Los tesoros que guardan panteones y tumbas
El lugar donde sepulta a sus muertos ha tenido siempre para el hombre altísimo componente simbólico. Y el Cementerio Norte, creado en 1877, no es la excepción. Se podría decir que el camposanto refleja el alma de una sociedad. Las tumbas guardan los secretos de épocas pretéritas, son claves de acceso al universo espiritual de personas y familias.Bajo este concepto se inscriben las "Visitas culturales al Cementerio Norte", un programa municipal que propone adentrarse en el pasado histórico a través de las marcas inconfundibles dejadas en tumbas y panteones.De esta manera la necrópolis local ha pasado a ser parte del circuito cultural de la ciudad. La iniciativa se gestó en 2008 por un acuerdo entre el municipio y el Instituto 'Sedes Sapientiae', a través de su Departamento de Historia.Desde entonces, se comenzó una tarea de investigación historiográfica para que el Cementerio Norte comunique toda su historia. Días pasados, tras estos años de recopilación y sistematización de datos, se habilitó el recorrido formal con fines culturales.La comunidad en general, las escuelas y los turistas tienen de esta manera la chance de aprovechar visitas guiadas a la necrópolis local. Para una mejor organización se armaron cinco circuitos: político, histórico-social, cultural, mujeres de Gualeguaychú y circuito general.Fundado en el último tramo del siglo XIX, el Cementerio Norte alberga en su interior, a través de sus tumbas, mausoleos y panteones, nombres y apellidos que explican la evolución de la sociedad nativa, desde sus orígenes hasta el presente.Vale recordar que habitan el enclave nombres ilustres de la historia local: Irazusta, García Sobral, los gobernadores Basavilbaso y Maya, Osvaldo Magnasco, Claudio Martínez Paiva, Camila Nievas, Mateo García de Zúñiga, José S. Álvarez "Fray Mocho", Francisco Seguí y los sacerdotes José María Colombo y Juan Carlos Borques, entre otros.Las visitas guiadas no sólo están pensadas para brindar información. A la función de emisión se le añade la de recepción. En efecto, la historia del Cementerio sigue abierta. Quien quiera aportar datos nuevos sobre personajes y familias, para acrecentar el acerbo de la necrópolis, puede hacerlo.Nuestro cementerio tuvo en realidad tres asentamientos. Tras la fundación de la ciudad, el primero de ellos estuvo pegado a la capilla frente a la plaza principal. Entonces la Iglesia Católica tenía injerencia sobre el campo santo, toda vez que tenía a su cargo los entierros y anotaciones de difuntos.Como estaba enclavado en pleno centro, y ante al avance urbanístico de la ciudad, se propuso el traslado de la necrópolis, allá por 1853, al lugar denominado La Loma, sitio donde se encuentra en la actualidad el Hospital Centenario.Pasaron 20 años y se vio la necesidad de producir otro traslado. Fue así que se decide el cambio al sitio que se conocía con el nombre de Cuchilla de Borro, donde está el actual cementerio municipal.El Cementerio Norte tiene una fachada neoclásica de fines del siglo XIX, con elemento italianizante dominante. Se trata de un conjunto que integra el patrimonio histórico, arquitectónico y urbanístico de la ciudad.El enclave es ahora parte del circuito cultural de Gualeguaychú. Recorrerlo puede deparar una conexión mágica con la historia de la sociedad nativa. Un modo de acceso al pasado lugareño, que se suma a las otras ofertas disponibles con ese propósito.Por otra parte, la ciudad despierta la curiosidad de los turistas. En este sentido, el cementerio ofrece una oportunidad para los foráneos interesados en conocer la historia lugareña.
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