La sequía hogareña de estos días
El agua escaseó en muchos hogares, donde los tanques de reserva virtualmente se secaron. ¿El motivo? La demanda se disparó por el turismo. Por tanto habría una situación atípica. No obstante el sistema exhibe algunas debilidades estructurales, según reconocen en la comuna.Marcelo LorenzoAunque el agua se mostró escasa otras veces, a partir del mayor consumo en el verano, en muchos hogares la sequía de agua se hizo sentir con fuerza en esos cuatro días de febrero en que Gualeguaychú fue invadida por turistas.En las viviendas, incluso de la zona céntrica, ya no se tuvo la presión necesaria para que subiera el agua al tanque de reserva. Eso motivó que, desesperados, los vecinos golpeados por la escasez hogareña salieran a comprar bidones o botellas de agua mineral.Otros con paciencia fueron llenando recipientes con el líquido que llegaba, en menguado caudal, a los domicilios. También hubo casos de solidaridad: quienes contaban con reserva asistían a los vecinos que se habían quedado sin el preciado recurso.Desde la municipalidad, prestadora del servicio, se insistió como todos los años con una campaña contra el derroche. Aunque en esos días de intenso turismo, era lógico que el sistema virtualmente colapsara.Si en cuatro días se duplicó la población de Gualeguaychú, en la misma proporción lo hizo el consumo. "Así no hay servicio que aguante, aquí o en cualquier otra ciudad", razonó Federico Villanueva, secretario de Obras y Servicios Públicos, en diálogo con este diario.Es decir esos días fueron atípicos para el servicio de agua de la ciudad, en que la demanda superó largamente la oferta, generando una importante baja de presión, y consecuentemente un cuadro de escasez en las viviendas.Como sea, el episodio plantea, a modo de lección, la necesidad de que los vecinos comiencen a hacer un uso racional del agua, especialmente los fines de semana turísticos.Además, lo que pasó vino a confirmar, según los técnicos de Obras Sanitarias, una tendencia que viene desde hace algún tiempo: ya no basta con tener un tanque de reserva, sino que es necesario contar también con una cisterna o tanque de bombeo.Tanque más cisterna Una cisterna es un tanque de acumulación que está situado a nivel del suelo o enterrado y conectado a la red domiciliaria, de suerte que siempre ingresa a él el agua potable, por mínima que sea la presión.Luego el agua es subida al tanque de reserva (que está sobre el techo de las viviendas) utilizando una bomba eléctrica. Este sistema evita quedarse sin agua en el tanque de reserva por falta de presión, que es lo que ocurrió en tantos hogares el fin de semana pasado.En general las ciudades con mayor cantidad de habitantes han tenido la misma evolución: primero se usaba en la casa el agua proveniente directamente de la red pública; luego fue necesario incorporar el tanque de reserva; y ahora se está imponiendo el agregado de la cisterna, ante los problemas de presión provocados por el elevado consumo estival.Por lo pronto, según aclaró Villanueva, a partir de las viviendas de dos plantas -planta baja y primer piso- ya se "debería por las reglas del buen arte contar con un tanque de bombeo".En tanto, recordó que las normas de construcción indican que en toda casa la instalación de agua comienza con la llave maestra en la vereda. Luego, dentro de la vivienda, va una canilla de servicio (lo que permite que aún con baja presión haya un lugar donde se pueda recolectar el agua para uso doméstico).Después sigue la llave de paso y de ahí la cañería sube al tanque de agua, desde donde se distribuye por la casa. Una familia tipo, además, debe contar con un tanque de reserva de entre 800 y 1.000 litros.Pero siempre hay que verificar cómo funciona la cañería interna. "La gente no mide consecuencias y derrocha. Además no verifica que el agua de red esté entrando debidamente. Ni tampoco si el tanque de reserva carga en algún horario", recordó.Consultado sobre la intención de algunos vecinos de colocar bombas en la cañería domiciliaria, para elevar directamente el agua de la red al tanque de reserva, sin una cisterna de por medio, el funcionario consideró que eso no se debe hacer."Succionar directamente de la red es exprimir la zona, dejando al resto de los vecinos sin agua. Es una cuestión de sentido común", aclaró.¿Provisión o presión? Villanueva aseguró que desde que asumió la gestión Bahillo, allá por 2007, la producción de agua prácticamente se duplicó en Gualeguaychú. Obras Sanitarias pasó de potabilizar 700 metros cúbicos por hora a 1.200 metros cúbicos por hora.A eso deben sumarse, dijo, las once perforaciones ubicadas en distintos puntos de la red. Eso lleva el nivel de abastecimiento a 1.500 m³/h.Lo cual representa, en total, un millón y medio de litros por hora. "Es una producción más que óptima para 90 mil habitantes y un poco más", declaró."Obviamente que cuando hay un consumo superior a lo que se produce, por cuestiones técnicas lógicas empieza a mermar la presión en la red. La reserva de agua de Obras Sanitarias no se puede largar así nomás ante un consumo siempre voraz", explicó, al describir la tensión existente entre la oferta y la demanda de agua potable en la ciudad.Según explicó, cuando el consumo supera determinado umbral -algo que se verifica en los días de alta temperatura y mucho turismo, y que alcanzó niveles extremos el fin de semana pasado- se produce un efecto de "depresión" en la red.En esas circunstancias