Los argentinos ante las primarias de agosto
Faltando poco más de dos semanas para las PASO, algunos encuestadores llaman la atención sobre la apatía y desinterés ciudadano por esas elecciones en las que se eligen candidatos con vistas a las legislativas del 27 de octubre.Dos tercios de los electores no saben para qué sirven las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PAS0), según un relevamiento de la consultora IPSOS. El 64% de los encuestados por la empresa dijo saber poco o casi nada de los comicios que se realizarán el próximo 11 de agosto.En tanto los encuestadores Jorge Majluf ("Mercado" de Paraná) y Carlos Elgart ("Consultar" de Gualeguaychú), coincidieron en que en Entre Ríos prevalece un sentimiento de apatía, al tiempo que reina desconocimiento sobre la elección en sí y respecto de los candidatos."La política sigue alejada de la gente y estas elecciones legislativas están aún más distanciadas del electorado", señaló Majluf al programa 'Fuera de Juego'.Según los datos obtenidos en diferentes localidades entrerrianas un alto porcentaje de los consultados no tiene decidido su voto, en el marco de un desconocimiento del mecanismo de las PASO y una desmotivación asociada a la política y sus protagonistas.Algunos cientistas políticos vienen advirtiendo sobre un creciente divorcio entre las cuestiones vinculadas al poder y la vida real, un bache que se deja ver en el descreimiento hacia los procedimientos electorales y sus resultados.Otra característica saliente es que el ciudadano vota personas más que ideas o programas de gobierno, algo que conecta con el declive de los partidos políticos y la mediatización de la política.El mensaje de los candidatos se licua a favor de la imagen, efecto de la invasión del marketing televisivo en la disputa de poder. Es por eso, por ejemplo, que algunos políticos prefieren no decir nada relevante, para no espantar votantes."Los medios de comunicación crean las necesidad de que haya fuertes personalidades con lenguajes ambiguos, que permiten a cada grupo buscar en ellos lo que quiere encontrar", refiere el especialista italiano Sergio Fabbrini.En alguna época los candidatos suscitaban adhesiones en torno a contenidos y reclamos sustanciales, lo que suponía definiciones ideológicas fuertes. Hoy las carreras electorales se convierten en un espectáculo, que es lo esencial, mientras la información es residual.Efecto de ello es que a veces resulta todo un hallazgo saber qué opinan los políticos sobre cuestiones candentes. En reemplazo del mensaje racional, el "logos" en política, aparece el lenguaje de la emotividad.La sensiblería se apodera de los spots televisivos y la propaganda de campaña. "Es una política dirigida y reducida a episodios emocionales", ha escrito a propósito el politólogo Giovanni Sartori.De esta manera algunos candidatos cuentan historias lacrimógenas y sucesos conmovedores de su propia biografía. Aunque esto se hace a costa de decapitar a las cabezas que hablan, que razonan y discuten problemas.El uso del lenguaje juvenil y coloquial para atraer a los nuevos electores; el tipo y color de ropa; la gestualidad milimétricamente estudiada; el mostrarse con personajes populares (actores, deportistas, etc.); los reportajes televisivos guionados; son algunas de las técnicas más usadas.Esta estrategia marketinera generalizada -que no es nada inocente, toda vez que está diseñada para manipular las emociones del electorado-, en el fondo violenta la democracia en un punto: la competencia cognitiva del ciudadano, quien se supone debe discernir racionalmente y con sentido crítico.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios

