Los riesgos de beber a edad temprana
Varios relevamientos indican que el hábito de beber se inicia desde los 13 años. Poco se sabe que algunas consecuencias de esta práctica pueden ser irreversibles para el organismo.La edad de inicio de consumo de alcohol bajó hasta llegar a los 13 años, según datos de la Secretaría de Programación para la Prevención y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar).Ya no sólo los jóvenes participan de las 'previas', sino que también los adolescentes que recién empezaron la secundaria se suman a estos espacios. Para ellos, la diversión y la bebida van de la mano.Sin embargo, la precocidad en el consumo entraña graves problemas de salud para los adolescentes, según los especialistas. Al respecto, el efecto más común, y menos visible, es sobre el hígado."Los menores de 16 años tienen el órgano inmaduro, por lo que metabolizan más lentamente el alcohol, llevando esta situación a una intoxicación alcohólica mayor en comparación con el adulto".Eso explicó Valeria Brumatti, coordinadora de Pediatría del Swiss Medical Center, en diálogo con Infobae América. "El hígado, a su vez, se ve afectado, pudiendo provocar desde un aumento de las enzimas hepáticas (hepatitis) hasta cirrosis hepática", afirmó.La enzima responsable de la metabolización del alcohol -la aldehído deshidrogenasa hepática- empieza a funcionar entre los 14 y los 16 años, inducida por las hormonas sexuales de la pubertad, destacó por su parte Graciela Morales, doctora del Grupo de Trabajo sobre Adicciones de la Sociedad Argentina de Pediatría.La "madurez hepática" recién se alcanza entre los 18 y los 20 años. "El alcohol pasa así más rápidamente al sistema nervioso central, provocando la sintomatología clásica que comienza con una fase de excitación, sigue con la de embriaguez y finaliza con el coma. Los adolescentes llegan en menos tiempo a la intoxicación alcohólica aguda y con menor cantidad de bebida", señaló la experta.Hay otros problemas asociados al consumo precoz de alcohol. "Es causa de diversos tipos de lesiones, trastornos mentales y de la conducta, problemas gastrointestinales, cáncer, enfermedades cardiovasculares o trastornos inmunológicos", afirmó Blumetti.Morales explicó además que "el alcohol produce hipoglucemia (disminución de azúcar en sangre), que también daña el funcionamiento cerebral".El efecto de embriaguez no solo es más rápido entre los adolescentes, sino que la eliminación también es más lenta. "Un adulto de 70 kg requiere de dos horas para eliminar de su organismo el alcohol de dos copas de vino. Los adolescentes tardan más", sostuvo Blumetti."Los adolescentes beben grandes cantidades y es habitual que lo alternen con las llamadas bebidas energéticas, que retardan la aparición de los síntomas de la borrachera pero no la neutralizan", afirmó Morales.En su opinión, lo mejor es que los jóvenes no ingieran alcohol hasta después de los 20 años, "por la madurez enzimática y porque los jóvenes alcanzan ya una cierta madurez psicoemocional que les permite medirse por sí mismos".Hugo Miguez, psicólogo experto en adicciones, cree que la cultura en la que vivimos está basada en la necesidad de los adolescentes de consumir alcohol como forma de anestesia.El investigador del Conicet, en diálogo con este diario meses atrás, explicó que lo que rige el consumo excesivo de alcohol es la búsqueda toxicológica, a modo de droga. "No se está apeteciendo la bebida por el gusto o el disfrute, sino simplemente por el efecto farmacológico que tiene sobre la conducta", dijo.
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