La verde debilidad de los argentinos
La economía atraviesa un momento en el que el gobierno no puede disimular que le falta ese bien tan apetecido por los argentinos: el dólar. Como un karma el país reedita así su compulsión verde.Las restricciones cambiarias decretadas en 2011 inauguraron otra vez la histeria por el billete estadounidense. Manifestación de lo cual fue la aparición de un mercado paralelo de la divisa."Hasta que el peso se convierta en una moneda de reserva de valor, va a ser necesario mantener estas restricciones", justificó en su momento el diputado oficialista y ex viceministro de Economía Roberto Felletti.En la misma línea argumentativa tiempo después la presidenta del Banco Central Mercedes Marcó del Pont sentenció que los controles cambiarios se deben a que "hay que ahorrar en moneda local, como sucede en todos los países del mundo".De pasar a prohibir el atesoramiento en dólares, con el argumento de que había que pesificar la economía, el gobierno se vio obligado a tomar medidas para capturar la divisa que se mueve en la informalidad.Surgió así la polémica ley de blanqueo de capitales. Al defender el proyecto el viceministro de Economía, Axel Kicillof, hizo referencia a "la cultura argentina que data desde mucho más atrás que en los últimos 50 años".¿Cuántos dólares tienen atesorados los argentinos? El periodista Ismael Bermúdez, sobre estadísticas del INDEC, calcula que hay en el "colchón" 170.635 millones de dólares, aunque la cifra aumenta a 180.000 millones si se calculan las inversiones inmobiliarias en el exterior.Según la Reserva Federal de EE.UU. (Fed), la Argentina es junto a Rusia el país que mayor cantidad de dólares tiene, fuera de la economía norteamericana.El año pasado la organización independiente Tax Justice Network (TJN), calculó la riqueza privada offshore, es decir el dinero mundial que se fuga a cuentas clandestinas.De allí surge un dato impactante: los argentinos enviaron 400.000 millones de dólares a paraísos fiscales entre 1970 y 2010. Esto convierte al país en un exportador neto de capitales.¿Por qué la obsesión criolla por el dólar? Al analizar el fenómeno María Elena Candia, columnista del Cronista Comercial, cree que es un "hábito creado a fuerza de shocks económicos". Según sus cálculos, en la segunda mitad del siglo XX hubo en promedio una crisis cada 5 años.A diferencia del resto de los países latinoamericanos, la clase media con capacidad de generar excedentes, ha buscado históricamente refugio en monedas fuertes (dólar) y ladrillo.El magnetismo social por el afamado billete verde tiene una contracara: la depreciación continua de la moneda local. El economista Nicolás Litvinoff asegura que el peso argentino perdió 12 ceros en 120 años, desde que se creó en 1881.En los libros de economía para explicar esta práctica de huida del dinero, se apela a la autoridad del inglés Thomas Gresham (1519-1579), quien enseñó que las personas guardan la moneda que consideran mejor y tratan de desprenderse de la que califican como peor.En Argentina la política se enrarece cuando la economía cruje, y un síntoma de desasosiego material es la histeria colectiva por el dólar. Como si la superestructura ideológica -como creía Carlos Marx- fuese un reflejo de la estructura económica.Las ideas mutan, los humores sociales cambian, las percepciones se alteran, cuando los problemas económicos comienzan a afectar el bolsillo, definido hace mucho tiempo por Juan Domingo Perón como la víscera más sensible de los hombres.
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