hay una decisión de Obras Sanitarias de no acompañar, con más presión y caudal, la creciente demanda del recurso. "Si hiciéramos eso, si largásemos toda el agua que nos pide el sistema, nos quedaríamos sin reserva", razonó el secretario de Obras y Servicios Públicos.Cultura del derrocheEn Gualeguaychú el consumo diario de agua por habitante ronda los 350 litros. Está muy por encima de lo que establece Obras Sanitarias de la Nación, que estipula como razonable 250 litros por habitantes por día.De acuerdo a estos números, en la municipalidad concluyen que a nivel local se derrochan 100 litros diarios por persona. En la temporada estival el consumo se dispara por diversos motivos.Uno de ellos es que la gente se baña más. Pero además se riegan las plantas, y se mojan veredas y calles con mayor frecuencia. Está también el llenado periódico de piletas, para uso recreativo.A eso hay que sumarle que el confort (como ocurre con la electricidad) hace disparar el consumo de agua. Los nuevos artefactos -lavavajillas y lavarropas automáticos- demandan mucho líquido.¿Una solución? El consumo de agua en la ciudad se cotiza en función de la propiedad abastecida, su tamaño, ubicación, antigüedad y mejoras. Se trata de un esquema que en un punto es inequitativo.Y esto porque no distingue al usuario que derrocha del que cuida, no distingue al que le sobra y consume sin medida del que padece grandes limitaciones o falta de agua potable.El concepto de "consumo de agua medido", en cambio, repararía esa injusticia. Por otro lado, se cree que el hecho de que el bien se cobre en función del consumo de los usuarios, como ocurre con el pulso telefónico o la energía eléctrica, reprimirá por lógica los excesos.Cabe agregar que hay localidades próximas, como Pueblo Belgrano, donde funciona desde hace tiempo el sistema de agua medido. Allí por encima de determinado consumo mínimo, el precio es otro.Gualeguaychú va camino de adoptar los medidores, un sistema que sería aprobado por ordenanza. Pero la idea es aplicarlo progresivamente empezando por los grandes consumidores, entre los cuales sobresalen los prestadores turísticos (hoteles, comedores, campings, y diversos complejos).Los técnicos aconsejan no avanzar con los medidores si antes el servicio no cubre a toda la población -aquí el agua potable cubre al 95% de los habitantes- y si la provisión no está garantizada (no se puede cobrar por algo que no se presta o se presta deficientemente).Todavía falta Villanueva explicó que en estos años lo que se ha hecho en Obras Sanitarias es muchísimo. Se ha invertido lo que nunca antes para producir agua potable. Pero aún así faltan fuertes inversiones.El transporte de agua cruda del río a la planta se solucionó con cañería de nueva generación. "Ya no tenemos problema con el famoso golpe de ariete que rompía los caños maestros", recordó.En la planta de Obras Sanitarias se hicieron mejoras en el plano electromecánico y civil. La fábrica de agua se potenció. "Se hicieron inversiones importantes", destacó el funcionario, al tiempo que señaló que el cambio de algunos productos químicos para potabilizar el agua, ha acelerado el proceso.Por otro lado, acotó, "hay un crecimiento importante de la red en Gualeguaychú, del 2007 a la fecha, gracias a la ejecución de obras por consorcios".Sin embargo, Villanueva considera que la planta de Obras Sanitarias, pese a todas las mejoras que se le han hecho, se revela "obsoleta", razón por lo cual "sería ideal una planta nueva"."No digo que no se use la que está. De hecho lo nuevo se acoplaría a lo existente. Pero esa planta me daría floculadores nuevos, filtrados nuevos, cisternas de almacenaje nuevas", dijo tras destacar que ya se ha elevado a las autoridades un proyecto para esta planta."Estamos hablando de inversiones millonarias", dijo al referirse al costo de la inversión. Una de las debilidades de la fábrica de agua, actualmente, son los filtros. "Tenemos un problema de filtrado. Por ejemplo, los filtros por gravedad han quedado chicos para el caudal de agua que ingresa al sistema", afirmó.Con respecto al problema de la baja presión del agua en la red, el funcionario habló de la necesidad de cerrar en forma de anillo el sistema. La idea, señaló, es lograr que la red sea un gran anillo que recorra la periferia de la ciudad, con buena presión y caudal de agua.Hay que pensar que en el fondo la red está formada por caños interconectados. Y así, por leyes de hidráulica, el sistema se estabilizaría.Otro punto débil es que actualmente hay zonas donde las cañerías troncales son muy antiguas y no resisten mayor presión de la que tienen."Con respecto a las cañerías, hay zonas en las que son nuevas, bien hechas, pensadas para el futuro como corresponde, con el material adecuado. Y hay otras en las que son totalmente obsoletas, por ejemplo en el microcentro", precisó Villanueva.Servicio deficitario Lo que pagan los vecinos por el consumo de agua no financian la producción de Obras Sanitarias. Difícilmente cubra la mitad del costo operativo del sector. El bache se financia con dineros que salen de Tesorería Municipal.¿Por qué tamaño déficit? Una de las razones de peso es que la tasa tiene un valor desactualizado. Otro problema es el nivel de incobrabilidad, asociado al no pago del servicio.Pero Villanueva aclara que "el sistema tampoco se financiaría si el cien por ciento de los frentistas pagara la tasa".
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