Los agricultores y la sangre “gringa”
Hoy se celebra el Día del Agricultor, en recuerdo de la primera empresa colonizadora agrícola, fundada en Esperanza (provincia de Santa Fe) por iniciativa de Aarón Castellanos.Los colonos eran 1.162, todos de nacionalidad suiza, y fue precisamente el 8 de septiembre de 1856 en que cada uno tomó posesión de la parcela que se le había asignado.Ese día se considerada "una fecha decisiva en el desarrollo de nuestra agricultura", según reza el decreto 23.317, emitido por el gobierno argentino en 1944, por el que se establece la conmemoración.De esta manera se resalta la importancia del agricultor en la construcción del país, al tiempo que se destaca la relevancia que ha tenido y tiene el sector agrícola como generador de riqueza.Aunque la agricultura tuvo impulso extraordinario a partir de la segunda mitad del siglo XIX, período que coincidió con la organización nacional y la llegada masiva de los inmigrantes, ya los próceres de la Revolución de Mayo de 1810 veían su importancia.Es el caso de Manuel Belgrano, para quien "la agricultura es la madre fecunda que proporciona todas las materias primeras que dan movimiento a las artes y el comercio".Seguramente el creador de la Bandera tuvo entre sus lecturas los escritos de Francois Quesnay (1694-1774), fundador de la escuela fisiocrática, cuyo lema era "campesinos pobres, reino pobre; reino pobre, rey pobre".Belgrano advertía que toda la riqueza potencial del país estaba en la explotación científica de la tierra, y en las medidas complementarias, como los puentes, los caminos y la infraestructura rural.Fue él quien entre los hombres de Mayo planteó un programa básico para el agro, creando una verdadera doctrina revolucionaria, originada en los principios europeos. En esta estrategia propugnó las escuelas técnicas, en las que se enseñara a los hijos de los agricultores los secretos de la tierra.Sin embargo, a causa de las guerras por la independencia y luego por las luchas civiles que se sucedieron, la agricultura estuvo detenida y debió esperar que el país se organizara para expandirse.Las cosas comenzaron a cambiar cuando Argentina se abrió al ingreso de capitales y de recursos humanos extranjeros, con la Constitución liberal de 1853.La elite dirigente de entonces estaba interesada en fecundar la fértil y despoblada pampa. Se inició entonces un período en el cual arribaron inmigrantes, muchos de los cuales vinieron a trabajar la tierra.La llamada 'Generación del 80', bajo el lema "gobernar es poblar", decidió insertar a la economía argentina en el mercado mundial.La estrategia consistió en realizar una verdadera transfusión de sangre al interior del país. Eso se expresó con la llegada de más de tres millones de inmigrantes dedicados en gran parte a la agricultura.Eran familias enteras venidas de una Europa desangrada por interminables guerras. Argentina, así, aparecía como una tierra de oportunidades, un lugar donde construir un futuro próspero.Con la sangre "gringa" el país se convirtió pronto en uno de los exportadores de granos y de carnes más importantes del mundo. El crecimiento de las exportaciones agropecuarias entre 1885 y 1910 fue excepcionalmente alto, ganando fama el país como "granero del mundo".Es el agricultor argentino el que, reinventándose, transformó con el tiempo la tradicional agricultura del arado en otra forma más avanzado de producir, siendo reconocido hoy como uno de los más eficientes a nivel internacional.
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