La oportunidad que nos deja Alfonsín
Por Patricio Giusto
Opinión
Pero más allá del profundo dolor que provoca esta pérdida, también se nos presenta una inmejorable oportunidad para refundar nuestra defectuosa democracia a partir de la unidad nacional y los valores republicanos, algo por lo que Alfonsín luchó hasta el último día de su vida, con honestidad, coherencia intelectual e inquebrantables convicciones, independientemente de los errores cometidos en materia de gestión cuando le tocó presidir la Argentina.
Por otra parte, debemos enfrentar esta pérdida con madurez y espíritu de superación. En ese sentido, sería un retroceso lamentarnos por la ausencia de un “padre”. Es hora de dejar atrás, de una vez por todas, ese paternalismo que nos caracteriza, tan propio de las sociedades primitivas, individualistas y subdesarrolladas.
En otras palabras, dejemos de refugiarnos en padres salvadores, sigamos el ejemplo de hombres íntegros como Alfonsín y comencemos a promover los líderes republicanos que tanto necesita nuestro país. Como ciudadanos, tenemos el deber moral de tomar la posta del legado indestructible de Alfonsín para perfeccionar nuestra democracia y seguir luchando por la República, algo que todavía no supimos conseguir.
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