Medidas como ésta ¿se volverán a ver?
En este último tiempo se ha escuchado una vez más la noticia de la construcción del nuevo hospital que alimenta otra vez la expectativa de una ciudad necesitada de un hospital en mejores condiciones; los vecinos hemos perdido la cuenta de la cantidad de veces que se lanzado esta noticia por los distintos gobiernos, que juegan con un tema tan importante como lo es el de la salud.
Por Lucio Benítez*
OpiniónEn nuestra ciudad cuando algún sector social necesita atención medica recurre en primer término al nosocomio público, quien con sus deficiencias más que notorias atiende a un enorme número de público en forma diaria; así y todo el mismo funciona.A su vez tenemos el caso de las obras sociales, las cuales es su gran mayoría, ven más el negocio con la medicina que la prestación de un servicio que funcione correctamente, ni que hablar de IOSPER, obra social con mayor número de afiliados en la provincia y que es un milagro que funcione.Por otro lado nos encontramos en Gualeguaychú con algunas empresas de salud privadas, los cuales por sus costos atienden a una franja social que puede acceder a esa prestación, quedando la gran mayoría de la sociedad presa de la salud pública que brinda el estado; función esencial e intransferible que debe prestar el mismo a sus ciudadanos, carente de un edificio acorde, de salarios justos, de medicamentos escasos y caros para los magros bolsillos de los ciudadanos.Y es una realidad que el hospital público se ha transformado en un refugio de los desposeídos y la clase media empobrecida, por un gobierno que privilegia la atención de los grandes grupos económicos. Como jóvenes que militamos en un partido que ha sido defensor de la salud pública para todos, y con ejemplos de gobiernos que han pensado una política de salud, queremos hacer referencia a un ejemplo de esto como lo fue en la presidencia de nuestro querido Arturo Humberto Illia, donde el parlamento consideró el proyecto de Ley de Medicamentos que señalaba el carácter de bienes sociales al servicio de la salud pública de los medicamentos.En su articulado se facultaba al Poder Ejecutivo para la regulación de los precios ya que, por estar la venta de medicamentos condicionada por las necesidades de la población, su proceso económico escapaba a la ley de la oferta y la demanda, de la libre competencia y de la libertad contractual. A pesar de las presiones internacionales la ley fue aprobada.La Ley 16.462, también llamada Ley Oñativia en homenaje al Ministro de Salud Arturo Oñativia, fue aprobada por todos los bloques, excepto UDELPA y la Federación de Partidos del Centro, y sancionada el 28 de agosto de 1964. Establecía una política de precios y de control de medicamentos, congelando los precios a los vigentes a fines de 1963, fijando límites para los gastos de propaganda, imponiendo límites a la posibilidad de realizar pagos al exterior en concepto de regalías y de compra de insumos.La reglamentación de la Ley mediante el Decreto 3042/65 fijaba además la obligación para las empresas de presentar mediante declaración jurada un análisis de costos y a formalizar todos los contratos de regalías existentes.Esta ley surge, a partir de un estudio realizado por una comisión creada por el Presidente Illia sobre 300.000 muestras de medicamentos. Muchos de estos medicamentos no eran fabricados con la fórmula declarada por el laboratorio y su precio excedía en un 1000 % al costo de producción.Partidarios, opositores y observadores imparciales coincidieron en que esta política tuvo un peso decisivo en el proceso político que culminara con el derrocamiento del presidente a manos de un golpe militar, sindical, y eclesiástico, sectores que en algún momento deberán pedir perdón por aquel acto irresponsable sobre el presidente de la nación.Un gobierno democrático, popular, elegido por el pueblo, pero que con el porcentaje de votos que obtuvo, (22%) tuvo el coraje cívico para tomar semejante medida. Que lástima que hoy no tengan el coraje de hacer lo mismo. Vaya a saber por qué. Queda claro que a la luz de la realidad el pueblo en su inmensa mayoría está desprotegido de un derecho humano elemental como es el de la salud.* integrante de la Juventud Radical
Por Lucio Benítez*
OpiniónEn nuestra ciudad cuando algún sector social necesita atención medica recurre en primer término al nosocomio público, quien con sus deficiencias más que notorias atiende a un enorme número de público en forma diaria; así y todo el mismo funciona.A su vez tenemos el caso de las obras sociales, las cuales es su gran mayoría, ven más el negocio con la medicina que la prestación de un servicio que funcione correctamente, ni que hablar de IOSPER, obra social con mayor número de afiliados en la provincia y que es un milagro que funcione.Por otro lado nos encontramos en Gualeguaychú con algunas empresas de salud privadas, los cuales por sus costos atienden a una franja social que puede acceder a esa prestación, quedando la gran mayoría de la sociedad presa de la salud pública que brinda el estado; función esencial e intransferible que debe prestar el mismo a sus ciudadanos, carente de un edificio acorde, de salarios justos, de medicamentos escasos y caros para los magros bolsillos de los ciudadanos.Y es una realidad que el hospital público se ha transformado en un refugio de los desposeídos y la clase media empobrecida, por un gobierno que privilegia la atención de los grandes grupos económicos. Como jóvenes que militamos en un partido que ha sido defensor de la salud pública para todos, y con ejemplos de gobiernos que han pensado una política de salud, queremos hacer referencia a un ejemplo de esto como lo fue en la presidencia de nuestro querido Arturo Humberto Illia, donde el parlamento consideró el proyecto de Ley de Medicamentos que señalaba el carácter de bienes sociales al servicio de la salud pública de los medicamentos.En su articulado se facultaba al Poder Ejecutivo para la regulación de los precios ya que, por estar la venta de medicamentos condicionada por las necesidades de la población, su proceso económico escapaba a la ley de la oferta y la demanda, de la libre competencia y de la libertad contractual. A pesar de las presiones internacionales la ley fue aprobada.La Ley 16.462, también llamada Ley Oñativia en homenaje al Ministro de Salud Arturo Oñativia, fue aprobada por todos los bloques, excepto UDELPA y la Federación de Partidos del Centro, y sancionada el 28 de agosto de 1964. Establecía una política de precios y de control de medicamentos, congelando los precios a los vigentes a fines de 1963, fijando límites para los gastos de propaganda, imponiendo límites a la posibilidad de realizar pagos al exterior en concepto de regalías y de compra de insumos.La reglamentación de la Ley mediante el Decreto 3042/65 fijaba además la obligación para las empresas de presentar mediante declaración jurada un análisis de costos y a formalizar todos los contratos de regalías existentes.Esta ley surge, a partir de un estudio realizado por una comisión creada por el Presidente Illia sobre 300.000 muestras de medicamentos. Muchos de estos medicamentos no eran fabricados con la fórmula declarada por el laboratorio y su precio excedía en un 1000 % al costo de producción.Partidarios, opositores y observadores imparciales coincidieron en que esta política tuvo un peso decisivo en el proceso político que culminara con el derrocamiento del presidente a manos de un golpe militar, sindical, y eclesiástico, sectores que en algún momento deberán pedir perdón por aquel acto irresponsable sobre el presidente de la nación.Un gobierno democrático, popular, elegido por el pueblo, pero que con el porcentaje de votos que obtuvo, (22%) tuvo el coraje cívico para tomar semejante medida. Que lástima que hoy no tengan el coraje de hacer lo mismo. Vaya a saber por qué. Queda claro que a la luz de la realidad el pueblo en su inmensa mayoría está desprotegido de un derecho humano elemental como es el de la salud.* integrante de la Juventud Radical
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