Los bancos ganan aunque el resto pierda
Por alguna razón inasible del sistema capitalista la renta financiera queda indemne, e incluso llega a crecer, aunque la economía y las empresas se desplomen por alguna crisis.Al menos eso prueba el caso argentino. En los últimos tres años, en plena crisis, el margen financiero de los bancos fue en ascenso y, en promedio, fue superior al del período 1993-2000.Eso dicen las estadísticas del Banco Central. En el lapso 2007-2009, período en el cual la economía local se desbarrancó, entre otras razones por la crisis global, la ganancia de los bancos privados triplicó la obtenida en 1996-2000, durante la convertibilidad.El indicador ROE (Retum On Equity) que mide la rentabilidad sobre el capital trae otra sorpresa: en 2009, la rentabilidad de los bancos locales fue superior a los años previos de la crisis.Fue superior incluso al que tuvieron los grandes bancos estadounidenses en 1997-2006 y cercano a las ganancias que estos alcanzaron antes de la crisis en pleno auge especulativo.El periodista Julio Sevares llama la atención que esta extraordinaria performance de los bancos argentinos, que ganaron con la crisis, se da en un país donde el crédito bancario es el 12% del PBI, la mitad de lo alcanzado en los '90.Con lo cual podría establecerse esta extraña ley: cuando los bancos menos prestan a la economía real, financiando su expansión productiva, mejor les va.¿Dónde está el negocio de las entidades financieras, entonces? En principio se asentaría en la rentabilidad de los títulos públicos en poder de los bancos, en el contexto de un Estado que ha privilegiado el pago de su enorme deuda pública.La otra fuente de renta estaría en el cobro de servicios y los intereses sobre créditos, que en su mayor parte son al consumo y de corto plazo. La plusvalía bancaria, en este frente, se asociaría a una práctica usuraria.En efecto, según una encuesta del BCRA, en mayo pasado, el costo financiero total cobrado por los bancos y las financieras para un préstamo personal tipo a tasa fija fue del 54,9 al 75,4%, con casos que superan el 200% anual.Ergo: las personas y las familias, a las que les cuesta ahorrar, para adquirir bienes de consumo deben endeudarse a tasas de interés estrafalarias, pagando un costo financiero altísimo.Paralelamente, el monto de los créditos de largo plazo al sector privado, necesarios para inversión, es reducido. Los créditos a pymes son el 28% de los préstamos al sector privado no financiero.Con un agravante: la proporción del crédito de los bancos públicos a ese segmento (pese a la publicidad oficial) no es mucho mayor que la de los bancos privado.Los empresarios pymes se viven quejando, y con razón, de la imposibilidad de acceder a créditos abundantes y accesibles. Piénsese que se trata de un sector dinámico de la economía, que además da mucho empleo.Es tal la restricción que al momento de solicitar un crédito para ampliar cualquier negocio, hay que demostrar prácticamente (con garantías y flujo de capital propio) que uno en realidad no lo necesita. Entonces sí se puede tener chances de acceder a un préstamo."El banquero es una persona que te presta su paraguas cuando el sol brilla, pero lo quiere de vuelta en el preciso momento en que comienza a llover", decía Mark Twain (seudónimo del famosos escritor estadounidense Samuel Langhorne Clemens).El porqué los bancos ganan cuando los otros actores de la economía real pierden, la razón por la cual el dinero sigue siendo caro, el motivo por el cual la relación crédito/PBI es una de las más bajas del mundo, forman parte del misterio que sigue siendo la economía argentina.
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