay que preservar lo que queda de autoridad presidencial. Esta semana, Alberto Fernández tuvo una agenda acotada y a salvo de exposición excesiva. Eso no impidió los insultos de una mujer que le reprochó por la pérdida de su hijo en plena pandemia. Justo se cumplieron además dos años de aquella fiesta fatídica en Olivos a la que, en secreto, Cristina le adjudica buena parte de la debacle electoral del año pasado. El Presidente eligió encima el peor camino para arreglar el problema: plata. Más insultante aún para los que perdieron familiares, amigos que, en muchos casos, ni siquiera los pudieron despedir.
Es algo muy pesado de digerir en un contexto que no ayuda a empezar a olvidar lo que pasó. No está mal proteger al Presidente, cuidar su imagen y evitar sus derrapes cuando habla. Ahora le escriben los discursos y tratan de acotarlo en sus intervenciones. Cristina y Massa se han reunido un par de veces en Olivos para dar cierta imagen de calma, algo que todavía los mercados y la sociedad no perciben.
Batakis dijo que se ceñirá y respetará lo acordado con el Fondo. Sabe entonces que tendrá que defender las reservas, ponerle límite a la emisión y avanzar sobre los subsidios a las empresas de energía. Ayer entró en vigencia el formulario para tramitar la vigencia del subsidio domiciliario. Consiguió, con los mismos funcionarios en el área algo que Guzmán no pudo. Quizás le convenga también hablar menos y hacer más. Sus primeras apariciones periodísticas no fueron muy felices.
Pero tampoco habrá que cargar todo sobre los hombros de esta mujer. La economía responde a patrones políticos y si, las señales no son buenas, no hay forma de arreglarlo. Por más solvencia técnica que se tenga. De hecho, todos los que rechazaron el cargo reclamaron acuerdos con la oposición y leyes del congreso. Eso lo conseguirá la política y no la economía.
Todos saben que si los precios siguen subiendo, la crisis se los puede llevar puestos. Esa sí que será una grieta cuya profundidad ignoramos. Los cuestionamientos alcanzan a los dos lados. Ninguno hasta ahora ha demostrado estar a la altura de las circunstancias.