EDUCACIÓN
Más de 200 docentes se capacitaron en el abordaje de ESI, situaciones complejas y consumos en las escuelas

Fue el pasado miércoles en la secundaria N°8 “María América Barbosa”. La docente Silvia Dri, coordinadora provincial de Educación Sexual Integral remarcó la importancia de la formación permanente y el trabajo articulado con otras instituciones de la comunidad. Se entregó material de trabajo.
El Consejo General de Educación (CGE) tiene dentro de sus áreas internas la Coordinación Provincial de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI). Esta política pública está destinada a todos los niveles y modalidades del sistema educativo de Entre Ríos.
Silvia Dri es la docente que está a cargo, desde marzo de este año, de esta coordinación. Junto a otras responsables del CGE, el miércoles pasado llegó a Gualeguaychú para ser parte de la capacitación en la Escuela Secundaria N°8 “María América Barbosa”, de la que participaron más de 200 docentes y directivas.
En diálogo con Ahora ElDía, Dri contó que durante los años en que se viene trabajando en la ESI en Entre Ríos “se fue planteando la necesidad de formar a los equipos docentes, de generar espacios de participación genuina para poder atender las demandas y los emergentes que van apareciendo. No sólo de la vida escolar, sino también en la vida cotidiana en general”.
El propio trabajo desde la ESI fue generando para el interior de las instituciones educativas distintos emergentes, que fueron tomados como contenido para el trabajo en el aula. “Uno de ellos fue, por ejemplo, el acoso escolar o bullying. Antes era invisibilizado, muchas veces, y ahora es un contenido a trabajar, no sólo con las comunidades educativas, sino también con la otra gran institución, la familia. Incluso, la escuela trabaja con otros sectores de la comunidad, como el Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), con Salud, Justicia y Seguridad. Aquí está el enfoque de la ESI, justamente en la integralidad”, remarcó la coordinadora provincial.
A partir de estos emergentes sociales, como el bullying, claro, pero también los abusos y el consumo de sustancias, desde el CGE se fueron generando diferentes programas. Así nacieron el Programa de Consumos Problemáticos en el Ámbito Educativo y el de Abordajes de Situaciones Educativas Complejas (Pasec). Es último se ocupa de las situaciones de violencia, de las vinculadas al suicidio, abusos sexuales, salud mental y de las conductas disruptivas.
“Estos programas son fundamentales y tienen un referente en cada departamento de la provincia. Desde los mismos se realiza el seguimiento del estudiante para que este no abandone la trayectoria educativa y se atiende la situación en particular. El Pasec se fortaleció mucho en el 2020 por la pandemia y mucho más en el 2021, cuando empezaron a emerger las consecuencias de esa pandemia. Así fueron apareciendo otros emergentes sociales, como el consumo problemático y la salud mental”, detalló Dri. Quien explicó que en la actualidad “las situaciones complejas surgen más que antes porque se han generado espacios de escucha en las escuelas, y eso lo trajo la ESI”.
“Un desafío importante es poder construir criterios comunes en cuanto a la comprensión de la realidad y poder seguir construyendo propuestas con objetivos claros y precisos. Es fundamental seguir trabajando con otros sectores de la sociedad, que tengan que ver, fundamentalmente, con la protección de niños, niñas y adolescentes, con la salud y la justicia”, apuntó.
En este sentido, la coordinadora de ESI trajo la experiencia del proceso que finalizó con la aprobación del Protocolo de Actuación en Casos de Abuso Sexual en Niñeces y Adolescencias en la provincia de Entre Ríos, que a partir del 2018 es ley. “En la elaboración de ese protocolo Educación tuvo una injerencia importantísima, ya desde el 2018, cuando se generó la mesa de fortalecimiento familiar. Entre Ríos fue pionera en el país con la elaboración de este protocolo”, recordó.
“A partir de esto, hoy contamos con una herramienta que es el informe de sospecha, que, en las escuelas, en salud, en un club o en cualquier lugar donde personas adultas trabajen con menores, son vitales para intervenir en situaciones en las que antes no se sabía cómo intervenir. Esto sirve para informar a la Justicia a cerca de lo que está pasando con el menor”, explicó.