Los dilemas que plantea el shopping de los pobres

La expansión en el territorio nacional de réplicas de La Salada genera lógica conmoción al interior del mundo mercantil. Aunque en realidad la existencia de estos asentamientos comerciales desnuda un problema sistémico.El "shopping de los pobres", como lo califican sus defensores, podría ser visto como un síntoma social de un país fragmentado y de una economía oculta dominada por la informalidad.Quienes han estudiado su origen aseguran que la feria ya cumplió 20 años de existencia en el conurbano, aunque pegó un gran salto como consecuencia de la crisis 2001-2002, cuando la recesión y el desempleo golpearon duramente.Allá por los '90 surgió como una feria marginal liderada por la comunidad boliviana de la provincia de Buenos Aires, que importó su tradición de ferias. Al cabo adquirió carta de ciudadanía entre los argentinos de ese territorio, que hallaron en la modalidad un modo de supervivencia.El fenómeno concita controversia y al parecer pasiones políticas encontradas a partir de que el gobierno nacional, a través de la Secretaría de Comercio, no sólo acepta La Salada sino que la promueve a nivel nacional e internacional.El auge de las "Ferias Urbanas Informales" (FURIN) viene siendo objeto de diversos análisis académicos. Un estudio muy conocido es el que encaró Victoria Garrizzo, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA).Allí asegura que lo que inicialmente eran ferias de emprendedores utilizadas como estrategia de supervivencia, se fueron transformando con el paso del tiempo en un amplio mercado.Actores heterogéneos protagonizan el fenómeno: artesanos, pequeños cuentapropistas, grandes comerciantes informales, importadores, falsificadores, y diferentes tipos de organizaciones de producción, comercio y distribución.Lo curioso es que mientras este modo de informalidad de alguna manera hallaba un justificativo en un contexto de recesión, después de años de auge económico, y cuando se perfeccionaron en este período los controles sobre la evasión, estos espacios comerciales en lugar de languidecer se fueron fortaleciendo.Lo que inicialmente eran ferias de emprendedores utilizadas como estrategia de supervivencia (en los noventa), se fueron transformando con el paso del tiempo en un amplio mercado paralelo.Garrizzo da a entender que en lugar de que las ferias se fueran incorporando a la "economía formal", se han expandido a un punto en que alrededor de ellas se ha consolidado un mercado paralelo donde el Estado dejó de ejercer control fiscal."El avance de la venta informal en predios públicos y privados está fortaleciendo el desarrollo de un sistema de producción subyacente en la economía argentina. Su incidencia es tal, que esas ferias no sólo se relacionan entre sí, sino que interactúan cada vez más dinámicamente con el sector formal", señala.En su opinión, el desmantelamiento de las FURIN, en tanto son una fuente de generación de empleo para todo un segmento social, dejaría sin ingresos a miles de hogares.La contracara de esta convalidación son los efectos colaterales sobre la economía formal. "Esos efectos no sólo los percibe el comercio que cumple con sus impuestos o el productor nacional que compite con mercadería importada mediante prácticas desleales comercializada en esos predios, sino que en la medida que las FURIN se expanden como modelo de producción, se genera un sistema paralelo estable, difícil de desarticular", sostiene la economista.Y añade: "La convalidación social de la informalidad debilita la 'moral tributaria', que es una condición necesaria para combatir la evasión en una sociedad. Así, el Estado no sólo pierde control de ese espacio económico que aporta poco al sistema tributario, sino que la producción y venta informal se fortalecen, agravando el problema central, que es la evasión tributaria y el empleo registrado, dos temas graves de la Argentina".Según datos de la CAME, el comercio ilegal en la Argentina facturaría el equivalente a 4 puntos del PBI. El diagnóstico de esa entidad, es que este fenómeno está derrumbando pymes y empleos en la economía formal.