La Trata no se combate con armas sino con trabajo

Cualquier acción que avasalle los derechos de las personas y en lo que a mi corresponde los derechos de la mujer, debe ser denunciado como tal.Mevia Carrazza*OpiniónParece increíble que en estos 16 días de activismo por las lucha contra la violencia hacia la mujer Y los derechos de los niños y niñas, tengamos que enfrentarnos  no sólo con lo ideológico, sino que también con otro paisaje geográfico, que se afinca  en el noreste argentino y que no son las cataratas del Iguazú, zona que suponemos  sin conflictos.Una visión nueva para otros y vieja para nosotros, de lo que es el noreste argentino, que lamentablemente se contrapone con las bellezas que son las Cataratas.Y una se pregunta, porqué donde hay tanto dinero, debe enfrentarse con las voces de mujeres pobres que huyen despavoridas buscando un sustento para sus hijos, para comprar una TV, una cocina, alimentos...Qué sucede en esta argentina de hoy que las mujeres están pensando que la perdida de su dignidad se llama "trabajo" y lo que es peor, escuchar de boca  de algunos trasnochados incluso dirigentes  opositores a la  lucha contra la trata, que te dicen en la cara, sobre este supuesto trabajo "si yo me quiero tirar con una loca, porqué no puedo?Se experimenta allí la sensación de "mujer inodoro" que es lo que son para muchos; la mayoría de las mujeres que reciben distintos hombres alcoholizados, drogados o románticos. Hombres que les prometen el oro y el moro y cuando estas mujeres van a sus empresas a buscar trabajo, se hacen los desconocidos porque la noche de placer, ya pasó.Con los profesionales de CEIM no dejamos de preguntarnos qué formación se les da a los hijos que prefieren este perfil de "mujer inodoro" y no enfrentarse a mujeres con las que podrían hasta convenir una relación que enriquezca a los protagonistas.Qué fantasías se construyen en las masculinidades, desde familias honorables, que para encontrar placer deben hacer negocios con mujeres  pobres, abandonadas que bien podrían estar emprendiendo verdaderos trabajos que dignifiquen sus vidas y  que no las sumerja en el dolor, la explotación, el abuso. Muchas de ellas no están controladas en su salud y en algunos casos mueren muy jóvenes porque además empezaron apenas o antes de tener la menarca, siendo violadas por sus propios parientes.He escuchado también muchos relatos de iniciación masculina en manos de mujeres que les han dejado un sabor amargo y que seguramente no verían este llamado "trabajo" para sus hijas, porque ellas son cuerdas y las otras son "las locas" quienes usan por dinero, sin pensar un instante en sus historias de vida.Todas las mujeres prostituidas (lo hemos visto en los congresos a los que ellas también asisten), expresan 'que ellas deciden y que nadie las llama', Esto es incierto: directa o indirectamente son convocadas para participar en este proyecto que avanza a pasos agigantados y alimenta las estructuras de la muerte. Porque existe un proyecto que las lleva hacia eso, mediante la promesa y el engaño, esto no es un invento mío son conclusiones de organizaciones internacionales que por ejemplo dieron -origen al protocolo de Palermo, al que adhirió nuestro país.Se trata de una herramienta que sirvió y sirve de mucho y que permitió que la Argentina, país abolicionista de la prostitución por la famosa Ley Palacios, reforzada por la ley de trata, considerara que esto es un delito y debe ser penado a quien explotara a personas en beneficio propio.Este concepto de "mujer inodoro" o "las locas", está en un sector muy importante de la sociedad que sigue discriminando, practicando conductas agresivas hacia  quienes se encuentran en vulnerabilidad.La Trata no se combate con armas, se trata con herramientas como el trabajo, que es un ordenador de la vida y va a llevar mucho tiempo entender estas cuestiones que deben ir acompañadas por una siembra de semillas con componentes educativos, sociales, políticos que erradiquen desde la raíz toda contaminación.Una que ha estado toda la vida conteniendo a personas victimas de malos tratos, de infortunios, debe ponerse en los zapatos de estas mujeres, argentinas, hermanas nuestras, que podrían estar en sus territorios con sus trabajos y no siendo avasalladas en sus derechos humanos. Sabemos que otra vida es posible para todos y todas, por favor que se ponga en marcha.* CEIM -Gualeguaychú