Los jueces despiertan de su larga siesta y viven una pesadilla

Algunos hablan de lo que pasó en los '80, cuando el peronismo tuvo que reciclarse después de la derrota electoral ante los radicales. Si bien hay puntos de contacto, todavía no asoma un liderazgo claro que pueda tomar la batuta.Jorge BarroetaveñaEnterrado el kirchnerismo, ¿qué peronismo será el que tome la posta? ¿Se encargara Macri de echar sal sobre las heridas para evitar cualquier posibilidad de acuerdo?El proceso de descomposición peronista arrancó en el 2013, el día que Sergio Massa se decidió y pegó el portazo. Aquel año le asestó al kirchnerismo una derrota dolorosa en la Provincia de Buenos Aires e hirió de muerte el proyecto de "Cristina eterna", como alguna vez filtró Diana Conti. Pero mareado por las alturas de la victoria y pensando que tenía la presidencia asegurada, Massa se extravió en ese camino sinuoso que tenía destino de Casa Rosada. Gastó energías en impedir la formación de Cambiemos y nunca pudo seducir del todo a los múltiples disconformes ya con el gobierno y el estilo de Cristina. Sin saberlo claro, le allanó el camino a Macri que recibió el empujón definitivo el día que la jefa eligió a Zanini y al inefable Aníbal Fernández para pelear con María Eugenia Vidal.El resto es historia conocida aunque asombra el veloz deterioro en el que ha entrado el kirchnerismo y la descomposición del arco peronista. Los gobernadores y los legisladores son la única representación institucional que les ha quedado, aunque la hacen valer y allí, es probable, esté el punto de inicio de su recuperación.El jueves, mientras Carrió y De Vido discutían a los gritos en el recinto de Diputados, una veintena de legisladores se aprestaba a darle otro golpe a la bancada que conduce Recalde. Muchos ni siquiera bajaron al recinto y otros, como los del Movimiento Evita, directamente anunciaron su alejamiento del bloque. Unos días antes, Pichetto en el Senado había ratificado su liderazgo y abortado las posibilidades de los ultra K que iban por el rechazo en la designación de los dos nuevos jueces para la Corte. Y fue más lejos, porque ya acordó con Massa y Bossio las modificaciones que se hicieron a la ley de pago a los jubilados y al blanqueo para que no sean modificados en el Senado. Esta diáspora contenida de la oposición es pan comido para Cambiemos que sólo busca que las iniciativas se aprueben en el Parlamento.El proceso de división del peronismo tiene otros actores, adentro y afuera, aunque los que están más allá de sus límites son pesados. Sergio Massa y José Manuela De la Sota deshojan la margarita. Conviven en ellos dos caras, traducidas en dos pensamientos. Esperar que la justicia haga los suyo y termine con los restos del kirchnerismo o acelerar los tiempos e ir por todo. Ofrecimientos no les faltan. "Nos condenaron a Siberia, cruzamos el desierto y ahora nos buscan para que los salvemos?", definió un dirigente massista con buena dosis de razón pero también de cinismo. Algo parecido calcula De la Sota desde su feudo cordobés, a la postre el único que hoy puede jactarse de haberle ganado a Cambiemos hace un par de domingos en Río Cuarto.Y los gobernadores, ¿qué harán? Con ellos poco y nada se puede contar. Cambió el gobierno pero la metodología se parece a la antigua. Todos viven una angustia financiera eterna, que los hace depender del gobierno central. Ahora, con el arreglo con los buitres, muchos optarán por tomar deuda y buscar algún alivio. La historia ya la conocemos y sabemos cómo terminó la película.En este río revuelto, Macri surfea la ola. Los índices económicos no dan señales de recuperación y los coletazos de los tarifazos se siguen sintiendo. Pero todas las miradas parecen enfocarse en los tribunales. Ha sido tan obsceno lo que pasó, que la sociedad no sale de su asombro y de reclamar que se haga justicia. Alguna vez, que se haga justicia.La lluvia de procesamientos e indagatorias no se detiene. Y parece no haber techo. Alguna vez se pensó que Báez sería el límite, después se lo corrió a De Vido y hoy se ha vuelto difuso. El viernes la justicia allanó dos propiedades del otrora poderoso Ministro de Planificación. Hasta la Sección Explosivos de la Federal se dedicó a golpetear las paredes del departamento buscando alguna bóveda. ¿Dónde quedó todo el poder que manejó durante 12 años? De Vido, igual que la ex presidenta maneja el mismo argumento de la persecución a todo lo que huela a kirchnerismo. En rigor, parece tener razón. Los jueces están desbocados. Lo que no hicieron en muchos años, pretenden hacerlo en pocos meses, apurados por la presión de la opinión pública. ¿Hubieran reaccionado sin los videos de la Rosadita y López revoleando los bolsos en un convento? Los jueces viven su propia grieta porque una conferencia de prensa conjunta de Casanello y Marijuán se vio frustrada porque les negaron el auditorio de Comodoro Py. No es mentira, es cierto, hasta ese punto ha llegado el culebrón.Julián Ercolini, uno de los jueces federales que durmió su buena siesta estos años, fue un poco más lejos y admitió que "es difícil investigar al poder de turno". Al menos tuvo la honestidad intelectual de reconocerlo. Hasta dónde llegará la ola nadie se atreve a vaticinarlo. Menos cuáles serán las consecuencias. Estamos en un barco cuyo destino desconocemos. La tormenta puede llevarnos a cualquier lado.
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