¿La plata de los jubilados?

Resulta frecuente escuchar en boca de "especialistas" y de representantes de la oposición, guiados por la agenda que le imponen los medios dominantes, que el actual Gobierno utiliza los recursos de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS) para fines distintos al pago de las jubilaciones, dejando suponer que dicha función es la única del organismo.Nicolás WittwerDe esta forma, se invisibilizan una serie de prestaciones muy significativas y con alto impacto en los sectores más vulnerables, perfectamente compatibles con la tarea excluyente de la ANSeS que, precisamente, se ocupa de expandir los beneficios de la seguridad social que involucra no solo a jubilados, sino también a personas en otras etapas de su vida, como cuando nacen, se casan, tienen hijos o pierden su empleo.Con el fin de derrumbar algunos mitos, como ser la trillada frase que denuncia que el Gobierno Nacional se gasta "la plata de los jubilados", vale la pena realizar un breve repaso histórico. A partir de los cambios implementados en el año 1994, en el marco del modelo económico neoliberal y privatista, la Argentina pasó de un sistema solidario de reparto a un sistema de capitalización individual.El primero de los sistemas plantea lazos de solidaridad intergeneracional, puesto que son los trabajadores activos (quienes efectivamente trabajan) los que financian los haberes de los trabajadores pasivos (quienes se jubilaron), mientras que en el caso del sistema de capitalización, siguiendo una lógica sumamente individualista, cada trabajador aporta los fondos que constituirán su propia jubilación años más tarde.Sumadas a las desorbitantes comisiones que cobraban las AFJP, que llegaban a ser del 40%, estas empresas invertían una parte importante del ahorro de los argentinos en activos de empresas en el extranjero, no sólo no apostando por el desarrollo nacional, sino que, en algunos casos, lo hacían por compañías que se enriquecían en base a la exploración y la explotación de recursos no renovables, como el petróleo, en territorio cercano a las Islas Malvinas.También debemos recordar que el Grupo Clarín era socio de las AFJP, pero en ese momento, ninguna editorial o periodista del diario hablaba de "la plata de los jubilados". Cabe entonces preguntarse: ¿se escuchó alguna vez de algún directivo de las AFJP presentarse en el Congreso a explicar dónde se invertía "la plata de los jubilados"? ¿Acaso en ese momento no era el dinero de los jubilados, como pareciera que lo es hoy?A partir de la sanción, en el año 2008, de la Ley 26.425, que crea el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) se le pone un punto final a la existencia del sistema de capitalización y al negocio de las AFJP, transfiriendo automáticamente diez millones de aportantes al nuevo sistema.¿Cómo se financia el SIPA? Con un 56% por los aportes de los trabajadores en actividad y en un 44%, por impuestos, entre los que se incluyen el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto a las Ganancias. Esto quiere decir que al Sistema Integrado Previsional Argentino aportamos todos los argentinos, tanto aquellos que trabajan en el sector formal de la economía como aquellos que simplemente consumen bienes y servicios en el país y son alcanzados por el IVA.Comprender esto resulta de extrema importancia a la hora de debatir sobre dónde deben ser invertidos los fondos recaudados, que pasan a aumentar, luego del pago de las obligaciones mensuales, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS).Si pensamos al FGS como una torta, la cual queremos agrandar, debemos invertir los fondos en aquellos sectores que permitan aumentar las fuentes que aportan al sistema, es decir, volviendo al ejemplo culinario, debemos contar con más insumos para agrandar la torta. Estos insumos son, precisamente, la masa de trabajadores que se encuentran en actividad, que aportan por realizar sus tareas en el sector formal de la economía y, los niveles de ingresos de los trabajadores argentinos conjuntamente con el nivel de actividad, esto último medido en el nivel de consumo de la población. Esto es lo que en economía se denomina un "círculo virtuoso". Ahora bien, ¿por qué hablamos de un círculo virtuoso?En primer lugar porque, como decíamos al principio, los recursos de la ANSeS se destinan a la mejora de la calidad de vida de los sectores más vulnerables, por ejemplo a través de la Asignación Universal por Hijo. Como estos sectores destinan una gran parte de sus ingresos a la compra de alimentos y productos básicos, aportan indirectamente a través del pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA).En segundo lugar, porque a través del FGS se financian obras de infraestructura en el país, como por ejemplo, obras viales, de vivienda o energéticas, todos proyectos que implican una fuerte demanda de mano de obra, lo que aumenta los niveles de empleo, es decir, la masa de trabajadores activos que financian a los trabajadores pasivos, retroalimentando ese "círculo virtuoso".Continuando con medidas trascendentes, el Gobierno Nacional, a través de la Ley de Movilidad Jubilatoria aprobada en el año 2009, garantiza un doble aumento anual de las jubilaciones, mejorando los ingresos de nuestros abuelos; pero el objetivo no es únicamente ese: también invierte de manera responsable los fondos para que nuestros jubilados no sólo puedan ir ganando más, sino que lo puedan hacer de manera sostenible en el tiempo. A juzgar por algunos referentes de la oposición, habría que otorgar aumentos indiscriminados y a todos, sin considerar los desiguales niveles de ingresos y sin la más mínima planificación respecto a la sustentabilidad del sistema. La consecuencia de ello sería la reaparición de "nuevas- viejas" voces privatistas queriendo volver al pasado, consecuente con la idea de que "achicar el Estado es agrandar la Nación".* Economista, integrante del Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular
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