Medidas que los funcionarios deben recordar
Una vez más los jóvenes radicales nos vemos en la obligación de recordar otra de las tantas medidas populares que tomó nuestro gran presidente Arturo Humberto Illia.
Por Lucio Benítez*
OpiniónParece raro y hasta incomprensible, después de 26 años de democracia, tener que decir que por estas épocas lejos estamos de ver y escuchar algo parecido; al contrario hoy en día nos encontramos con gobiernos que se dicen populares y que su columna vertebral serían los trabajadores, situación rara y llamativa, ya que estos son siempre la variable del reajuste, utilizando medidas económicas que lo único que consiguen es disminuir la calidad de vida de ese sector.Cómo nos explica este gobierno que en la Política Salarial de hoy en día los trabajadores tengan la menor participación en el Producto Bruto Interno, en relación a los salarios. Cómo nos explican la caída, casi escandalosa, del poder adquisitivo del salario después de 5 años de crecimiento constante y equilibrado -según índices oficiales-. Y, como frutilla de la torta, qué nos dirán sobre los incrementos salariales "en negro" que paga el estado por intermedio de distintas figuras, tanto a nivel provincial como a nivel municipal; formas de pago que al no estar dentro del sueldo o como se dice vulgarmente "en blanco", van en desmedro del trabajador ya que no suman a su sistema provisional, y que a la vez precarizan la situación laboral.Aquí es donde recordamos a Don Arturo, que con aquel gobierno que obtuvo el 22% de los votos llevó al congreso una ley ejemplar y al día de hoy, todos los trabajadores registrados, gozan del beneficio de la ley del salario mínimo, vital y móvil. El 15 de junio de 1964 se publicó en el Boletín Oficial la Ley N° 16.459, previa a la constitución del Consejo del Salario, integrado por representantes del Gobierno, los empresarios y los sindicatos.Entre los objetivos del proyecto figuraba la necesidad de "evitar la explotación de los trabajadores en aquellos sectores en los cuales puede existir un exceso de mano de obra", "asegurar un ingreso mínimo adecuado" y "mejorar los salarios de los trabajadores más pobres".Con los mismos objetivos, se promovió la Ley de Abastecimiento, destinada a controlar los precios de la canasta familiar y la fijación de montos mínimos de jubilaciones y pensiones.Estas leyes llevaron a una mejor distribución del ingreso, se obtuvo una manifiesta mayor equidad en la distribución del ingreso en beneficio de la población de menores recursos. Este efecto se produjo, fundamentalmente, sin interferir en el crecimiento de la riqueza general. Los salarios reales aumentaron por dos causas, que actuaron en la misma dirección: el crecimiento del Producto Bruto Interno y la proporción en que participaron los asalariados.Indudablemente estas medidas no alcanzaron para aquellos sectores que ya estaban pensando en un Golpe de Estado contra un gobierno democrático como el de Illia. Que fue bien recibido en los sectores financieros liberales, optimismo que se reflejó en la Bolsa donde algunos papeles subieron hasta 70 puntos. Las entidades empresarias ACIEL, UIA, CGE y la Sociedad Rural manifestaron su entusiasmo y sus representantes asistieron al acto de asunción de Onganía.Los partidos políticos, con algunos matices, y a excepción del radicalismo y la izquierda tradicional, aceptaron la nueva situación como algo lógico y razonable.Desde nuestro lugar de jóvenes y sabiendo que nuestra generación es la próxima responsable de la conducción del país, rendimos homenaje y recordamos a aquellos honorables políticos que pensaban en una Argentina grande para todos.* integrante de la Juventud Radical
Por Lucio Benítez*
OpiniónParece raro y hasta incomprensible, después de 26 años de democracia, tener que decir que por estas épocas lejos estamos de ver y escuchar algo parecido; al contrario hoy en día nos encontramos con gobiernos que se dicen populares y que su columna vertebral serían los trabajadores, situación rara y llamativa, ya que estos son siempre la variable del reajuste, utilizando medidas económicas que lo único que consiguen es disminuir la calidad de vida de ese sector.Cómo nos explica este gobierno que en la Política Salarial de hoy en día los trabajadores tengan la menor participación en el Producto Bruto Interno, en relación a los salarios. Cómo nos explican la caída, casi escandalosa, del poder adquisitivo del salario después de 5 años de crecimiento constante y equilibrado -según índices oficiales-. Y, como frutilla de la torta, qué nos dirán sobre los incrementos salariales "en negro" que paga el estado por intermedio de distintas figuras, tanto a nivel provincial como a nivel municipal; formas de pago que al no estar dentro del sueldo o como se dice vulgarmente "en blanco", van en desmedro del trabajador ya que no suman a su sistema provisional, y que a la vez precarizan la situación laboral.Aquí es donde recordamos a Don Arturo, que con aquel gobierno que obtuvo el 22% de los votos llevó al congreso una ley ejemplar y al día de hoy, todos los trabajadores registrados, gozan del beneficio de la ley del salario mínimo, vital y móvil. El 15 de junio de 1964 se publicó en el Boletín Oficial la Ley N° 16.459, previa a la constitución del Consejo del Salario, integrado por representantes del Gobierno, los empresarios y los sindicatos.Entre los objetivos del proyecto figuraba la necesidad de "evitar la explotación de los trabajadores en aquellos sectores en los cuales puede existir un exceso de mano de obra", "asegurar un ingreso mínimo adecuado" y "mejorar los salarios de los trabajadores más pobres".Con los mismos objetivos, se promovió la Ley de Abastecimiento, destinada a controlar los precios de la canasta familiar y la fijación de montos mínimos de jubilaciones y pensiones.Estas leyes llevaron a una mejor distribución del ingreso, se obtuvo una manifiesta mayor equidad en la distribución del ingreso en beneficio de la población de menores recursos. Este efecto se produjo, fundamentalmente, sin interferir en el crecimiento de la riqueza general. Los salarios reales aumentaron por dos causas, que actuaron en la misma dirección: el crecimiento del Producto Bruto Interno y la proporción en que participaron los asalariados.Indudablemente estas medidas no alcanzaron para aquellos sectores que ya estaban pensando en un Golpe de Estado contra un gobierno democrático como el de Illia. Que fue bien recibido en los sectores financieros liberales, optimismo que se reflejó en la Bolsa donde algunos papeles subieron hasta 70 puntos. Las entidades empresarias ACIEL, UIA, CGE y la Sociedad Rural manifestaron su entusiasmo y sus representantes asistieron al acto de asunción de Onganía.Los partidos políticos, con algunos matices, y a excepción del radicalismo y la izquierda tradicional, aceptaron la nueva situación como algo lógico y razonable.Desde nuestro lugar de jóvenes y sabiendo que nuestra generación es la próxima responsable de la conducción del país, rendimos homenaje y recordamos a aquellos honorables políticos que pensaban en una Argentina grande para todos.* integrante de la Juventud Radical
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