La politización de la sociedad y la vida
La política es una dimensión constitutiva del hombre, aunque no la única. El término tiene su origen en el vocablo griego "polis", que se refería a la autosuficiente y autárquica ciudad griega. De aquí deriva que política sea el arte de gobernar el Estado. El concepto más moderno remite más bien a la lucha por el poder, o a la forma de obtenerlo y ejercerlo.En las democracias modernas se espera que los ciudadanos se involucren en la cosa pública y que no reduzcan su participación al puro acto de votar.Ejercer la acción cultural de mejorar la sociedad, como protagonistas cívicos y no como actores de reparto, evitaría en principio que la política sea un asunto exclusivo de los políticos, devenidos en profesionales del poder.Una sociedad apática e inconsciente de sus obligaciones ciudadanas caerá en una suerte de evasión cívica. En ella habrá muchos habitantes, pero pocos ciudadanos.La "despolitización", justamente, describiría una situación de indiferencia y de falta de compromiso por la marcha de los asuntos públicos. Frente a este mal, ha surgido el remedio: "politizar".En el sentido que le da a este término la Real Academia Española: "Dar orientación y contenido político a acciones, pensamientos o personas que, corrientemente, no lo tienen".El propio diccionario recoge otra acepción: "Inculcar a alguien una formación o conciencia política". Pero la politización podría tener también una derivación desafortunada, convirtiéndose en una tiranía de lo político.El escritor mexicano Enrique Krauze, por ejemplo, habla de los riesgos de caer en una "concentración excesiva" de la política a expensas de las diversas zonas de la realidad.Así como existe el economicismo, con su tendencia a sobrevalorar la economía sobre el resto de las actividades humanas, poniendo como medida de todas las cosas el puro cálculo costo-beneficio, también existiría la idolatría de la política.De igual manera, una cosa es el ejército, la milicia y lo militar, como una dimensión de la vida social, y otra cosa es el militarismo o la militarización de la sociedad y de la vida.Krauze aboga al respecto por la constitución de una ciudadanía participativa, matizada, informada, inteligente y alerta. Lo que critica es una variante radicalizada de la política, cuyo efecto es el empobrecimiento general en el plano del pensamiento y la conducta.Uno de los males de la politización son la partidización y el sectarismo. El individuo politizado emplea múltiples argucias para justificar su postura, a costa de la verdad objetiva.Cae en una suerte de cerrazón mental, ya que ve todo a la luz de la conveniencia partidaria. Así, dice Krauze se "pierde el contexto social, la perspectiva histórica, la discusión de ideas, la valoración ética, el análisis lógico".En el plano del saber y la cultura la politización hace estragos, dice el escritor mexicano. "A un libro, una obra de arte, un descubrimiento científico o un producto cultural de cualquier índole, no se le juzga -si se le juzga- por su calidad o su valor intrínseco, sino por la real o supuesta filiación política de sus creadores", señala.El planteo de Krauze recuerda, en este punto, la queja que formulaba José Ortega y Gasset en la España de principio de siglo XX, antes de que se desencadenara la guerra civil que asoló ese país."No he hallado en derredor sino políticos, gentes a quienes no interesa ver el mundo tal como él es, dispuestos sólo a usar de las cosas como les conviene", se quejaba el español.
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