La singular violencia que golpea a Rosario
En la reina exportadora de soja y aceite, la ciudad estrella de la pampa húmeda con el auge agroexportador, coexisten la prosperidad y una inquietante criminalidad asociada al narcotráfico."El negocio narco en Rosario ya dejó 1.000 muertos y mueve 2.000 millones al año". El titular del diario La Nación de ayer sintetiza, así, la conclusión a que arribó la Universidad Nacional de Rosario (UNR).El fenómeno de violencia que golpea a la mayor ciudad santafecina, la tercera del país, polo sojero por excelencia, se remontaría a 2004 como consecuencia del enfrentamiento entre bandas vinculadas al narcotráfico.Hasta ese año los crímenes no pasaban los 70 casos anuales; hoy superan los 160. Y la cifra en 2013 puede ser peor, toda vez que en lo que va de este año ya se contabilizaban 116 homicidios.El relevamiento universitario identificó más de 400 puestos de venta de droga, da cuenta que el 90% de los asesinados son jóvenes de entre 18 y 25 años, al tiempo que anoticia que se pagan 300 pesos por día a cada a "soldado" que cuida los negocios de los traficantes.Estos últimos constituyen la mano de obra que ejecuta las directivas de violencia de jefes a los que no se conoce. El negocio que hay detrás de estos enfrentamientos, que siguen la lógica de ajustes de cuentas y venganzas, movería unos 2.000 millones de pesos al año."El negocio del narcotráfico se expande por los barrios de Rosario, dejando, junto a la millonaria recaudación, una espiral de violencia que involucra a bandas de jóvenes armados que se disputan territorios, poder y minúsculas proporciones de la ganancia", consigna el trabajo académico denominado "Calles perdidas".Los investigadores sociales de la UNR dijeron haber confeccionado el informe en base a estadísticas oficiales y a testimonios de testigos y especialistas en la lucha contra el narcotráfico y las adicciones.Según ellos, el contexto en que se mueven los narcos en Rosario está caracterizado por: economías ilegales, carencias de políticas públicas acertadas para combatir la problemática, complicidad policial y uso de los jóvenes en situación de vulnerabilidad social.Aunque la violencia narco golpea también en otros puntos de la geografía argentina, en especial el conurbano bonaerense, no deja de ser llamativo que el fenómeno sacuda a la ciudad símbolo de la prosperidad de la última década, asentada en el auge de la soja.Aunque para los historiadores no es novedad que en Rosario se mezclen la prosperidad y la alta criminalidad. En efecto, en la década del '30, la ciudad fue bautizada dentro de las crónicas policiales como la "Chicago Argentina", por el activismo sangriento que desplegaron grupos mafiosos.Entre fines del siglo XIX y comienzos del XX, la prosperidad económica en Rosario estuvo relacionada con la actividad del puerto y el desarrollo de la acción agropecuaria de la región, algo que se repite en el presente.En la llamada "Década Infame" la ciudad fue virtualmente secuestrada por las bandas violentas de dos italianos, Juan Galiffi -conocido como Chicho Grande- y su rival Francisco Morrone -Chico Chico-.Galiffi era señalado como el jefe de una asociación mafiosa llamada Honorable Sociedad. Su brazo derecho era Morrone, quien lo traicionó para convertirse en su enemigo.A los dos se los acusaba de asesinatos, estafas y secuestros. Chicho Grande fue detenido en 1933 y deportado a Italia, pero nunca se le probó ningún delito. En esa época desapareció Chico Chico, cuyo cuerpo apareció estrangulado en Ituzaingó en 1939.
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