La presencia de las mafias latinas
La autodenominada banda de Los Monos, que desafía la legalidad en Santa Fe, sería un síntoma de que el delito en Argentina mutó a crimen organizado, siguiendo la lógica de las nuevas mafias latinoamericanas.Esa es la tesis de la socióloga argentina Laura Etcharren, especialista en el tema Narco Maras en Centroamérica y el país, cuyos trabajos son publicados por diferentes medios.Para Etcharren, Argentina ha sido permeada por distintas organizaciones narco delictivas que ya venían operando en otras partes de América Latina."En Argentina lo que hay es un tejido social directamente perforado, donde ya no hay continentes legales, no hay continentes emocionales porque lo que reina es un estado de anomia", es su inquietante diagnóstico.En un artículo reciente, la socióloga ofrece una radiografía de grupos extranjeros que, en colaboración con elementos locales, se han instalado en territorio argentino.Los colombianos, por ejemplo, operarían a nivel nacional. "Sus jefes tienen bases en countries, barrios privados y mansiones, por lo general, en la provincia de Buenos Aires (Zona Norte, Nordelta y Pilar)", refiere.Los "Zetas" mexicanos también desarrollarían su actividad en todo el territorio, pero entrarían en puja con las células colombianas, en el norte argentino. "Territorio en el cual, adoctrinan a niños marginados de continentes emocionados y educativos, siguiendo el modelo que convirtió a México en un Estado Narco", dice Etcharren.Mientras los peruanos "libran batallas" en algunas villas bonaerenses, como Villa Fraga, los paraguayos "coparon Villa 20, y en provincia, Villa Corea; mientras que la 31 Bis y el Barrio Chino, conjugan un poco de todo"."El resto de las villas y asentamientos en todo el país -asegura Etcharren- reciben el flujo de Narco Maras golondrinas locales e importadas que coquetean hasta encontrar el espacio".La tesis de la socióloga es inquietante: "Argentina, consagrada como un país Narco Mara, desplazó lo que Chile y Uruguay, hasta el momento, han podido contener".La Mara fuer formada por inmigrantes salvadoreños a principio de los '80 en Estado Unidos, de donde luego fueron deportados. Ya en territorio latinoamericano se le sumaron hondureños, guatemaltecos, mexicanos, etc. Hoy esta formación ha devenido en una organización criminal trasnacional que sostiene células -llamadas clícas- en todo el continente.La palabra "mara" deriva de las hormigas marabunta, insectos muy agresivos y letales que salen en grupo a depredar, y tienen una característica: son nómades, se mueven sin cesar.En Centroamérica el grupo se denomina "Mara Salvatrucha" (también es conocido como MS-13). Salvatrucha sería por El Salvador y "trucha" es una expresión que alude al sujeto que es hábil e inteligente para escaparse de la policía.La periodista salvadoreña Ivette Durán Calderón, que también es escritora y especialista en inmigración, ha hecho un identikit de esta organización delictiva.El grupo, dice, es un emergente de la pobreza (de hecho recluta sus miembros entre jóvenes excluidos y sin educación) y de las guerras civiles de Centroamérica.Pero además, aclara Durán Calderón, "estos jóvenes se criaron en una cultura de la violencia y de la ley del más fuerte, muchas veces por hechos provocados por las fuerzas del orden, lo que instaló una percepción negativa del Estado y de las fuerzas de seguridad", explicó.
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