La vuelta de los buitres a Argentina

En el sistema financiero internacional, cuando un país tiene problemas económicos y se presume que la situación tiende a desmejorar, sus bonos y emisiones de deuda pierden valor en el mercado, generando la necesidad de los tenedores de desprenderse de ellos a bajos precios.Gustavo Smith*opiniónPrecisamente, en ese momento aparecen los llamados fondos buitre, comprando esos bonos. Esta situación se dio en América Latina a partir de las crisis financieras de fines de los '90 y particularmente con el default argentino de 2001, pero también ocurrió en países de África y actualmente en algunos europeos, como por ejemplo Grecia.Los "fondos buitre", llamados también holdouts, son organizaciones que operan en las economías de todo el mundo detectando una deuda impaga de países en problemas, la cual adquieren a bajo precio para luego intentar saldarla completa ante el deudor con los intereses correspondientes.De esta manera, actúan como aves rapaces, de allí su denominación, ya que primero compran a precio de mercado con alto riesgo para intentar después cobrar en valores originales. Actualmente, una buena cantidad de países en el mundo se encuentran en esta situación, actuando los fondos buitre sobre ellos de manera ofensiva, amparándose en legislación que protege inversiones.Como generalmente se trata de fondos de inversión con domicilio en Estados Unidos, realizan una política de lobby en el Ejecutivo pidiendo sanciones oficiales, y en el Parlamento buscando la sanción de leyes que permitan su accionar alegando que el país deudor no cumple sus compromisos frente a "ciudadanos" y "contribuyentes" americanos. También estos fondos operan buscando juzgados afines, como el del juez Thomas Griesa en Nueva York, que fue quien falló en su favor contra Argentina por primera vez.En el caso argentino, luego de las emisiones de deudas anteriores al año 2001, nuestro país ingresó en default, intentando desde entonces cumplir con sus obligaciones, ofreciendo dos canjes de deuda (2005 y 2010), a los que ingresaron el 93% de los bonistas quienes reconocieron el esfuerzo realizado por Argentina para regularizar su situación y consideraron aceptables las condiciones ofrecidas.El nuevo ofrecimiento para reabrir el canje anunciado recientemente por la Presidenta, bajo las condiciones que impone el país iguales a las de los que aceptaron las ofertas anteriores pero bajo la legislación nacional, marca voluntad de pago del Estado argentino ante el mundo, aunque habrá que ver si precisamente el mundo financiero espera esas buenas intenciones.En realidad, se evidencia en este tema un procedimiento general perverso. Veamos: organismos financieros internacionales que, entendiendo la economía de una manera ortodoxa, presionan a los gobiernos a implementar sus políticas, recetas y métodos. Los países lo hacen pero se endeudan, entran en crisis económicas, financieras y, por supuesto, sociales.Entonces, ajustan su economía y con el tiempo dejan de pagar sus compromisos. Luego algunos, como Argentina, reestructuran su deuda para poder salir de la crisis, pagar sus compromisos y volver a la senda del crecimiento. En ese momento, aparecen los fondos buitre comprando deudas a centavos y litigando después contra los mismos Estados, exigiendo cobros totales en tribunales del primer mundo.Muestras de voluntadNuestro país optó por una reestructuración amplia de su deuda. De esa manera, pudo gradualmente ampliar sus márgenes de soberanía económica que le permitió una recuperación inédita en un contexto internacional en crisis.Argentina ha dado muestras de buena voluntad. En un período de 9 años, pagó 173.733 millones de dólares de deuda contraída por anteriores administraciones, reduciendo la deuda respecto del PBI del 125% al 48%. Consecuencia de esas reestructuraciones, además, se consiguió una quita de más de u$s 48.000 millones.Sin embargo, todavía es catalogado como un "deudor recalcitrante" por el sistema financiero internacional. Pareciera que ciertas decisiones en la justicia del llamado "primer mundo" buscan efectos disciplinadores en aquellos países que encaran procesos de reestructuración soberana de sus pasivos y, en sentido amplio, proponen al resto una manera alternativa de hacer frente al "anarcocapitalismo" que domina a las economías desarrolladas.En este sentido, este Gobierno, que tiene como función esencial defender el interés de la Nación, debería contar con el respaldo general de todo el arco político, ya que se trata de un tema de Estado donde se ponen en juego no solo la soberanía nacional sino el futuro mismo del país. * Licenciado en Relaciones Internacionales del Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular (GEENaP)
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