Malestar de los afiliados de algunas obras sociales
Un estado de inquietud e impotencia se verifica en aquellas personas en la provincia que ven cortada la cobertura médica que en teoría debería garantizarles su obra social.La crisis golpea sobre todo a la obra social de la provincia de Entre Ríos (IOSPER), que atiende a 260 mil entrerrianos, a la Obra Social para la Actividad Docente (OSPLAD), que reúne alrededor de 20 mil afiliados, y la Obra Social de Docentes Privados (OSDOP).Esas entidades no cumplen con los pagos a clínicas y profesionales médicos, que de esta manera proceden a interrumpir total o parcialmente las prestaciones.Los afiliados, pese a que se les descuenta de su haber un aporte para sostener a las obras sociales, se ven obligados de esta manera a pagar de su bolsillo la prestación negada, generando así una situación de lógico malestar entre ellos.Por tanto, toda la atención de la salud peligra llevando zozobra a las familias involucradas. Los cortes de los servicios pueden involucrar desde la atención médica general, pasando por bioquímicos, farmacias, odontología, y demás especialidades médicas, y en algunos casos hasta todo lo relacionado con una internación.Las obras sociales se atajan argumentando que el Estado y algunas entidades privadas, que son los agentes de retención de los aportes de los trabajadores y jubilados, no giran esos fondos o mantienen deudas crónicas con ellas.Los médicos, por su lado, argumentan que los aranceles pactados en su momento con las obras sociales, se van desactualizando por la inflación de costos, al tiempo que se quejan de las demoras en los pagos por los servicios prestados.Estos días han sido testigo del forcejeo entre el IOSPER y la Federación Médica de Entre Ríos (FEMER), en torno a la actualización de los aranceles médicos. Dicha disputa incluyó la amenaza de corte del servicio por parte de la FEMER y la réplica del IOSPER de suspender el convenio con esa entidad, y crear un nuevo sistema que involucre un contrato individual con los médicos, aunque últimamente se habla de acordar con los círculos médicos de cada ciudad.A todo esto la FEMER rechaza de plano cualquiera de esas posibilidades, argumentando que sólo ella puede ser gerenciadora del sistema prestacional. Cabe consignar que el sistema involucra un presupuesto de 100 millones de pesos al año, destinado a pagar la cobertura médica.Con respecto a OSPLAD, los servicios están cortados desde hace meses, salvo internaciones. En Gualeguaychú hay 1.200 docentes y no docentes, entre activos y pasivos, que realizan aportes mensuales (el tres por ciento de sus salarios) a OSPLAD, que hoy están preocupados por la situación.Han hecho reuniones y planean presentar un amparo ante la justicia. Según explicaron los afiliados, la crisis de la obra social recuerda aquel dicho popular según el cual "Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires".Y esto, a raíz de que el aporte de todos los afiliados a esta obra social nacional se gira a la sede central en Buenos Aires, y ésta privilegia los pagos en ese distrito discriminando al interior, en este caso Entre Ríos, a donde no envía fondos.De ahí que si los afiliados quieren una cobertura completa deben viajar a Buenos Aires y atenderse en la clínica que tiene OSPLAD allí. El esquema centralista, de todos modos, no estallaría si la obra social no sufriese la falta de recursos, asociada a deudas del Estado y de colegios privados.La crisis financiera de las obras sociales podría estar por un lado denunciando una mala administración de los dineros, pero a la vez ser un síntoma de agotamiento del ciclo económico.
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