Luces y sombras detrás de los votos

Las elecciones legislativas golpearon al gobierno nacional y fortalecieron al gobernador Urribarri. Suena a contradicción, pero no lo es. Mientras tanto, la ley de medios embarulló el escenario político en una semana agitada. Mario Alarcón MuñizNo motivaron sorpresas las elecciones de renovación parlamentaria del domingo pasado. En general los resultados rondaron en torno de lo previsto, porque así lo habían indicado las primarias. Pocos puntos en más o en menos, según los casos, diferenciaron a un comicio del otro. En general nada cambió.Esto significa que el kirchnerismo experimentó un duro revés en los distritos más poblados (Buenos Aires, Capital Federal, Santa Fe, Córdoba, Mendoza), además de otros de menor caudal electoral (Santa Cruz, Chubut, Corrientes, San Luis, Jujuy, Salta, Neuquén), pero revalidó posiciones provinciales (Río Negro, Formosa, Chaco, Entre Ríos, San Juan, Tucumán, Santiago del Estero, Misiones, La Rioja, Catamarca, La Pampa, Tierra del Fuego). En trazos gruesos ese es el mapa político de la Argentina.Perdió el oficialismo algunas bancas, en términos de representación parlamentaria. No obstante, aún dispone de quórum propio en ambas cámaras. De igual manera la suma de votos obtenidos en todo el país le acuerda también al FpV el mayor número, por ser la única fuerza identificada bajo una misma denominación nacional. Las demás se dispersan. ¿Hacia nuevos rumbos? Planteadas así las cosas, el panorama no da margen a pronósticos de mayores cambios. No se descarta, sin embargo, que se produzcan cruces de vereda, alentados por la aparición de la nueva figura de Sergio Massa (opositor y peronista al mismo tiempo) y previendo el ocaso del gobierno.Ningún proceso político en la Argentina contemporánea ha pasado de una década, salvo el actual. Perón estuvo nueve años y tres meses, claro que interrumpido su mandato por un golpe militar para volver dieciocho años después por nueve meses hasta su muerte. Menem se mantuvo durante diez años y medio. El kirchnerismo completará doce años y siete meses al finalizar el actual período en 2015.A partir de esos datos y del reciente resultado electoral, cabe suponer que el ciclo presente está llegando a su fin, al menos en los términos planteados durante la década. Su continuidad exigirá una renovación importante de estrategias y protagonistas en los dos años que restan. De ahí la posibilidad de que algunos dirigentes opten por cambiar de aire. No es un vaticinio. Pero puede suceder.El gobierno dispone de instrumentos para corregir el rumbo. Acaba de sugerirlo nada menos que el senador Pichetto, jefe del bloque K, amplio vencedor en Río Negro, su provincia, sugiriendo "construir diálogos para avanzar en los temas de mayor urgencia", propuesta impensable antes de las elecciones. Algo parecido termina de plantear el gobernador Scioli para la política bonaerense. Por decisión de Urribarri En Entre Ríos el clima oficialista es distinto. Urribarri recibió un fuerte respaldo, consiguiendo su objetivo de anotarse en el andarivel de sucesores de CFK y colocar en el Congreso a los candidatos que él mismo eligió en su momento.No es poco. En sus filas no tuvo cuestionamientos, salvo el que formulara en agosto pasado el ex senador Taleb al retirarse porque "no me gusta que me elijan los candidatos a dedo", dijo.Sucede que en estos seis años de gobierno, Urribarri ha demostrado con suficiencia por qué era el mejor alumno de Jorge Busti. Si tiene el poder lo ejerce sin vueltas, sobre todo cuando se trata de incorporar a sus fuerzas dirigentes de segunda línea. Son los que tienen contacto más directo con los votantes y no incomodan en la búsqueda de espacios superiores.Es más realista que el gobierno K. No sólo conversa con los industriales, sino también con la Federación Agraria Argentina. Hace un par de meses atendió la situación de pequeños productores apremiados por la oficina recaudadora ATER. También escuchó las críticas por la concesión del Delta y derogó su propia ley, retiró el proyecto de nacionalización de la UADER, canceló el plan termal de Paraná y anunció que "no habrá fracking", todo por los severos cuestionamientos de la gente.Son puntos a favor, así como pueden ser puntos en contra los constantes anuncios, tan gratos al gobernador, muchos de los cuales quedan en el aire (puertos, acueductos, rutas, energía, trenes, puente a Santa Fe, reforma tributaria).Sumó para Urribarri el mantenimiento de la estructura del PJ. No perdió la brújula y entendió que la organización partidaria hasta en el último rincón territorial produce buenos resultados.No se duda que también favoreció al oficialismo la debilidad de la oposición. Las consignas abundan, pero no hay planteos ni estudios, propuestas y difusión de inquietantes problemas provinciales (endeudamiento, retroceso educativo, caída de la industria frigorífica, declinación de las producciones de citrus y arroz, problemas de la industria avícola, avance del narcotráfico, licitaciones dudosas, costosa propaganda oficial). Ley de medios La convalidación de la ley de medios por parte de la Corte Suprema de Justicia, desplazó a partir del martes el asunto electoral, para dar paso a un debate que nos va a llevar largo tiempo.Puntos básicos para ampliar oportunamente: a) esta ley es necesaria porque son inadmisibles los monopolios, pero todos los monopolios, no uno solo que es "enemigo"; b) armar una ley y un debate de cuatro años sólo en torno de la propiedad de los medios, es insuficiente si no se abordan otros temas, como la libertad de expresión y la cultura en los medios; c) la supervisión debe estar a cargo de un organismo técnico e imparcial; d) de poco sirve una ley que no contempla los instrumentos más modernos de la comunicación; e) todo fallo de la Corte debe ser respetado.El tema da para más. Volveremos.
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