Los niños dicen presente
Muchas veces en la escuela se pasa lista para consignar quiénes acudieron a clases y los que están ausentes.Por monseñor Jorge Lozano*Opinión
No da igual estar que no; la ausencia puede ser pasajera por algún motivo ocasional o más prolongada por enfermedad o viaje. Hasta incluso se dan a veces ausencias permanentes.Uno de los Derechos del niño es el acceso a la educación.Por lo general, la ausencia prolongada en la escuela es causa o consecuencia de otros abandonos. También se ha dejado de lado el cuidado de la salud, de la vivienda digna.Quien no pudo "dar el presente" a una alimentación adecuada en los primeros años de vida, también tendrá ausente en la escuela, o se irá atrasando hasta abandonarla.De tanto estar ausente se quedó afuera. Cuando se acumulan una cierta cantidad de faltas, el alumno no puede seguir asistiendo a la escuela, pierde el año. Nunca entendí por qué en esta triste situación se dice "el alumno quedó libre". ¿Libre de qué? ¿Libre para qué? Al contrario; perdió libertad de estudiar. Y es muy probable que conozca la esclavitud de la droga o el alcohol.Estas situaciones de abandono también dejan afuera de posibilidades de trabajo digno. De poder formar una familia. De que sean respetados todos sus derechos.
Muchos son empujados a la calle no para jugar, sino para ver pasar el tiempo, sin nada para hacer, sin nada para esperar, sin nada para crecer.Decimos que los niños son la luz de la vida y es cierto. Ellos son el fiel reflejo de cómo una familia, una sociedad se mira a sí misma.Si en una casa o en una sociedad los niños estorban o molestan, nos habla de una casa vieja y sin amor. Egoísta, casi avara. Los "otros" son siempre mirados de modo utilitarista.Los niños se merecen lo mejor. No deberían tener un día del niño, ni un "año del niño". Ellos merecen que todo el tiempo y todos los recursos les pertenezcan.Debemos acercarlos a Jesús, enseñarles a rezar, mostrarles el amor. Nada ayuda tanto al desarrollo como los gestos de ternura y el respeto a sus derechos.Los adultos también debemos decir "presente" para protegerlos. No podemos faltar a nuestras obligaciones. No debemos "ratearnos". Pasemos lista a nuestras obligaciones.Entre los niños de hoy están los gobernantes, legisladores y jueces de las próximas décadas. Los docentes, profesionales, papás y mamás, trabajadores, dirigentes sindicales y sociales. Empresarios, empleados, religiosos y sacerdotes. Artistas y deportistas. ¿Cómo imaginamos nuestro futuro?"San Cayetano caminamos con fe pidiendo tu protección." Miles y miles en el Santuario de Liniers en Buenos Aires y en otros más de nuestro país han peregrinado pidiendo por paz, pan y trabajo. Unamos nuestra oración por esas mismas intenciones.* Obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social
No da igual estar que no; la ausencia puede ser pasajera por algún motivo ocasional o más prolongada por enfermedad o viaje. Hasta incluso se dan a veces ausencias permanentes.Uno de los Derechos del niño es el acceso a la educación.Por lo general, la ausencia prolongada en la escuela es causa o consecuencia de otros abandonos. También se ha dejado de lado el cuidado de la salud, de la vivienda digna.Quien no pudo "dar el presente" a una alimentación adecuada en los primeros años de vida, también tendrá ausente en la escuela, o se irá atrasando hasta abandonarla.De tanto estar ausente se quedó afuera. Cuando se acumulan una cierta cantidad de faltas, el alumno no puede seguir asistiendo a la escuela, pierde el año. Nunca entendí por qué en esta triste situación se dice "el alumno quedó libre". ¿Libre de qué? ¿Libre para qué? Al contrario; perdió libertad de estudiar. Y es muy probable que conozca la esclavitud de la droga o el alcohol.Estas situaciones de abandono también dejan afuera de posibilidades de trabajo digno. De poder formar una familia. De que sean respetados todos sus derechos.
Muchos son empujados a la calle no para jugar, sino para ver pasar el tiempo, sin nada para hacer, sin nada para esperar, sin nada para crecer.Decimos que los niños son la luz de la vida y es cierto. Ellos son el fiel reflejo de cómo una familia, una sociedad se mira a sí misma.Si en una casa o en una sociedad los niños estorban o molestan, nos habla de una casa vieja y sin amor. Egoísta, casi avara. Los "otros" son siempre mirados de modo utilitarista.Los niños se merecen lo mejor. No deberían tener un día del niño, ni un "año del niño". Ellos merecen que todo el tiempo y todos los recursos les pertenezcan.Debemos acercarlos a Jesús, enseñarles a rezar, mostrarles el amor. Nada ayuda tanto al desarrollo como los gestos de ternura y el respeto a sus derechos.Los adultos también debemos decir "presente" para protegerlos. No podemos faltar a nuestras obligaciones. No debemos "ratearnos". Pasemos lista a nuestras obligaciones.Entre los niños de hoy están los gobernantes, legisladores y jueces de las próximas décadas. Los docentes, profesionales, papás y mamás, trabajadores, dirigentes sindicales y sociales. Empresarios, empleados, religiosos y sacerdotes. Artistas y deportistas. ¿Cómo imaginamos nuestro futuro?"San Cayetano caminamos con fe pidiendo tu protección." Miles y miles en el Santuario de Liniers en Buenos Aires y en otros más de nuestro país han peregrinado pidiendo por paz, pan y trabajo. Unamos nuestra oración por esas mismas intenciones.* Obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social
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