
Se realizó una jornada a puro lazo y pialada, en donde pasaron por los corrales más de 500 ejemplares.El avance de la agricultura terminó en parte con una tradición en los campos altos que era el de la "yerra". En esa ocasión, en una estancia o un campo, se juntaba hacienda para castrar a los terneros y marcar, como siempre a cuchillo, y las "criadillas" se ponen en un balde y luego se traslada a la parrilla o bien se hace a las brasas.La marcación de los ejemplares, hasta no hace demasiado tiempo se hacía con una marca a fuego, algo que por fortuna no se realiza más.El fin de semana pasada en el establecimiento "Cabaña Entre Ríos", se llevó a cabo una yerra con la participación de paisanos del establecimiento de la zona y de los alrededores. Una jornada a puro lazo y pialada en donde pasaron por los corrales más de 500 ejemplares.El propietario del establecimiento, Christian Folgar, se refirió a la yerra y el significado que tiene la misma: "Es una fiesta que año a año (marzo o abril) hacemos para esta época. Tratamos de mantener un poco las costumbres y trasmitirlas porque muchas veces las mismas se pierden. Participan muchos chicos y esperamos que esos pibes organicen sus yerras cuando sean más grandes", se esperanzó.Dijo además que "la ganadería arraiga la gente en el campo, te hace sentir orgulloso, un sentido de pertenencia y claramente en la medida que se lo transmitas de padres a hijos se van formando generaciones que se enamoran de la ganadería". "Es más apasionante que la agricultura, hoy se gana menos plata pero enamora más" opinó.Además "es un ciclo que hay que esperarlo. En agricultura un año puede ir bien, el otro mal pero se puede recuperar. En la ganadería son 5 a 6 años", insistió y remarcó que "la ganadería es un trabajo a muy largo plazo y en donde se tiene que tener mucha paciencia. Más en esta zona que cuando viene el agua pega duro y vuelta a empezar. Y cuando uno apuesta por una buena vaca la está pensando para los próximos 3 años, no para el próximo verano o invierno". El momento de la ganaderíaEl campo pertenecía a la Compañía Sudamericana de Fósforos, pero ahora es administrado por el establecimiento "Cabaña Entre Ríos", con los vaivenes económicos lógicos de la Argentina. "Todavía estamos, no digo más optimistas que nunca, pero seguimos pensando en positivo" señaló Folgar.Es un muy buen momento de la ganadería, más allá de que se perdieron 11 millones de cabeza "lo malo es que la realidad que vivimos, se debe a que se hicieron las cosas mal. Hubiéramos querido tener un mejor momento, porque las cosas se hicieron bien, pero lamentablemente no es así. Y la verdad, muchas veces cuando decíamos que esto iba a pasar (baja en el stock vacuno) la gente pensaba que nos gustaba dar malas noticias"."A los que menos les gusta que el precio haya subido, debido a una baja considerable en el stock vacuno, es al productor. Nos hubiera gustado que el precio hubiera subido, o quizás no hubiese aumentado tanto en tan poco tiempo, con el mismo rodeo que hace algunos años, no con 11 millones de cabezas menos", indicó.Remarcó además que en tres años no subió el precio y se destruyó el stock. "La cantidad de madres que hemos liquidado en Argentina en estos últimos tres años, es como matar la fábrica. Esto se está recuperando, sumado a la seca que también pegó obviamente", y señaló que "hoy los precios están bien"."No se está pensando en no hacer ganadería por más que los precios suban más o bajen menos. Una vez que se incursiona fuertemente en la actividad es muy difícil dejar la misma. Lo principal es el capital humano. Es cierto que en esta zona los diques son una inversión de infraestructura muy grande. Muchas veces hay que sacar el agua con bomba lo que es un gasto operativo muy grande. Hay que mantener los canales limpios para que el agua escurra. Infraestructura que en plata es mucho, pero el capital humano es el más importante", sentenció.El productor afirmó también que "los que manejan el ganado son los peones y ellos mejor que nadie, son quienes saben qué necesita un animal. Cuándo está bien y cuándo mal. Armar un buen capital humano, vale mucho más que un buen dique" sostuvo y agregó: "cuesta, debido a que estamos hablando de una actividad que se la fue dejando de lado. Y la gente que estaba trabajando buscó otros horizontes, para convertirse en operarios o en maquinista de otros lugares".Pero, explicó que ahora hay muchas de esas personas que intentan retomar la actividad ganadera porque "es más familiar y se trasmite ese conocimiento de generación en generación; quizás sea lo más difícil porque no se lo encuentra en ningún libro. Tampoco se enseña en la universidad, sencillamente se aprende en el campo" dijo. El manejo del aguaPor otra parte, el administrador de "Cabaña Entre Ríos", Ignacio Veronesi, brindó detalles del establecimiento y de cómo se trabaja en el mismo. "Tenemos el campo endicado y trabajamos un poco más tranquilo. Las crecientes te tratan mal. Acá la explotación es casi todo en base vaca con cría, aunque también hacemos un poco de novillo. Seguimos con el tema de la vaca de cría que por lo menos te da un respiro. El ternero queda con la hembra para seguir produciendo vientres, que es lo que le falta mucho al país y a lo que no se venía apostando desde hace tiempo"."Tenemos desde mestizo hasta cruza que hemos traído del norte. Y hemos comprado en la zona. Lo que mejor anda, es la hacienda cruza con buena calidad. Esto da como resultado, salir con buena mercadería, tanto en la invernada como con novillito. La recría y el tema de la calidad es clave, para tener buenos precios después", indicó.En parte tiene que ser un ganado rústico por la geografía de la zona. Montes bajos, bañados, una geografía agreste y, principalmente, se debe tener hacienda cruza porque es la que más se adapta a la zona de bañados, donde la hacienda se tiene que meter a comer entre los esteros que se forman en el invierno con pocas lluvias.En cuanto a la carga de animal por hectárea, Veronesi precisó que "como manejamos el agua por los canales -porque es un campo endicado que tiene compuertas- podemos tener un promedio al año una cabeza y media de novillo o de vaca. La vaca requiere un poco más por la preñez, amamantamiento de terneros y demás. Y como manejamos el agua, en época de sequía podemos meter agua por los canales, cuando tenemos la suerte de que haya sudestada. Entonces casi siempre con buen pasto, buen desarrollo de forraje podemos mantener esa cantidad de hacienda por hectárea. En el verano nos tapa el pasto y en el invierno estamos justo", acotó.Dijo además que la ganadería arraiga a la gente. Y en ese sentido mencionó que en el establecimiento existen personas que se dedican al mantenimiento de los diques y de los canales y caminos, y otros que están con la hacienda."Están cerca de la ruta, pegados al asfalto. Eso es un punto muy bueno porque cuando se complican los arreos de gordos o se presentan buenos precios, podemos salir por más que esté lloviendo. Eso es una ventaja. Estamos con gente que tiene hacienda capitalizada. Gente que vino a invertir en la zona. Hoy si vas a reponer para hacer un novillo de exportación la verdad es de que están trabados en el tema de los ROES", afirmó. Cuidar a los animales en los campos bajosRamón Olivera es un paisano de la zona. Hombre de a caballo, tiene 54 años y todos transcurridos en los campos bajos. Trabaja en un puesto de la estancia, cerca del Paranacito."Cuidamos animales, Tenemos 2500 cabezas de las cuales 300 están con cría. Me acompaña el señor Barreto, quien es oriundo de Gualeguay", indicó.Olivera tiene que salir a recorrer todos los días la zona para controlar la hacienda. "Curamos los 'abichados' y estamos encimas de los animales por el tema de las diarreas y otras enfermedades que se presentan", destacó.Al ganado "Hereford" o Pampa como se lo conoce, se le presenta en estos campos problemas en los ojos de los animales ya que son zonas bajas y hay pajonales donde los terneros se lastiman. "Hay que recorrer con guardamonte y bota de goma, tanto en verano, como en invierno y tener cuidado con serpientes como la yarará", remarcó."En el verano hay mosquitos, la mosca brava, el tábano y el mosquito overo. Insecto que pica a los animales en la orejan y se infectan", señaló Olivera y agregó que mientras que a los terneros los cura medicinalmente, con los vacunos más grandes lo hace "de palabra". "Me enseñó un tío. Tengo que curarlo y mirarlo a los tres días. Hay pocos con este conocimiento. Hay mucha gente que no cree en eso, pero acá en los bajos los curamos así", aseguró.- ¿Cómo se comporta un campo con una creciente, más allá de que esté endicado?- Es todo un tema. Ninguna creciente es igual a otra. Arruina todo el campo. Hay agua que viene limpia, buena, que favorece al campo un montón. Hay que limpiar los alambrados y hacerlos a nuevo, porque arrasa con todo. Trae árboles y se hace un bollito que lo arranca por más bien que esté el alambrado.