La última palabra la tiene el electorado
Analistas de opinión pública y comentadores hacen sesudos análisis sobre lo que pasará en este año de elecciones en Argentina. Más allá de las especulaciones, no será otra cosa que lo que la mayoría decida.¿Pero qué quiere esa mayoría? ¿Hacia qué candidato o fuerza política inclinará su preferencia? La opinión de los consultores, aquellos que manejan encuestas, se revaloriza ante estos interrogantes.Mariel Fornoni, directora de Management & Fit, considera por ejemplo a las elecciones argentinas como un "plebiscito entre el cambio y la continuidad", sugiriendo un escenario, para octubre, de polarización entre el oficialismo y un líder que aglutine a la oposición.Nadie quiere un cambio radical, sino moderado, dice por su lado el consultor Carlos Fara. "¿Cuánto quiere la sociedad derogar de lo que hicieron Néstor y Cristina Kirchner? ¿Y cuánto quiere dejar? Esa es la clave de la próxima elección", sostiene.Los encuestólogos hablan de que el oficialismo, representado por los candidatos del Frente para la Victoria (FpV), ha mejorado sus chances en las últimas semanas a partir de una mejora en la economía.El gobierno, dicen, ha logrado controlar algunas variables esenciales -como el dólar y la inflación- y esto se ha reflejado en una mejora del consumo, lo cual incidirá fuertemente en el ánimo de los electores.Las últimas medidas oficiales estarían cosechando aprobación en los sectores medios. Es el caso del programa 'Ahora 12', dirigido a activar el consumo. Lo mismo ocurre con 'Precios Cuidados' o 'Procrear' (crédito para viviendas).El consumidor es un agente político clave en elecciones, y los oficialismos suelen sacar rédito cuando el momento del voto está asociado a un alza del consumo."La sociedad argentina es muy pragmática", dice al respecto Guillermo Olivetto, director de la Consultora W. Para el especialista, lo que perciban las personas en sus bolsillos será clave en la preferencia electoral.En 2014 la economía estuvo atravesada por la incertidumbre, y algunos se animaron a hacer pronósticos tremendistas sobre su marcha. Pero 2015 se presenta distinto.Según datos de la Universidad Torcuato Di Tella, la confianza del consumidor subió fuertemente en marzo y, en el mismo período, cayeron las expectativas de inflación.El pragmatismo, en términos generales, juzga el valor o la verdad de cualquier doctrina, en función de sus efectos prácticos. Aplicado a la política, equivale a actuar con prescindencia de ideologías principistas o cosmovisiones teleológicas (con arreglo a fines).De lo que se trata es de sacar provecho de las circunstancias. En este sentido, un elector pragmático vota creyendo que va a obtener cierto resultado en su beneficio particular (sobre todo de índole económico).Los críticos del pragmatismo señalan que se trata de una mentalidad cuyos límites están en la dificultad para prever las consecuencias a largo plazo de las acciones.Pero en democracia la voluntad de la mayoría no se discute, sino que se acepta. De última los ciudadanos de un país, al encumbrar a determinados representantes, están expresando su escala de valores. En este sentido, los representantes nunca son distintos de los representados.De ahí aquella frase de Joseph de Maistre (1753-1821) según la cual cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Una sentencia que modificó el francés André Malraux (1901-1976), al decir que la gente tiene los gobernantes que se le parecen.
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