Lo que se juega en los primeros años
La vida de cada quien se resuelve en gran medida en la infancia. La constitución de nuestra personalidad adulta le debe mucho a los primeros años, desde el punto de vista orgánico y afectivo.El mundo científico tiende a coincidir en la importancia crucial de la infancia temprana. Se sabe que los genes y la experiencia colaboran estrechamente para llegar a modelar quienes somos.Lo dado (la naturaleza) y lo adquirido (la cultura) deben conjugarse para el desarrollo óptimo de los niños. La personalidad es el resultado de la combinación de los factores hereditarios y ambientales.El desarrollo normal del cerebro humano, así, puede fallar por falta de nutrientes aportados por el entorno social. Por otro lado, como nacemos con una necesidad universal de afecto y protección, si somos privados de esta emocionalidad básica la vida adulta se complica.Recientes estudios en Estados Unidos han venido a corroborar que la desnutrición, producto de la pobreza (variable ambiental), compromete el desarrollo mental de los chicos.Científicos de la Universidad de Michigan, Duke y Wisconsin, encontraron que la materia gris del cerebro era sensiblemente menos desarrollada en los niños y niñas pobres.Más en concreto, la materia gris del lóbulo frontal, el lóbulo temporal y el hipotálamo era hasta un 10 % menor en los pequeños criados por debajo del umbral de la pobreza en Estados Unidos.La falta de desarrollo de la materia gris explicaría, en tanto, entre el 15 y el 20% de los déficits de aprendizaje de los escolares pobres. El estudio, en definitiva, confirma la tesis de que la desnutrición atenta contra el desarrollo del cerebro en la infancia.Esto viene repitiendo entre nosotros el doctor Abel Albino, quien dirige la Fundación Conin, una ONG que trabaja con niños en riesgo y sus familias promoviendo buenos hábitos de salud, higiene y nutrición, y quien ha llegado a decir que "la desnutrición infantil es la raíz de los problemas sociales argentinos".Albino señala que los dos primeros años del niño son fundamentales, es el momento de más vulnerabilidad y donde se juega su desarrollo futuro. Desde el embarazo, desde la panza de la mamá, empieza el desarrollo del cerebro y continúa en los dos años siguientes.El chico que no tiene una nutrición adecuada en ese período, acumula secuelas en el largo plazo. Se trata de consecuencias irreversibles, que comprometen tanto su desarrollo físico como su desarrollo cognitivo.Por otro lado, es conocida en el mundo de la psicología la "teoría del apego", según la cual los bebés establecen un fuerte vínculo emocional con sus padres, un vínculo precursor de la seguridad y de la empatía en las relaciones personales en la edad adulta.Se diría que los niños están biológicamente "diseñados" para estar apegados a sus padres, no sólo para satisfacer sus necesidades sino porque son seres profundamente sociales.La teoría acepta que, en ausencia de los padres, cualquier otra persona puede convertirse en figura de apego. Lo importante es que esta última provea la mayor parte del cuidado y de la interacción necesaria.Como sea, el pediatra español Carlos González, uno de los principales exponentes de habla hispana de crianza con apego, sostiene que "vivimos en una sociedad en la que los padres pasan muy poco tiempo con sus hijos".Los niños hoy están muchas horas al día en la guardería o la escuela, separados de sus papás. "Eso no había ocurrido antes y no es bueno para los chicos", asegura el autor del best seller 'Bésame mucho'.
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