México, tan cerca de Wall Street
Si hay un país latinoamericano que no puede escapar de la proximidad de Estados Unidos ese es México. La crisis americana, por tanto, golpea hoy duramente a la economía azteca.La exclamación del dictador mexicano, Porfirio Díaz, a comienzos del siglo XX, "Pobre México, tan lejos de Dios, tan cerca de Estados Unidos", adquiere una connotación particular hoy día.El dato histórico es que México -acaso producto de la geografía- ha dependido de los vaivenes económicos del país del norte. Los canales de transmisión se encuentran tan imbricados -en materia de empleo, comercio y finanzas- que la influencia norteamericana se hace sentir.Según datos de la CEPAL, la economía mexicana enfrenta una nueva década perdida, después de aquella de los años '80, provocada por la crisis de la deuda y las altas tasas de interés que aplicó Estados Unidos.La actual crisis interrumpió un importante ciclo de crecimiento y mejora de los indicadores sociales de México. El país latinoamericano, por ejemplo, sufre una brusca caída de remesas que envían sus emigrantes desde EE.UU.Según informa Financial Times, la recesión estadounidense está complicando la situación laboral de los 12 millones de mexicanos que viven en el país del norte.Como consecuencia de ello, se registró una disminución de casi 19% en los envíos de dólares de los inmigrantes a sus familias. Este tráfico, en realidad, representa una de las principales fuentes de divisas de México (como lo es en Cuba, también).Desde hace al menos una generación, millones de familias mexicana han sobrevivido -y, a veces, hasta han prosperado- con el dinero que le enviaban desde Estados Unidos sus hijos, hijas, hermanos y hermanas.Para 2007 esas remesas se habían incrementado a más de 26.000 millones de dólares. Esa suma es aproximadamente el doble de lo que genera cada año el bien establecido sector turístico en México.El banco central del país azteca ha informado que dichas remesas han caído 18,7% en abril, comparado con el mismo mes del año pasado. Se trata de una declinación, según los expertos, que tiene un efecto devastador en todo México.Por otra parte, la escasez de puestos de trabajo en Estados Unidos también implica que son menos los que se van de los pueblos. Eso presiona el mercado de trabajo local y significa que hay más bocas para alimentar en las familias.Como se sabe, la relación con el país del norte ha estado signada por la emigración constante de mexicanos. Ha sido una relación nada fácil, dado que Estados Unidos ha intentado frenar la llegada de sus vecinos.Los cortocircuitos por los indocumentados atraviesan las pujas entre ambos países. La importancia que cobra la economía de las remesas da una dimensión del problema.Rodolfo Cruz, un experto en migración en El Colegio de la Frontera Norte, cerca de Tijuana, sostiene que la emigración neta hacia Estados Unidos podría haber caído 15% de la cifra de alrededor de medio millón de personas al año, que en promedio parten al país del norte."La gente todavía se va, pero la declinación en los números es muy real. Cuando no hay trabajo en Estados Unidos, en México se sabe instantáneamente", refirió Cruz.Como sea, quienes conocen este flujo emigratorio aseguran que por más que ande mal el mercado de trabajo norteamericano, los emigrantes saben que volver a México es volver a algo mucho peor.Se diría que el éxito o el fracaso económico de millones de mexicanos está relacionado inevitablemente con el mercado norteamericano. Pobre México, tan lejos del cielo, tan cerca del tsunami financiero iniciado en Wall Street.
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