Maíz: apuesta a los altos rendimientos
Las buenas condiciones climáticas, los precios internaciones históricos y la apertura del mercado exportador, son factores determinantes para esperanzarse en un rendimiento elevado y en una buena cosecha de maíz."Las expectativas de rendimiento son buenas, ya que el clima y las lluvias acompañaron muy bien en el período crítico, es decir, unos 15 días anteriores y posteriores a la floración", confirmó el director técnico del Semillero de Coopar, Rogelio Riccardo.En diálogo con AIMCampo, Riccardo se refirió a la época de siembra del cereal y señaló que "se realizó en la estación normal, durante el mes de septiembre".Consultado si se logró implantar lo previsto, el ingeniero Agrónomo hizo alusión a la superficie, y admitió que se registró una disminución de entre un 20 a un 30 % menos que en la campaña anterior, en la zona de influencia de la Cooperativa Agrícola, Ganadera y de Servicios Públicos Aranguren Limitada (Coopar). Sin embargo, aclaró que "lo que si se nota es un aumento de superficie en las siembras tardías o de segunda, sobre rastrojos de trigos, cebada o arveja".Además, Riccardo afirmó que si no ocurre algún fenómeno climatológico de vientos muy fuertes o caída de granizo, "el cultivo de maíz se desarrollará con total normalidad y arribaremos a buen término a la época de cosecha".Para el director técnico del semillero, "se prevé una buena cosecha, con rindes de buenos a muy buenos, lo que compensará con rindes la merma en la superficie sembrada". Buenos consejos- ¿Cuáles son los consejos para los productores, para lograr la mejor cosecha de maíz?- En primera instancia, lo principal es elegir bien el lote, lograr un buen control de malezas, realizar un análisis de suelo para fertilizar con las dosis recomendadas de acuerdo al rinde estimado. Más adelante, es importante controlar la sembradora para esparcir la densidad recomendada, con humedad en la cama de siembra para lograr un nacimiento parejo y bien distribuido. Si se logra el buen nacimiento del cultivo, ya tenemos un 50 por ciento de éxito. El resto lo hace una buena provisión de nutrientes y que las lluvias acompañen en los períodos críticos.En el manejo de la fertilización, los principales nutrientes que requiere este cultivo son nitrógeno, fósforo, azufre y zinc. El aporte de este último, con un costo muy bajo, mejora la eficiencia de absorción de nitrógeno.Cuál es el escenarioEl escenario para el maíz de este campaña cambió, y mucho. La sequía en Estados Unidos, que afectó a importantes extensiones maiceras y también se sintió en algunas regiones europeas, llevó para arriba el precio de mercado.La tecnología desarrollada y aplicada al cultivo de este cereal permitió alcanzar, a pesar de la sequía sufrida la campaña 2011/12, el record histórico de 16,4 millones de toneladas exportadas. Para 2012/13, el informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó una siembra de maíz para grano de 3,4 millones de hectáreas, aunque también existen otras fuentes más optimistas.Esta superficie, con un rinde promedio de 8.000 kilos, significaría una producción de 27 millones de toneladas, volumen que permitirá abastecer holgadamente al mercado interno y seguir conquistando mercados de exportación.La campaña 12/13 comenzó con bastante pesimismo por la descapitalización de los productores a causa de la sequía, así como las estimaciones que indicaban una cosecha record en Estados Unidos. Sin embargo, la sequía en ese país y el otorgamiento de permisos de exportación por 15 millones de toneladas mejoraron en un 8 por ciento la intención de siembra. La seca en el hemisferio norte condujo a un mejoramiento en los precios y por primera vez en muchos años, la relación de precios soja/maíz favorece al maíz.Exigidos por un clima cambiante y gracias al avance de la investigación genética, en los últimos años fue creciendo la modalidad de siembra tardía, a veces mal llamada siembra de segunda.Para ello fue fundamental el desarrollo de maíces transgénicos con protección a insectos barrenadores, que años atrás deprimían mucho los rendimientos. Este desfasaje de 30 a 45 días de la fecha de siembra tradicional era impensado para el productor maicero hace 10 años, pero hoy es una realidad que permite escapar al período de restricciones hídricas y altas temperaturas de diciembre/enero, obteniendo resultados satisfactorios de productividad y una mayor estabilidad de rendimiento.Nuestro país dispone de modernas herramientas para generar riqueza a partir del incremento de la producción de este cereal y su transformación en múltiples productos de uso cotidiano como almidones, fructosas, harinas y proteínas animales de alto valor como carnes aviar, porcina y vacuna, además de huevos y productos lácteos, etanol y biogás, entre otros productos, cuya demanda mundial crece exponencialmente.Las industrias transformadoras del maíz y del sorgo progresan aceleradamente y precisan que el área de siembra crezca al ritmo de su expansión, para acceder a la materia prima en forma fluida y con un menor costo de flete.El mundo brinda a la Argentina una gran oportunidad para desarrollar en la cadena de valor del maíz y del sorgo, y como consecuencia de ello, generar empleo e ingresos más altos para las poblaciones de las distintas regiones de nuestro país, atenuando así las migraciones hacia los centros urbanos.El potencial de crecimiento de la cadena no tiene límites. Sin embargo, el logro de los objetivos requiere la dedicación y participación de todos los sectores involucrados, privados y públicos, para alcanzar los acuerdos que garanticen un futuro próspero y sostenido para nuestra sociedad.
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