La Red redibuja el entorno vital
Los ingenieros informáticos y programadores de software están creando un mundo paralelo con base en Internet, cuya capacidad para conectar humanos y cosas es casi infinita.El "frenesí de la tecnología", que de acuerdo a la profecía del filósofo Martín Heidegger amenaza con "afianzarse en todos lados", es aplicable a la Red, que está moldeando en forma acelerada nuestro nuevo entorno informático.En su origen, allá por 1969, buscó conectar computadoras. Y ello dio como resultado la sociedad interactiva, la producción y el consumo humano de información a gran escala.Pero la interconexión virtual planetaria ha dejado de ser un fenómeno exclusivamente reservado a las personas. La inclusión digital de los objetos avanza a gran velocidad."Internet de las cosas", así se llama a esta tendencia por la cual los objetos inanimados se han incorporado masivamente a la red. Autos, heladeras, los asientos de los aviones, y la infinidad de objetos producidos por la civilización técnica, ya tienen existencia digital.Se ha abierto, así, un nuevo desafío: qué significa comunicarse con las cosas. Como reconoce el experto informático Pablo Manzini: "Quienes trabajamos en esas industrias hemos sido formados y entrenados para comunicarnos con humanos, no con objetos. Vamos a tener que aprender cómo comunicarnos con computadoras/objetos y cómo diseñar objetos/computadoras que puedan comunicarse con nosotros".En todo el planeta hay cada vez más objetos con software, pantallas, antenas, sensores. La digitalización de la vida cotidiana ya no reconoce fronteras. Humanos y cosas en constante intercambio, algo que fue alguna vez un terreno abordado por la ciencia ficción, ya es una realidad.Los más audaces, en términos de visión del futuro, hablan de que el Siglo XXI será el escenario en el cual nada quedará fuera de Internet: personas, procesos, datos y cosas se comunicarán entre sí digitalmente. Esto se conoce como IoE (Internet of Everything o Internet de Todo).El misticismo tecnológico vaticina, así, que la Red hará posible la utopía de una conciencia planetaria activa donde la materia y el espíritu, las máquinas y los humanos, se imbricarán mutuamente.Se habla, básicamente, de una nueva etapa en la evolución humana. Y la causa eficiente de este progreso obedece a la tecnología, o más bien al poder potencial de Internet como modelo único universal capaz de conectar todo con todo.Más allá de la carga mesiánica de este diagnóstico, conviene resaltar el hecho de que la industria informática está haciendo posible esa interconexión en los hechos. Eso ha confirmado Kendiji Meguro, Director IBSG de Cisco, durante su ponencia en el Congreso Internacional Mundo Contact, llevado a cabo este año en México.El especialista dice que se trata de "juntar puntos y mezclar sistemas". Al respecto dio el ejemplo de un auto robado que, al ser reportado y detectado por un sistema de vigilancia en video, los sistemas informáticos estarían conectados con los sistemas de la policía, y podría ser recuperado en cuestión de minutos.En el mundo de los negocios, así, se genera valor al conectar los diversos puntos de los procesos industriales y las actividades económicas de las personas.Se cree que a medida que "todo" se una a la red, sólo habrá más progreso humano, y todos podrán aprovechar las ventajes que supone la conexión de personas, procesos, datos y cosas.Al menos eso piensan los que, en el mundo de la informática, han conectado el concepto de la felicidad con los intercambios producidos en el nuevo entorno digital.
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