La política no tiene ni tendrá paz en un año electoral

No hay paz en la política argentina. No la tienen ni los jueces, ni el gobierno ni la oposición. Por errores propios, por omisión o por mandados ajenos, somos especialistas en transitar los límites. Sin garantía de no caernos por supuesto. Esta semana fue otro ejemplo. Y ni la vida privada queda al margen.Jorge BarroetaveñaEl fallo dividido de la Corte sobre el 2 x 1 puso a la política en vilo, pero la rápida respuesta del Parlamento, apagó el incendio. Incómodo, el gobierno se paseó por el ring los primeros días sin saber dónde pararse, hasta que la ola lo tapó. El miércoles desde Mendoza, el Presidente Macri sentó postura, el mismo día que el Parlamento convirtió en ley la limitación a la norma, cubriendo así un vacío legal de años. Si algo le faltó a la Corte fue sentido de la oportunidad. Un fallo dividido encima dio pasto para infinidad de especulaciones y tiró una bomba en medio de una campaña que ya arrancó, y sino pregúntenle a Daniel Scioli.Cada paso, cada palabra adquiere un sentido especial. Nadie sabe si la pelea entre dos mujeres fue algo armado. Sí es seguro que la reacción de una de ellas, ventilando cuestiones personales e instalando un tema tabú para los candidatos como el aborto, no estaba prevista.Scioli es probable que tenga el síndrome que aqueja a los que han tenido mucho poder durante mucho tiempo y de golpe dejan de tenerlo. Trae pues a colación el antiguo debate sobre la vida privada de los funcionarios públicos o de los candidatos y hasta dónde la opinión pública puede meter las narices en ellos. Hay dos cuestiones a tener en cuenta: hoy, con los avances tecnológicos y la penetración de las redes sociales, nadie tiene vida privada, ni siquiera el que no la muestra. Segundo: ¿hasta dónde un candidato que miente en su vida personal no lo podría hacer en la pública? Son dos personas distintas o son la misma persona? En los países anglosajones, usualmente conservadores en cuanto a la vida de los candidatos, lo que le pasó a Scioli le hubiera costado la carrera política. Los latinos suelen ser un poco más tolerantes con estas cuestiones, aunque la irrupción de la palabra 'aborto' lleva la campaña a lugares oscuros, donde ni siquiera el hombre de amianto podría soportar un debate. El ex gobernador debe pensar que aún lo es. Hoy ni siquiera los grandes medios que solían protegerlo de los embates de Cristina le sirven de cobertura.El escándalo irrumpió justo cuando Cristina Kirchner empieza a resolver su destino. ¿Podrán ahora ir juntos, uno encabezando la lista de diputados y otro la de senadores? Habrá que esperar las derivaciones del caso y darle unos días al entuerto para ver si se enfría. Pero Scioli quiere volver a ser y Cristina, es probable que espere hasta último momento para resolverlo. Quizás en Europa, a la distancia, la ex presidenta tuvo tiempo para reflexionar sobre su futuro y el del peronismo, al que tiene atado del cuello.Del otro lado del océano se vio una Cristina auténtica, acordándose bien de los medios de comunicación y de los periodistas, algo habitual durante su tiempo de estancia en el poder. Fue llamativa su definición sobre la incapacidad de la gente para entender lo que pasa. La razón sólo queda, para unos pocos iluminados, entre los que está la ex presidenta por supuesto.El resto es relato sustentado por los intereses mediáticos. De autocrítica por la derrota electoral del 2015, nada.Pero ese será un debate que definirá la sociedad cuando vote más adelante, influenciada claro malamente por los medios de comunicación y los periodistas que hacen el trabajo sucio.En la misma tribuna, pero desde la otra punta, Florencio Randazzo y el PJ no kirchnerista deshojan la margarita esperando lo que haga Cristina. Todo indica que habrá pelea, de uno u otro lado porque hay algunas posturas que son irreconciliables. Al cabo, no le vendrá mal una interna al peronismo, las que suelen hacerse cuando no hay poder. Cambiemos transita el camino contrario. Al que quiere interna lo mandan a freír churros y sino habría que preguntarle a Martín Lousteau.El viernes se selló el pase de Graciela Ocaña, ex aliada de Lousteau, al oficialismo. La 'hormiguita' será candidata en la Provincia de Buenos Aires, junto a Héctor 'Toti' Flores y Facundo Manes, más Esteban Bullrich y Gladys González al Senado. La foto con el Presidente sirvió para ponerle marco al acuerdo. Aunque las buenas noticias no terminaron ahí para el oficialismo. Desde la Córdoba profunda, esa que hizo a Macri Presidente, José Manuel De la Sota anunció que no competirá este año, lo que asegura una confrontación de baja intensidad en esa provincia y deja, al margen, a Massa sin un aliado importante.A falta de brotes verdes, la política podría servir, aunque quizás no alcanzar para ganar la elección, pero buenas noticias son buenas noticias y nada se desprecia en estos tiempos.Con un pie en el avión que lo lleva de gira por Asia, Macri firmó la promulgación en tiempo récord de la limitación del 2 x 1. En medio de los rumores que dicen que la Corte volvería sobre el tema, ahora con un nuevo fallo. La política argentina no tiene ni tendrá paz. Menos en un año en que hay mucho en juego.
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