Mensaje de A.L.E.A. a todos los hijos
De mitos, leyendas e historias que originan las tradiciones de hoy.Julio César Zarra*Especial para elDíaAunque la leyenda de San Nicolás de Bari (San Nicolás de Mira, para Oriente) se remonta al año 300 en Turquía, dando posteriormente origen (luego de varias mutaciones a lo largo de los siglos) a nuestro actual Santa Claus o Papá Noel, es difícil también no asociarlo con la Coca Cola en el siglo XX.De ahí que en el ámbito cristiano la figura actual de Santa Claus esté rodeada de diferentes acusaciones o controversias, ya que se le acusa de ser un producto comercial al servicio del consumo y destruir las tradiciones locales. En 1931 la empresa Coca Cola "remodeló" la figura de Papá Noel (con el supuesto propósito de hacerlo más creíble y humano) en una masiva campaña publicitaria, luciendo con sus colores rojo y blanco (hasta ese entonces su traje se lo representaba de color verde), que aunque en la antigüedad fueran colores religiosos, era demasiada "similitud" con los colores de la etiqueta de Coca Cola.Y también sus curvas corporales, de una obesidad que no por casualidad tenían la misma forma curvilínea que la botella de Coca Cola. Lo que hizo que en la crisis de los años 30, esta empresa aumentara muy notoriamente sus desmejoradas ventas. A partir de ahí, podría decirse que comenzó la costumbre y tradición familiar de los regalos de Santa Claus (Papá Noel) a los niños en navidad, algo que termina siendo una festividad comercial más que religiosa.De la misma forma también, aunque originado hace apenas un siglo, el día del padre que tiene su origen histórico en el Washington de principios del siglo XX, podría aceptarse que hoy abarca un propósito bastante comercial, por la fuerte tradición de homenajear al padre con la compra de un regalo.Pero pesar que suele celebrarse el día del Padre con un regalo, esta festividad no tiene un origen comercial para aumentar las ventas en estas fechas, como muchos podrían pensar. El verdadero "Día del Padre" nació el 19 de junio de 1919 en Estados Unidos, cuando una joven mujer llamada Sonora Smart quiso homenajear a su padre, Henry Jackson Smart, un veterano de la guerra civil que se convirtió en viudo cuando su esposa (la madre de Sonora Smart ) murió en el parto de su sexto hijo.Fue en una granja rural en el estado de Washington donde Henry Jackson se hizo cargo de la educación de seis niños. Sonora Smart se dio cuenta de que su padre había sido todo un ejemplo a seguir, de lucha, esfuerzos, sacrificios y dignidad, al hacerse cargo el solo de sus 6 hijos.Y así propuso la fecha del nacimiento de su padre, el 19 de junio, para celebrar el Día del Padre. La idea de instaurar un Día del Padre fue recibida con gran aceptación y entusiasmo por muchas personas en diversas ciudades y en distintos estados. Y así prosperó hasta 1924 cuando el presidente Calvin Coolidge apoyó la idea de establecer un día nacional del padre.Años después, en 1966, el presidente Lyndon Johnson firmó una proclamación que declaraba el tercer domingo de junio como día del padre en Estados Unidos. Actualmente esta festividad se celebra en la mayoría del continente americano el tercer domingo de junio, pero la fecha cambia en los países de origen católico, como el caso de España, que se relaciona el Día del Padre con la Festividad de San José, padre de Jesús de Nazaret, que se celebra el 19 de marzo, o en distintos países de Europa donde se conmemora en otras fechas diferentes.Felices aquellos que tienen la fortuna de tener con vida a su padre o quien represente esa figura paterna tan necesaria. Y doblemente felices aquellos que lo tengan con buena salud. Pero para todos aquellos que tienen a su padre enfermo, ya muy mayor y con algunos déficit en sus funciones cerebrales (tal vez con la tan temible enfermedad de Alzheimer) la Asociación de Lucha en la Enfermedad de Alzheimer (A.L.E.A.) a modo de homenaje a todos los padres en su día, les hace llegar esta hipotética carta que un padre ya enfermo podría escribirle a su hijo o hija, para tener en cuenta que esta dolorosa situación de cuidar un padre enfermo, mejor puede transitarse con paciencia, ternura y comprensión. Querido hijo:El día que me veas mayor y ya no sea yo, por favor ten paciencia e intenta entenderme.Si hablando con vos, repito mil veces las mismas cosas, por favor no me interrumpas y escúchame. Cuando eras chico, a la hora de dormir, te tenía que explicar mil veces a cada noche el mismo cuento hasta que te durmieras.Cuando comiendo me ensucie, cuando no pueda vestirme, por favor ten paciencia. Ni imaginás las horas que pasé enseñándotelo con toda mi paciencia.Cuando no quiera ducharme, por favor no me avergüences ni te enojes. Recuerda cuando tenía que perseguirte, los mil fundamentos que inventaba para que quisieras bañarte y las mil excusas que me dabas para no hacerlo.Cuando veas mi ignorancia sobre las nuevas tecnologías, te pido que me des el tiempo necesario y no me mires con una sonrisa burlona. Te enseñé a hacer tantas cosas: buenos modales, como comer bien, vestirte... y cómo afrontar la vida muchas veces son producto del esfuerzo y la perseverancia de los dos.Cuando en algún momento pierda la memoria o el hilo de nuestra conversación, dame el tiempo necesario para recordar. Y si no puedo hacerlo no te pongas nervioso, seguramente lo más importante no era mi conversación y lo único que quería era estar contigo y que me escucharas.Si alguna vez no quiero comer, no me obligues. Conozco bien cuando lo necesito y cuándo no.Cuando mis piernas cansadas no me dejen caminar... dame tu mano amiga, de la misma manera en que yo lo hice cuando diste tus primeros pasos.Y si algún día te dijese que ya no quiero vivir, no te enojes. En algún momento entenderás que esto no tiene nada que ver con tu amor, ni con el mío. No debes sentirte triste, impotente o enojado por verme de esta manera.Algún día descubrirás que a pesar de mis errores, siempre quise lo mejor para vos e intenté preparar el camino que hoy estás haciendo.Por favor, no dejes de estar a mi lado. Intenta comprenderme y ayudarme, como yo lo hice cuando vos empezaste a vivir.Ahora te toca a vos acompañarme en mi duro caminar. Por favor ayúdame a terminar mi camino con amor y paciencia. Yo te pagaré con una sonrisa y una mirada agradecida, con el inmenso amor que siempre te he tenido.Te quiero mucho, hijo.* Médico especialista en Psiquiatría y Psicología Médica. Fundador y Presidente de la Asociación de A.L.E.A.
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